Isaías: «Salí del aire pero la denuncia del golpe quedó en la calle»


Durante su discurso como orador de orden en la sesión especial en la Asamblea Nacional para conme–morar los hechos de abril 2002, el fiscal General, Isaías Rodríguez dijo, gracias a la ayuda técnica de periodistas del Ministerio Público fue como se logró «romper el cerco informativo impuesto por los medios privados de comunicación. Logra–mos decirle al país que el Presidente de la República (Hugo Chávez) no había renunciado y lo más signi–ficativo, que había un Golpe de Estado en Venezuela».


Recordó con detalle la rueda de prensa en la que anunció que Chávez no había renunciado y que se estaba dando un golpe de Estado.


«Cuando me cortaron ya la denun–cia estaba en la calle», dijo al for–mular duras críticas a los medios de comuni–cación privados por silenciar las declaraciones en defensa del man–datario nacional.


«Lo ocurrido ese día será siempre un estigma sobre el desempeño periodístico del país, los venezo–lanos eran los únicos seres vivientes del mundo que no sabían lo que estaba ocurriendo en su patria», afirmó Rodríguez.


Señaló que «de nada sirvió el apa–gón comunicacional de la censura, ni la decisión de la telefonía celular de cortar las comunicaciones, la información se transmitió con megáfonos y panfletos, de boca a boca, algunos grabaron mis declaraciones y las hicieron circular de cualquier forma».


Tras acusar a Estados Unidos de estar detrás de la intentona golpista, Rodríguez afirmó que en marzo de 2002, agentes de la CIA en Ve–nezuela anunciaron a sus supe–riores, a través de un documento confidencial, que la oposición había crecido considerablemente y que el Ejército se encontraba divido, por lo que no sería posible organizar un golpe de Estado contundente y definitivo.


El fiscal recordó la gesta realizada desde Maracay por el ahora coman–dante del Ejército, Raúl Isaías Ba–duel, para el retorno de Chávez al poder; palabras que fueron recibi–das con una fuerte ovación hacia el militar, quien, rosario en mano, lloró ante la positiva valoración de sus acciones en aquel momento


«De nada sirvió el apagón comuni–cacional de la censura, ni la deci–sión de la telefonía celular de cortar las comunicaciones, la información se transmitió con megáfonos y pan–fletos, de boca a boca, algunos grabaron mis declaraciones y las hicieron circular de cualquier forma», señaló.


Rodríguez sentenció que en esa ocasión el «derecho de intervención inmediata» fue impuesto por EEUU. Acusó a los sectores em–presariales y mediáticos del país de «plegarse» a «esos poderes exte–riores», disfrazados de locales.