Detrás de La Tabernita Escondida

CARACAS- De esta familia, conformada por mamá Cecilia y papá Vittorio nacieron dos hijos: Silvio y Gianni. Actualmente, uno es el de los negocios y otro es el que cocina. Gianni, el de los negocios, cuenta cómo la herencia cultural de un país ha perdurado en otro continente durante varios años, sobre todo desde la cocina de su restaurante: La Tabernita Escondida.


Para llegar a este sitio es obligatorio preguntar, pues su pasillo es uno de los menos transitados del Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT). Pero, una vez que se llega es imposible perderlo, el estilo del restaurant se percibe fácilmente desde su fachada color tierra y de aspecto antiguo. Su dueño, Gianni D’Ostilio, es venezolano, pero sus raíces italianas resaltan tanto como su apellido. Él tiene 42 años de edad y cuenta cómo durante esos 42 años se ha mantenido en el negocio de la comida.


Los D’Ostilio llegaron a la Venezuela de 1968, época en que se estaba dejando de usar el saco y la corbata para ir al cine, tiempo en que el país se adentraba a la era de las grandes oportunidades, del desarrollo económico y del porvenir. Mientras, Italia aún intentaba levantarse de una post-guerra. Abruzos de nacimiento, los padres de Gianni fueron de los últimos en llegar, pues el resto de la familia ya estaba en Caracas desde la década del ‘50. Prácticamente “saltaron” de un lado a otro. De Italia fueron a Alemania, donde nace Silvio, el hermano mayor de Gianni, y de Alemania a Venezuela, donde nace Gianni y se une a sus seis tíos y abuelos.


La madre siempre estuvo relacionada con comida en Italia, trabajó en muchos banquetes. Es de esta manera que decide emprender el negocio del restaurant junto con uno de sus hermanos. Ese primer establecimiento estaba en la avenida Victoria, pero lo vendieron y a los ocho meses del año 1996 compraron el actual. “Allí cocinaba mi madre, era una restaurant grande, familiar y tenía un nombre muy parecido. Se llamaba La Nueva Taberna, pero era pura casualidad”, comenta Gianni. De niños, cuando los D’Ostilio llegaban del colegio también tenían que ayudar a lavar platos, “a empezar desde abajo”. “Del restaurant se tienen que conocer todas las partes. La gente cree que un restaurant es la caja, pero está la parte administrativa, el hacer las compras bien, ver la calidad de los productos. El éxito está en no bajar la calidad de los productos. Un restaurant no es fácil”, agrega.


La identidad de La Tabernita Escondida se puede definir como la combinación de dos elementos difíciles de conjugar: un restaurant familiar de comida mediterránea variada y música en vivo para la noche. Además, tiene la particularidad de que los mesoneros también cocinan y lo hacen delante del comensal. Asimismo, como buenos italianos, celosos con su cultura y de tradición fuerte, este restaurant es de los pocos que cocinan platos tradicionales que, aunque pocos, los realizan con ingredientes de la propia región. Tal es el caso del Timballo, una especie de pasticho hecho con carne y verduras. Continuando con la costumbre, la madre de Gianni, Cecilia Feliciani de 74 años de edad, aún cocina los postres y algunos platos que se presentan en festivales culinarios.


Con respecto a la diferencia entre los restaurantes italianos de antes y los de ahora, Gianni cuenta: “La comida italiana que había hace 20 años era una cocina más casera, tipo trattoria, que yo creo es la mejor. Se podían ver más restaurantes de lujo porque la época lo permitía, por las divisas, porque no había control de cambio. Y había muchos restaurantes franceses e italianos de verdad; era una comida más sencilla. Hoy día con la fusión de tantos cocineros, con el Internet, con la tecnología, se hace una cocina más decorativa. Sin quitarle méritos, hoy en día la cocina es más vistosa”.


Venezuela es un país de mezclas y en cuanto a la fusión de la cocina italiana y venezolana, el dueño de La Tabernita piensa que cada país o cada región tiene sus platos típicos y que deben mantener sus recetas originales. De la misma forma opina que el cocinero inventa porque la cocina es un arte, “pero a pesar de ello, hay platos que son estándar y hay que dejarlos así porque si no, estás perdiendo la identidad del plato”. Gianni D’Ostilio dice, finalmente, que el toque genuino de la comida italiana en Venezuela se está perdiendo. Sin embargo, él junto con sus otros dos socios, Ángel Seco y su hermano Silvio, seguirá haciendo que La Tabernita Escondida mantenga la esencia italiana y cumpla con su lema para ser “El sitio más encontrado del CCCT”.