EEUU estudia nueva política hacia Venezuela para contener a Chávez


Washington

– El Presidente George W. Bush ordenó estudiar un cambio de la política hacia Venezuela porque teme que el Presidente venezolano Hugo Chávez «subvierta» a países de la región y transfiera armas de su nuevo arsenal a grupos armados ilegales, indicó ayer el diario Financial Times.


Roger Pardo Maurer, subsecretario de Defensa adjunto para Latinoamérica, dijo al FT que Chávez está empleando una «estrategia de hiena» en la región.


«Está eligiendo países con la trama social más débil», afirmó. «En algunos casos es subversión total y absoluta» sostuvo.


Funcionarios estadounidenses han indicado que Chávez financió al líder cocalero boliviano Evo Morales, cuyos seguidores fracasaron la semana pasada en derrocar al Presidente Carlos Mesa.


En Perú se ha acusado a Chávez de financiar a un militar que intentó incitar una rebelión contra el Presidente Alejandro Toledo en diciembre.


Chávez niega estas acusaciones, así como las que lo acusan de dar refugio a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio venezolano.


El jefe del Comando Sur estadounidense, el general Bantz Craddock, dijo al diario británico que Washington está preocupado por la compra de armamento por parte de Chávez, sobre todo de 100.000 fusiles automáticos Kalashnikov, porque su uso es aún incierto.


«Si es para la defensa de la soberanía, obviamente cada nación puede hacer lo que quiera (…) Si es para exportar inestabilidad, eso es una situación diferente», sostuvo. «Estamos preocupados por eso y no quisiéramos que eso suceda», añadió.


Según el FT, algunos funcionarios estadounidenses están más inquietos por una supuesta falta de transparencia en la compra de las armas que por su propia capacidad bélica.
El costo del nuevo arsenal alcanzaría hasta 5.000 millones de dólares, pero el tema no ha sido discutido aún por la Asamblea Nacional venezolana, recordó el diario.
«Es una orgía de corrupción», dijo Pardo Maurer al FT.


Chávez acusa al Gobierno de Bush de intentar asesinarle, pero no ha ofrecido pruebas de su denuncia. El Gobierno estadounidense ha tachado las acusaciones de «ridículas».