Esterilización de accesorios para la alimentación disminuye riesgos de infecciones en el bebé


En los primeros 24 meses de vida, la población infantil se encuentra expuesta a innumerables bacterias y virus que amenazan diariamente su vulnerable salud. Es una etapa de desarrollo que, según nos explica el pediatra Rafael Godoy, requiere de mayor atención y cuidado, especialmente en lo que respecta al aseo de quienes mantienen contacto directo con los pequeños y la esterilización de los productos u accesorios que se llevan a la boca, tales como teteros, chupones, mordedores, juguetes, etc.


Ciertas bacterias y virus pueden comprometer seriamente la salud de los niños y las niñas, especialmente si se trata de recién nacidos o que aún están en etapa de lactar. Algunas infecciones pueden convertirse incluso en emergencias, ya que alojadas en el intestino pueden pasar al torrente sanguíneo o al sistema nervioso central, provocando otitis, meningitis o neumonía, según el tipo de microorganismo huésped.


«Debemos tomar conciencia sobre la importancia de disminuir la morbilidad infantil por gastroenteritis, hoy conocida bajo el nombre de diarrea aguda febril, más vómito, con o sin deshidratación», alerta el pediatra, al tiempo que explica que como las probabilidades de contagio de enfermedades es mayor entre los 2 y 24 meses de edad, «es fundamental educar a los padres y al personal que cuida bebés, tanto en casa como en centros de salud y guarderías, sobre las ventajas del correcto hábito de la esterilización, tanto de los teteros, como de los demás accesorios utilizados en la alimentación del bebé».


Gracias a los innovadores productos que hoy día están disponible en el mercado, la esterilización a vapor se ha convertido es un método sencillo, seguro y rápido, a través del cual se disminuye notablemente el riesgo de que el bebé se contagie por virus como la Hepatitis A, B y C, o por bacterias potencialmente dañinas como la Staphylococcus aereus, Pseudonomas species, Neisseria meningitidis, Mycobacteria species, Cándida albicans, Streptococcus pyogenes, Salmonella, o la tan temida Escherichia coli de origen entérico, explicó el galeno.


Por ello, adoptar y exigir medidas de higiene tanto dentro como fuera del hogar, disminuye significativamente la posibilidad de infecciones en los más pequeños. Otros hábitos sugeridos por el Dr. Godoy, que parecen obvios pero generalmente olvidados, son el lavado de las manos cuando se van a manipular los alimentos, esterilizar los utensilios como el saca leche y los recipientes donde se almacena este vital líquido u otros alimentos; así como también el aseo de las personas que van a tener contacto con el bebé, pues «muchas veces le pasamos microbios a los niños cuando agarramos esas manitos que luego ellos se las llevan a la boca, inocentemente y motivados por la picazón de las encías. Hay quienes incluso tienen la mala costumbre de introducir los dedos en la boquita del bebé para que los muerda, siendo esto un foco de infección».



Otras recomendaciones:


No acostar a los niños en las camas de los adultos, pues generalmente tienen bacterias.


Evitar exponer a los niños a lugares de mucha aglomeración de personas, tales como centros comerciales, pues hay mayor posibilidad de contraer infecciones por las vías respiratorias.


Evitar la permanencia de los niños donde hay personas enfermas.


No llevar a niños recién nacidos a viajes largos, donde se dificulta la higiene y atención médica inmediata.


Consultar al Pediatra ante cualquier síntoma de diarrea, fiebre o vómito, a fin de actuar a tiempo y evitar la deshidratación del bebé.