Iglesia quiere mantener relaciones respetuosas con el Gobierno


El Vicepresidente Ejecutivo, José Vicente Rangel, recibió en su despacho de Carmelitas al Nuncio Apostólico, Monseñor Giacinto Berloco, quien aprovechó el encuentro para «saludarlo personalmente y trasmitirle el saludo del Santo Padre y de la Santa Sede que yo represento», aseveró.


Monseñor Giacinto Berloco expresó a los periodistas tras culminar el encuentro, que conversó amigablemente con el Vicepresidente Rangel, sobre lo que será su labor en nuestro país, además de las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno. Al respecto dijo enfáticamente que no quería referirse a hechos pasados y que su misión aquí se enfocaría en el presente y el futuro en espera de llevar a cabo con cariño este trabajo, sobre todo queriendo mucho al pueblo de Venezuela.


«Estoy aquí para cumplir mi misión como representante del Papa, de fortalecer las relaciones entre la Iglesia en Venezuela y la Santa Sede, como también entre las autoridades del país con la misma Santa Sede y ser un poco facilitador en el momento que haya alguna cosa que mejorar, poder echar allí una mano para que las cosas tengan un cauce más oportuno y provechoso», recalcó Monseñor Berloco.


Asimismo, el Nuncio Apostólico en Venezuela informó que otro de los objetivos de su visita fue participarle de manera oficial al Vicepresidente Ejecutivo, el nombramiento del nuevo Arzobispo de Caracas, Monseñor Jorge Liberato Urosa Savino. Destacó que por el momento Urosa Savino continuará siendo Arzobispo de la ciudad de Valencia, hasta que tome posesión del cargo en Caracas, para lo cual se adelantan todos los preparativos. Además, dijo que «hay que esperar de Roma el documento especial, la Bula, que es el escrito firmado por el Santo Padre, el documento oficial del nuevo Arzobispo y todo esto llevará un poco de tiempo».



Puntos de convergencia


Monseñor Giacinto Berloco fundamentó lo que será su actuación en Venezuela, en lo manifestado por el Papa Benedicto XVI, que no es más que el fortalecimiento de las relaciones entre Venezuela y la Santa Sede, con el propósito de que estas «sean relaciones abiertas y respetuosas». Resaltó que las dos instituciones, tienen su autonomía propia, «las autoridades en su campo socio-político y la iglesia en su campo religioso».


En ese sentido abogó porque la Iglesia y el Gobierno consigan sus puntos de convergencia, que a su juicio son bastantes. «Sí hay muchos puntos de convergencia y muchos puntos donde se puede colaborar y es muy bueno que haya este entendimiento y esta mutua colaboración».


Resaltó que las diferencias deben solucionarse en el marco del diálogo «hablando entre las partes interesadas para que justamente se pueda encontrar un camino y mantener el entendimiento, la colaboración que es importante para el pueblo, de un país, en este caso de Venezuela».


Aclaró que no está en Venezuela por alguna razón en particular o porque le hayan otorgado alguna misión especial, sino porque simplemente le correspondía. Dijo que durante el recorrido que ha hecho por gran cantidad de países ha notado panoramas complejos en cada uno. En ese sentido, citó las palabras del Cardenal Carancone «hoy en día ya no hay Diócesis fáciles, en cualquier lugar hay siempre alguna dificultad que si no es de carácter económico es de carácter político, o de carácter humano, desastre natural; es decir que es difícil encontrar un lugar pacífico al cien por ciento donde no haya problemas».


Vio positivo que el Gobierno del Presidente Hugo Chávez nombrara a un embajador ante el Vaticano, «pues antes Venezuela estaba representada por un encargado de negocios ante la embajada de la Santa Sede y últimamente el Señor Presidente decidió enviar como su representante a una persona muy calificada como lo es el Doctor Iván Rincón, que había sido Presidente del Tribunal Supremo de Justicia».