Los Trastornos de la Conducta Alimentaria se definen como alteraciones específicas o síndromes psiquiátricos multifactoriales y severos en la ingesta de alimentos, observados en personas que presentan patrones distorsionados en el acto de comer y que se caracterizan, bien sea por consumir en exceso o por dejar de hacerlo; en otras palabras es un impulso psíquico y no una necesidad metabólica o biológica. Así lo afirma el nutriólogo Johnny Marante Bethencourt, adscrito a Sanitas Venezuela.
Muchas veces los síntomas no pueden percibirse a simple vista, siendo necesaria una evaluación para descartar este desorden. Sin embargo, se puede evidenciar en el paciente por la presencia de sintomatologías conductuales como: prácticas de ayuno por más de 12 horas, ejercicios excesivos con el único propósito de perder peso, atracones, uso intencional del vómito y abuso de laxantes, diuréticos o enemas. Asimismo, el deseo intenso por disminuir de peso aún cuando no es necesario, alteración de la autoevaluación de la imagen corporal y atención centrada en el conteo de calorías ingeridas.
Este padecimiento presenta diversas causas que pueden afectar a niños, niñas, adolecentes, hombres y mujeres por igual. Entre ellas se encuentran: las relaciones familiares problemáticas, estigma de los parámetros estéticos de la sociedad, abuso físico o sexual y finalmente el acoso por la obesidad o la delgadez.
El Dr. Marante Bethencourt, explica que los trastornos alimenticios están compuestos por tres grandes grupos: la Anorexia que se caracteriza por la disminución masiva de los alimentos requeridos por el individuo en relación a su edad, estatura y necesidades vitales.
Seguidamente la Bulimia, que se presenta en forma atracón, es decir, cuando se ingiere gran cantidad de comida con pérdida de control que luego pasa a un fuerte sentimiento de culpa y genera medidas compensatorias inadecuadas como la autoinducción del vómito.
Luego se encuentran los Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados que engloban a los que no cumplen con los criterios anteriormente expuestos. Uno de estos trastornos es el atracón que se diferencia de la bulimia debido a que la persona no presenta conducta compensatoria luego de comer, lo que puede ocasionar aumento de peso.
Para prevenir este padecimiento en jóvenes de temprana edad, el Dr. Johnny Marante Bethencourt explica que es fundamental favorecer su autoestima, autoimagen, autonomía personal y juicio crítico. También, promover el marco familiar (madres y padres) donde se facilite la adopción de modelos flexibles para ayudar en la comunicación interpersonal y el fomento de valores éticos.
Para culminar, el especialista señala la importancia de disminuir las presiones del culto a la imagen, especialmente hacia la esbeltez y la delgadez sobre todo en la mujer, y la relación de ésta con el éxito social.
