Alirio Infante pinta desde el imaginario de los niños

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Su obra es figurativa, esquemática, simbólica, sencilla e infantil. El contenido social, para esta exposición, es suave y sublime, con insinuaciones solamente, compuesta por 22 obras de pequeño formato. Es toda una trayectoria de 40 años pintando.

Caraqueño, radicado en Barquisimeto, Alirio Infante, presenta su exposición titulada: “Inocencia e Ignominia”, en el espacio de Objetos DAC, desde el 4 de junio y durante tres meses.

Se trata de la reflexión entre estas dos visiones: “la inocencia, tomando la expresión plástica de los niños o tratando de entender su manera de apreciar el mundo, y la ignominia, algo que ellos generalmente no viven, pero que, igualmente, los rodea y simultáneamente, nos afecta a todos”.

El título de la exhibición, obedece, según el artista, “a manifestar a través del arte de la pintura, la inocencia, sabiendo que ella es simple, sincera, abierta y que es el estado de un alma limpia, es sencilla, pero, cuando el alma se enturbia, entonces surge la confrontación y se arrastran las calamidades, el envilecimiento y hasta la deshonra pública.

Así, llegamos a la inercia y la desidia. De esta manera, el inocente sale de su alma limpia y de repente, se encuentra rodeado por la ignominia, una franja muy tenue y sensible que separa a la virtud de la ignorancia”.

La obra de Alirio Infante es figurativa, esquemática, simbólica, sencilla e infantil. “Comienzo a dibujar infante, buscando la manera más sencilla, simple, pura, directa y transparente para expresarme, sin tapujos y sin complejos intelectuales, que me dejen asomar lo que deseo”.

En esta muestra, son 22 cuadros, de pequeño formato realizadas en lápiz grafito y de color y acrílico. En algunos acrílico e impasto, o texturas y collages, en otros. Unos sobre papel y otros, sobre papel sobre tela. Títulos como: Desidia, La vecina, El gato azul, La trampa, Nos vamos, Puertitas rojas, Carrito con reja, Jugando con Frodo y La mascota de Camila.

–Me inspiró, en particular, la desidia que está sembrada en éste, mi país, donde ocurre de todo, asesinatos, robos, secuestros, violaciones a los derechos humanos, a la libre expresión, donde nos gobierna la ineptitud y mientras algunos poquísimos protestamos, unos cuantos millones esperan “un milagro” y todo, bien gracias…

“Hoy, Infante”

Si cuenta, desde su graduación en “Arte Puro” en 1976, en julio cumplirá cuarenta años pintando. Desde 1975 al 2015, ha participado en más de una cincuentena de exposiciones individuales y colectivas, a lo largo de todo el país e internacionalmente (España, Colombia, Estados Unidos, México, Bulgaria y Macedonia, entre otros).

Los caballos conformaron una etapa en su evolución artística, como lo fueron los cactus, los autobuses, los bares y Quantum, porque como la vida, “el arte también se transforma, cambia y evoluciona. Hoy infante…”

Y para dibujar, como un niño, el artista comenzó desde 2008, sus ejercicios con la mano zurda (es diestro) para acercarse al trazo infantil, practicando caligrafía al revés, de derecha a izquierda. Sus esfuerzos, le valieron, el Premio Especial del Jurado de la Bienal Mundial de Dibujo de Skopje, en Macedonia, con el título Gritos de Niños, compuesta por 119 dibujos de lápiz sobre papel, realizados en el 2014, con la descomposición social que vivía Venezuela, como tema fundamental, por lo cual no lo dejaron salir del país a recibir el premio, aun siendo el único representando a Venezuela y premiado por Latinoamérica. De 460 creadores de 53 países del mundo fueron seleccionados 170 artistas.

Infante, realmente, no tiene una rutina de trabajo. “Yo me levanto todos los días a las cinco y media de la mañana, y desde hace doce años, hago meditaciones porque soy estudioso de la cábala. La espiritualidad, me mueve a crear.

No creo en musas, ni en inspiraciones, la creación es un contacto con el universo, con Dios, es el momento en que percibes su existencia. Para mí pintar, no es trabajar, comer, dormir. Para mí, ese momento es algo muy especial, es particular. El premio más grande es el momento de la creación.

Hay cuadros que se elaboran en años y hay otros que se hacen en horas. Lo que me mueve a crear es la espiritualidad, el contacto con el universo. La mayoría de mis cuadros, salen solos, no son intencionales”, señala Infante.

Su meta de ahora: “que la obra rompa esquemas y busque su cauce, en el exterior”. El espacio de Objetos DAC, en su cuarto aniversario, en Paseo Las Mercedes, acoge, una vez más, los símbolos subliminales, los códigos visuales y el toque mágico, que definen la obra de Alirio Infante, como única.

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