La Enmienda Constitucional divide opiniones en Ciudad Guayana

Zoe D’Eugenio


PUERTO ORDAZ – Los trabajadores, estudiantes y habitantes de Ciudad Guayana, han manifestado gran preocupación por los posibles acontecimientos que podrían desprenderse a raíz de los resultados del próximo referéndum a realizarse este 15 de febrero.


Diversas protestas tanto estudiantiles como en el sector económico, han suscitado opiniones encontradas con respecto a la posible aprobación de la Enmienda Constitucional y a la crisis que atraviesan las empresas estadales, evidenciándose algunas repercusiones, tales como reducción de costos y de personal.


Las expectativas son incesantes para aquellos que se definen como adeptos al gobierno y otros que dicen ser contrarios a que se apruebe la reelección indefinida del actual líder presidencial. No obstante, ambos grupos de personas, en su mayoría, concuerdan que a Venezuela se le han abierto nuevas oportunidades en el panorama electoral, a diferencia de lo visto en años anteriores.


En la actualidad, el pueblo tiene la disposición de tomar partido ante algunas decisiones como lo establece la Constitución, sin estar limitados solamente a la escogencia de los mandatarios. Los mismos derechos poseen aquellos que escogieron a Venezuela como su segunda patria y pueden votar en función a su bienestar y el de sus descendientes.


Domenico Grisoni tiene más de 39 años en el país y 31 años en Ciudad Guayana, luego de venir con su padre desde la ciudad de Palermo en la región de Sicilia. Sintiendo este país como propio, ha tenido que amoldarse a la situación que también evidencian los venezolanos diariamente y expone que de aprobarse la Enmienda, el desarrollo de la nación se verá estancado bajo un mismo mandato por tanto tiempo.


– Considero que será muy difícil que Venezuela se libere de la crisis que atraviesa, por como ha sido la administración de su patrimonio económico –comenta Grisoni -. Una vez que el periodo de mandato culmine, lo correcto es que se reabra un proceso electoral para elegir a otro candidato; ya 10 años ha sido tiempo suficiente.


Por su parte, Carmelina Nieli, de padres italianos, difiere de estos pensamientos alegando que “de aprobarse la reelección indefinida, se podría forjar aun más la democracia”.


– Si el pueblo desea escoger una vez más a un gobernante – explicó – puede hacerlo sin restricciones.


 Nieli opina que, por primera vez en la historia, existe un mandatario que ha visto a los sectores más necesitados de la sociedad y que, de permitirse que los ciudadanos voten una vez más a favor, se enaltece la democracia y un mejor futuro para todos. De esta manera, continuarán la labor de ayuda a aquellos venezolanos de bajos recursos, y se podrá solventar con facilidad los problemas económicos en el país.


Sin embargo, las manifestaciones, cuyos efectos tuvieron más repercusiones  en la sociedad guayanesa, fueron las del movimiento estudiantil. Uno de sus líderes, estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Nicolás Serratto, manifiesta que la información sobre la Enmienda debe ser difundida en los lugares más apartados de la ciudad, donde por lo general la oposición no se congrega. Por ejemplo, San Félix.


Serratto afirma que la receptividad que le han otorgado los habitantes de San Félix a los estudiantes ha sido muy positiva, independientemente de su consigna política. Es decir, si están de acuerdo con los mensajes que los jóvenes emiten. Si ellos se encuentran en desacuerdo, lo expresan con educación, amabilidad y entre sonrisas. Proporcionan su punto de vista a favor de la Enmienda, y dan vida a interesantes debates, para contrarrestar opiniones.


Acostumbrados a ejercer su derecho al sufragio, los guayaneses conservan grandes expectativas y a su vez mantienen la calma pese a especulaciones de conflictos políticos. La tranquilidad con la cual acuden a las mesas de votación caracteriza a la población, por lo que en su mayoría han manifestado cumplir y respetar los resultados que se conciban de un proceso democrático este 15 de febrero.