Candidato a la presidencia por la lista N. 2, Cincotti: “El Centro Italiano Venezolano debe volver a ser lo que fue una vez”

CARACAS – No hay necesidad de inventar. Tan sólo hay que prestar atención a la conversaciones de quienes, después de un largo día de trabajo, disfrutan de un rato libre entre amigos, en el Centro Italiano Venezolano. Cuando no se habla de lo que pasa en el país, y hay mucha tela que cortar, se habla de nuestra asociación y de sus problemas. Decimos, de la inseguridad y de la falta de manutención de sus instalaciones.

Nuestro ‘ítalo’, cómo se le llama con cariño al Centro Italiano Venezolano, no deja de ser un fiel reflejo de lo que vive el país. Para bien, o para mal, sufre de todos los males que, desde hace años aquejan a esta “tierra de gracia”.

Los accionistas de nuestra asociación, ahora, tendrán la oportunidad de escoger al nuevo presidente y a su equipo de trabajo. Dos las listas en la contienda. Dos los aspirantes a la dirección del ‘ítalo’. Uno de ellos, Franco Cincotti.

Lo encontramos en un Centro Italiano Venezolano casi desierto. Nada que ver con aquel ‘ítalo’ lleno de vida y de juventud de años atrás. El miedo a los atracos, a los secuestros y, ahora, la encrispación política y las ‘guarimbas’, tienen reflejos en la vida de cada uno de nosotros. Y, al caer el sol, como si estuviera vigente un toque de queda, todos preferimos encerrarnos en nuestros hogares.

– ¿Qué fue, qué es y que debería ser el Centro Italiano Venezolano?

– El Centro Italiano Venezolano fue nuestra segunda casa – puntualiza inmediatamente Cincotti -. Aquí fue donde nosotros crecimos, vivimos, compartimos y cultivamos nuestras amistades; amistades que aún, no obstante el transcurrir de los años, se mantienen. ¿Qué es ahora? Es el legado de nuestros padres, de nuestros pioneros. Lamentablemente – añade -, hay que reconocer que ha sido abandonado por, lo que yo considero, la desidia de la administración. ¿Qué debería ser? Pues, está obligado  a ser lo que fue antaño, en sus inicios: una segunda casa; el lugar en el cual cada uno de nosotros pueda tener la certeza de que los hijos gastarán un tiempo importante en un sitio limpio y seguro. Y que de ahí nacerán nuevas amistades.

Subraya que, en su opinión, el ítalo muestra los signos de abandono y de la desidia administrativa.

– ¿Es válida – preguntamos – la filosofía que movió a sus fundadores? ¿Está vivo ese espíritu y ese entusiasmo o, al contrario, hay que archivarlos definitivamente?

– Quienes frecuentamos el Centro Italiano Venezolano no está ajeno al proceso de globalización que vivimos  y con el cual estoy de acuerdo – afirma -. En nuestro ‘Club’ conviven dos culturas con un mismo sueño. No cabe duda que esa visión que heredamos de los pioneros  se mantiene, sigue vigente. Venimos al ‘ítalo’ para disfrutar de un rato agradable y para olvidarnos de los tragos amargos de la cotidianidad. En él logramos olvidar los problemas y eso es de gran ayuda para nuestra salud mental.

– ¿En su opinión, cuáles son hoy las necesidades del Centro Italiano Venezolano, cuáles sus problemas?

Es evidente que es una pregunta que se ha hecho a menudo. Y a la cual él, y su equipo de trabajo, han tratado de dar respuesta. Preciso, coinciso y claro.

– Realizamos un estudio… Consultamos a más de mil 200 socios… y al final nos dimos cuenta de que, en el orden de las prioridades, la seguridad ocupaba el primer lugar y el mantenimiento de la infraestructura, de las instalaciones, el segundo.

Sonriendo nos cuenta que, hace algunos días, preguntó a una señora qué le hacía falta, en su opinión, al ‘ítalo’.

– Me sorprendió la sencillez de la respuesta – comenta -. Dijo simplemente “limpieza”. Y, en efecto, eso es. Algo muy sencillo… limpiar el Centro Italiano Venezolano.

Habla despacio, sin prisa. Busca las palabras sencillas, las que, en su opinión, no merecen aderezo para ilustrar su pensamiento. Es así como nos dice que, por ser un profesional de la medicina, pondrá particular esmero en el desarrollo de Fundaciv.

– Y lo haré desde un punto de vista integral – precisa -. Eso significa estar en capacidad de ofrecer los servicios de laboratorio, de radiología, de densitometría, de despistaje, con particular énfasis en el antígeno prostático para los hombres. También nos dedicaremos a la organización de charlas y de conferencias para educar, crear conciencia sobre la hipertensión, la diábetes, la osteoporosis. Seguramente haremos esfuerzos para desarrollar todas las áreas de la medicina que ya están presentes y para añadir otras.

Se anticipa a nuestra pregunta y, con tono de voz tranquilizador, asegura:

– En el Centro Italiano Venezolano hay unos 27 mil ‘carnetizados’ que hay que atender. Lo haremos a través de la autogestion; una autogestión que no deberá impactar en el bolsillo de los socios.

Son ya pasadas las 11 y en el Centro Italiano Venezolano tan sólo quedan algunos socios , pocos empleados y el personal de seguridad.

– Esos – continúa Cincotti – son los tres puntos fundamentales. Luego vienen la gerencia deportiva y la cultural. A esta última pondré particular énfasis por ser yo un amante de la cultura. Por último, nos proponemos crear un espacio para evitar que los jóvenes, al entrar a la etapa de la adolecencia, se alejen del ‘Club’, dejen de frecuentarlo.

– Usted dijo que los socios ponen la seguridad en el primer lugar de las prioridades. ¿Qué planes tienen al respecto?

– Mucho antes de que comenzara la campaña electoral – señala – tuvimos la oportunidad de traer a un experto. Estuvimos todo el día recorriendo las instalaciones. Al final, se identificaron tres debilidades… tres ‘talones de Aquiles’. La primera, sin duda alguna, la entrada. Es muy fácil tener acceso a nuestras instalaciones. Hay que concientizar al socio. Debe entender que es necesario presentar el ‘carnet’  al momento de ingresar al Club. En segundo lugar, tratar de poblar las áreas que el socio no frecuenta. Por ejemplo, en el estacionamiento Carlo Heny se nos aconsejó una cancha de minigolf. La presencia de mucha gente aleja a quienes tienen malas intenciones. En tercer lugar, la salida. Hay mucha gente que la emplea para entrar. También es importante la iluminación.

Expresa que otra recomendación ha sido la creación de una sala situacional. Asegura que atacando estos puntos se podrán resolver muchos problemas.

Recursos suficientes

Un buen gerente, nunca nos cansaremos de subrayarlo, no es aquel que convoca a los socios de la empresa para pedir un aumento de capital sino aquel que, con los recursos a disposición logra solventar los problemas. Es por eso que preguntamos a Cincotti si considera necesario solicitar a los accionistas un incremento en las mensualidades.

–  Hay un gasto inevitable e impostergable: la recuperación de las piscinas – nos dice de inmediato -. Se nos presenta un problema de salud. Muchos niños han sido enfermados por patologías como, ppor ejemplo, micosis. Ahora bien, creo que los recursos a nuestra disposición nos permitirán realizar las inversiones necesarias. No existen proyectos faraónicos en nuestra gestión. Además serían imposibles de realizar por la falta de cemento, de cabillas y de otras materias primas. Es necesario cuidar lo que tenemos; es indispensable rescatar lo que tenemos

Respecto de las inversiones necesarias para la seguridad, considera que no se habla de grandes sumas. En su opinión, “hay recursos para ejecutar los planes”.

¿Y nuestros ancianos? La crisis económica del país ha vuelto cada vez más difícil, para quienes ya tienen grandes gastos a raíz de la edad avanzada – léase visitas médicas y medicinas -, pagar la cuota de mantenimiento. ¿Qué hacer para no privarlo de lo que pudiese ser su única diversión y distracción?

– Si no tienen hijos – explica Cincotti -, o el hijo que tiene no manifesta interés en ser socio de nuestro club, podríamos exonerar al socio anciano del pago de la mensualidad. Claro está, su condición económica debe ser bien documentada. Ahora bien, si el señor tiene hijos que quieren ser propietarios de una acción del club, se facilitará el transpaso. Es obvio que cada una de estas propuestas debe ser llevada a una asamblea extraordinaria. Es una decisión de los socios aprobarla o no.

Para concluir, nos dice:

– Creo que este club no aguante 2 años más sin gente realmente nueva, con energía y capacidad de trabajo. Si llego a ser presidente les aseguro que me retiraré en el 2016 por la puerta grande.

Mauro Bafile

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