Líderes de excelencia en las organizaciones empresariales

Las organizaciones empresariales productoras de bienes y servicios tienen el potencial humano para lograr que todos desarrollen un estilo de liderazgo personal, que promueva la excelencia personal, sólo posible cuando se contribuye al desarrollo del talento técnico y profesional, de sus empleados, así como también, el desarrollo personal, como contribución a un ciudadano coherente en todos y cada uno de los espacios en dónde se desenvuelve (familia, empresa, sociedad, gremio, recreación, ONG, etc.).

Ahora bien, ¿es posible que todos seamos líderes?, o ¿sólo algunos tienen el potencial o la capacidad para desarrollarse? ¿Cuál es el beneficio de las empresas al lograr el desarrollo personal y profesional de sus empleados como líderes?


En primer lugar, es necesario explicar que el estilo de liderazgo personal o autoliderazgo, es un estilo de liderazgo, al cual debe responder toda persona por cuanto su individualidad, posee capacidades y potencialidades, concretadas, y hacia el cual todos los seres humanos, podemos y tenemos la obligación de propender. Ahora bien, ¿a qué responde cada una de estas características? y ¿cómo se integran en su conjunto? A características personales desplegadas en un arte, profesión u oficio en el cual se desempeñe, con excelente preparación en el área en la cual ejecute su trabajo, con auténtico sentido profesional. Este excelente desempeño, es posible porque se apoya en su vocación profesional y laboral, sobre la base de sus aptitudes, intereses y valores, integrado a rasgos únicos e irrepetibles, de su personalidad. Aunado a los aspectos señalados, requiere de una sólida formación humana e integral, con base en Valores y Virtudes humanas.


Todos los aspectos anteriormente descritos, indican claramente el perfil de autoliderazgo o liderazgo personal de excelencia, y se les reconoce porque están acreditados como verdaderos, por cuanto sus actuaciones responden a una vida consistente; igualmente, siendo congruentes entre lo que piensan, dicen y hacen, en todos y cada uno de los espacios en los cuales se desenvuelven, manifestados en hábitos cotidianos, en dónde se identifican fácilmente, conductas virtuosas, esto es, conectadas con ser mejores personas, y sólo posible, cuando se es: ordenado, sincero, amigo, respetuoso, laborioso, amable, optimista, justo, sociable, paciente, prudente, flexible, perseverante, generoso, y audaz, entre otras virtudes o valores humanos con los cuales está sustancialmente comprometido.


Estas cualidades o características personales, son virtudes derivadas de los valores humanos, que además de estar internalizadas, se ejercitan por convicción, y evidentemente tienen una repercusión en el ámbito laboral, por lo que cabe preguntarse ¿Cómo sería mi empresa con personas que desarrollen este perfil personal de liderazgo? ¿Convendría contribuir con formación profesional y humana del capital humano de mi empresa incluyendo al cuerpo directivo que la integra? ¿Con este perfil de líderes contribuiríamos desde las empresas al desarrollo familiar, social, empresarial, económico, cultural, político….en nuestro país?


Evidentemente la respuesta es afirmativa, pues sólo con líderes de excelencia, se podrán alcanzar, como consecuencia, la transformación a la cual todo ser humano en el ejercicio de su personal e intransferible liderazgo individual, podrá lograr los cambios en los diferentes contextos sociales en los cuales participa en la cotidianidad de la vida y en dónde ejerce su innegable influencia. Se aprecia, en definitiva, que este perfil de líderes requiere de una excelente formación continua en el tiempo porque los líderes de excelencia no se improvisan, mantienen una propensión hacia la formación continua.


En definitiva, cada ser humano está llamado a involucrarse en el proceso hacia la transformación social, estimulando a cada una de las personas con las cuales comparten su diario vivir, en búsqueda de que también, ellos asuman el desarrollo de su propio liderazgo o autoliderazgo. En este sentido las empresas en la actualidad, tienen un papel protagónico al asumir a través de programas de educación y formación continua, el desarrollo de su capital humano, a fin de que contribuyan con la transformación social que nuestro país y el mundo requieren al inicio de este milenio.


Rosalba Bortone di Muro


rbortone52 @hotmail.com