Adopta un nuevo hábito: no fumar

CARACAS. – Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial Sin Tabaco, oportunidad que se aprovecha para hacer un llamado de conciencia a los fumadores que ignoran las consecuencias de este acto, pues todas las personas expuestas al humo del cigarrillo tienen entre 25-30% de probabilidades de desarrollar alguna enfermedad respiratoria, cardiovascular o cáncer de pulmón.

La nicotina, compuesto básico del cigarrillo, es una sustancia adictiva que produce efectos psicológicos: que incluyen la dependencia física, pudiendo producir un síndrome de abstinencia cuando deja de consumirse, dependencia psicológica y dependencia social, por lo que una vez que una persona adquiere el hábito será muy difícil dejarlo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco genera casi 6 millones de muertos cada año, de las cuales más de 5 millones son o fueron fumadoras, y más de 600 mil son no fumadores que han estado expuestos al humo de tabaco. El consumo de cigarrillo es la principal causa prevenible de defunción en el mundo, y actualmente mata a uno de cada diez adultos a nivel mundial. A menos que se tomen medidas urgentes, la cifra anual de muertes podría ascender a más de 8 millones en el año 2030.

La Dra. Marlene Domínguez, internista, gastroenteróloga y hepatóloga del Hospital Domingo Luciani, explicó que el cigarrillo puede causar diversos daños en el organismo, entre ellos la enfermedad broncopulmonar obstructiva crónica (EPOC) y los relacionados con el sistema cardiovascular asociado a los efectos de ateroesclerosis, los cuales incrementan el riesgo de desarrollar un infarto al miocardio, enfermedad cerebrovascular e hipertensión arterial. A nivel del hígado también está asociado con el desarrollo de daño hepático, y puede acelerar la cirrosis hepática. También se ha asociado como factor de riesgo para desarrollar cáncer en varios órganos, como laringe, lengua, labio, esófago, estómago, páncreas, y principalmente,  en el pulmón.

El cáncer de pulmón es una de las causas más frecuentes de muertes oncológicas y suele presentarse a partir de los 45 años de edad. Cuando esta patología se origina en las células de los pulmones, es denominado cáncer primario de pulmón. Sin embargo, puede ocurrir que células cancerosas originadas en otros órganos y tejidos como mama, colon, próstata, riñón, tiroides, cuello uterino, huesos, entre otros, se extiendan hasta el pulmón y dan origen a lo que se conoce como metástasis pulmonar.

El Dr. Sergio Poli, oncólogo médico de la Unidad de Oncología del Hospital Universitario y de la Clínica Loira, destacó que el hábito tabáquico no es el único causante de este tipo de cáncer —aunque sí es uno de los más comunes—, existen otros factores de riesgo como la edad (mientras más avanzada mayor es el riesgo), los antecedentes de cáncer pulmonar personales y familiares, radiaciones y presentar alguna otra enfermedad crónica pulmonar.

Los principales síntomas que presenta el cáncer pulmonar en un paciente son la tos, que puede ser seca, persistente o con sangre conocida como hemoptisis, pérdida de peso no justificada, disnea (dificultad para respirar) y dolor torácico.

El especialista explicó que los pilares fundamentales del tratamiento para el cáncer pulmonar son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. Sin embargo, en los últimos diez años se han desarrollado novedosos medicamentos basados en biología molecular, que han cambiado la historia del tratamiento del cáncer de pulmón.

Indicó que hoy en día se han identificado muchos sub-tipos dentro del cáncer de pulmón, los cuales son susceptibles de recibir un tratamiento dirigido a su alteración particular, y constituye la llamada terapia personalizada. “Más del 60% de todos los casos de cáncer pulmonar se pueden tratar con terapia dirigida, dentro de los cuales se encuentran los anticuerpos monoclonales como bevacizumab” destacó.

Prevención continua

Conmemorando el Día Mundial Sin Tabaco 2014, la OMS y sus asociados hacen un llamado a reducir el consumo de cigarrillo, ya que el objetivo primordial de este día es contribuir a proteger a las sociedades de las graves consecuencias del tabaco, y su implicación en los problemas de salud, ambientales y económicos.