Venezuela emigra, la fuga da una realtà violenta

Venezuela emigra, la fuga da una realtà violenta

E’ questo il secondo “reportages” che La Voce d’Italia pubblica in collaborazione con la “Cátedra de Investigación Periodística” a carico del professore Alejandro Ramirez. L’obiettivo è offrire ai nostri lettori una visione ancora più amplia della realtà del Paese attraverso la ricerca approfondita e seria realizzata dai futuri giornalisti del Paese.

El escape de una violenta realidad

La delincuencia y la violencia reinan en las calles de Venezuela, muchos jóvenes estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello, sede Caracas, no aceptan esta situación y toman una dura decisión: marcharse de su tierra natal para escapar de una absurda realidad que desafía su calidad de vida cotidiana.

CARACAS – Día a día, el arte cinético del artista Carlos Cruz Diez que adorna los suelos del aeropuerto de Maiquetía es testigo de las despedidas sin retorno próximo de miles de jóvenes ucabistas. Frente a lo que ahora representa para muchos el símbolo de la emigración o un arte convertido en adiós, el artista expresó que ahora “el aeropuerto es una vivencia para el venezolano, como puede ser El Ávila. Lo que me duele es que mi obra sea justamente para la despedida del país”.

7 de cada 10 estudiantes ucabistas tienen decidido emigrar de Venezuela

De acuerdo a la ONG “Observatorio Venezolano de Violencia” (OVV), Venezuela despidió el 2016 con un total
de 28.479 homicidios y una tasa de 91,8 muertes violentas por cada cien mil habitantes, lo que representa un aumento de 1.8% en comparación con el 2015. Esta tasa obtenida ubica a Venezuela como el segundo país más violento del
mundo.
Frente a la evidente situación de delincuencia en alza, el ex
presidente Hugo Chávez creó en el 2012 una política integral
llamada “Gran misión a toda vida Venezuela”, la cual contempla
6 vértices que funcionan en conjunto con el objetivo de luchar
contra la inseguridad ciudadana. Tareck El Aissami, ministro de
Interior y Justicia para ese momento, se pronunció ante esta
nueva política y estimó que la tasa delictiva del país iba a disminuir en 4 años.

28.479 Muertes violentas en el 2016

Cabe destacar que según la OVV, si se viola la ley sin consecuencia ni castigo alguno, la violencia se incrementa, en efecto, la impunidad se registra en 98%. Esto indica que por ahora, la justicia solo queda como un sustantivo más. Se han decretado planes en contra de la inseguridad ciudadana a lo largo de la gestión gubernamental actual, pero aún no parecen tener resultados concretos.

El director de esta ONG, Roberto Briceño León, manifestó que Caracas es la capital del país más violenta, lo que es diferente a ser la ciudad más violenta del mundo, ya que existen otros lugares que están menos poblados pero presentan mayores tasas de homicidio.

Es pertinente destacar el fragmento de una de las crónicas de Héctor Torres, escritor del libro titulado Caracas Muerde:

“Después de todo, en Caracas se vive como en cualquier ciudad del mundo. Se pierde, se gana, se enamora y se despecha como en cualquier ciudad del mundo. Podría decirse que, como en cualquier ciudad del mundo, en Caracas la gente hasta puede aspirar a ser feliz. De no ser por el miedo”.

Asimismo, esta situación de delincuencia sin un aparente control efectivo por parte de las autoridades quebranta directamente el derecho a la vida de todos los venezolanos, el cual según el artículo 3° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos expone que “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. (Fuente: Alejandro Cegarra)

Precisamente, cuando algo tan valioso como la vida se disputa como si fuese un juego de azar, los jóvenes y sus padres meditan sobre su futuro y toman una decisión. La presión de los padres y familiares de los jóvenes también tiene una influencia determinante. Según el sociólogo Tomás Páez, el pensamiento habitual de los padres es “prefiero despedirte en el aeropuerto que en el cementerio. Da mucha tristeza”, expresó.

Por otro lado, Francisco Virtuoso, Rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), manifestó que para la toma de esta decisión influyen dos factores que llegan a retroalimentarse mutuamente: la presión por las condiciones reales de vida en el país, como la inexistencia de condiciones de trabajo, la inseguridad y el tema político. El otro factor es la “motivación ambiental” incitada por personas
cercanas al estudiante.

¿Qué piensan los estudiantes?
Un estudio de campo realizado en la UCAB durante finales
de 2016 e inicios de 2017 arrojó como resultado que 70% de
los estudiantes tiene decidido irse del país, no es una
posibilidad ni un tal vez, están seguros de ello. Los tres
principales destinos de emigración son, en primer lugar, España con un 26% de elección, luego Estados Unidos con 16% y le sigue Chile con 14%. El resto se reparte en países como Argentina, Canadá, Colombia, Uruguay e Inglaterra.
Los datos obtenidos son cercanos con la investigación del sociólogo Páez, que en su libro “La voz de la diáspora” plantea que Estados Unidos es el primer país en el que hay mayor número de venezolanos, el 50% de ellos concentrados en Florida. En segundo lugar ubica a España, con aproximadamente 270 mil venezolanos. En cuanto a conjunto de regiones europeas, indica que hay alrededor de 700 mil venezolanos concentrados en Italia, España y Portugal. Para el investigador esto no es algo casual debido a la inmigración recibida en Venezuela hace muchos años, antes de que se convirtiera en un país de emigrantes. “Las familias de españoles, italianos y portugueses que llegaron aquí y se expandieron van creando unas redes de hijos y nietos que tienen acceso a la nacionalidad europea. Más o menos 40% de los que se han ido tienen doble nacionalidad”, señaló.

De aquellos ucabistas que deciden irse, 30 de ellos regresarían de nuevo al país, lo que es positivo porque podrían aportar todo el aprendizaje obtenido afuera para el progreso de su tierra natal. La investigadora Freitez contempla que la necesidad de irse se debe también a la globalización, porque “el conocimiento ya no es estático y las personas van detrás de ese conocimiento”. Por otro lado, 13emigrantes regresarían solo dependiendo de la mejora de la situación del país y 27 de ellos se irán sin retorno alguno.

A su vez, más de la mitad de los estudiantes encuestados, específicamente el 54% indicó “la inseguridad” como la primera opción por la cual se marchan del país, incluso, aquellos que no tienen decidido irse señalaron que esta es la opción que más pesa en el caso de irse en un futuro. En segundo lugar, el indicador relativo a la escasez y desabastecimiento es otra problemática que influye en la decisión de los jóvenes. Luego, sigue el indicador de modelo económico inestable y en último lugar, la búsqueda de desarrollo profesional. Esto revela que los estudiantes que huyen del país lo hacen principalmente por las condiciones actuales del entorno, no para estudiar.

En contraste con este resultado, en los años 80 empezaba la emigración pero esta era muy selectiva, “no se hacía sentir de una manera significativa”, comentó la demógrafa Anitza Freitez. Tal emigración era impulsada principalmente por el programa “FundaAyacucho” el cual ofrecía becas para desarrollo académico y profesional a nivel internacional, para ese entonces, la búsqueda del desarrollo educativo era lo primordial.

De acuerdo con Páez, el 90% de la emigración se produce en este siglo, quienes se habían ido antes eran muy pocos. Hoy más del 90% de quienes se han ido lo han hecho en los últimos 17 años.

La UCAB también se ha encargado de promover los convenios e intercambios internacionales para el desarrollo académico, pero estos intercambios tienen una duración de 6 meses a 1 año, como máximo, a diferencia del traslado de expediente que no es temporal, implica la emigración, para lo cual el Secretariado Internacional de la universidad hace el trabajo de asesorar y darle recomendaciones a los interesados para su proceso de estudio en el exterior. Sin embargo, la coordinadora de este instituto, Natalia Hidalgo, explicó que alrededor de 5 estudiantes acuden a su oficina a solicitar información, pero el 70% de ellos busca estudiar afuera sin intención de regresar. Durante el proceso, muchos “camuflajean” la solicitud pidiendo intercambio cuando realmente quiere traslado internacional”, expresó Hidalgo.

En el conjunto de trámites y requisitos para el proceso migratorio solicitan la certificación de notas universitarias al exterior como requisito para la emigración. Secretaria general es el módulo de la universidad que se encarga de estas acciones, la secretaria Libby Zambrano enunció que diariamente se reciben más de 50 solicitudes, siempre supera las 50. Al regresar de las vacaciones decembrinas el primer reporte de enero acumulaba 180 solicitudes y para el pasado 26 de enero a las 8 de la mañana ya tenían acumuladas 60, que luego deben pasar por el rectorado para ser selladas por el rector Virtuoso. Si bien esto no asegura que todos los que hacen la petición de certificación se van del país, indica que los estudiantes están gestionando este proceso a un nivel masivo con posibilidades de irse en un futuro.

Asimismo, el rector Virtuoso maneja gran cantidad de títulos, constancias y notas que la los jóvenes necesitan para apostillarlo en el Ministerio de Educación. “Esto tiene que ver fundamentalmente con personas que están egresando o son egresadas”, expresó.

Según el Rector, dado que los que quieren emigrar suelen ser principalmente aquellos que están graduándose o que ya son egresados, propiamente no se pone en peligro la sostenibilidad de la universidad, considera que la emigración de profesores es lo que la pone realmente en peligro ya que hay profesores que tienen la posibilidad de ejercer la docencia afuera del país con mejores ingresos. “Eso sí es un problema porque se descapitaliza la universidad, no en
términos de recursos porque si se va uno se consigue otro, pero no necesariamente de la misma calidad”, añadió.
Sin duda, el contexto actual del país esboza una realidad de miedo, una cruda y violenta realidad de la que muchos han decidido escapar, tanto estudiantes como profesores. La vida, la moneda y los estantes vacíos se debaten la victoria por quién tiene menos valor. No existe una garantía de vida, salir a la calle representa de forma inmediata el temor a no regresar de nuevo a casa, o de lo contrario, regresar pero sin los bienes materiales por haber sido víctima de la delincuencia.

Los rostros de la emigración
Valentina Martínez es una joven caraqueña jugadora y amante del tenis, su espíritu vivaz recorría los pasillos de la universidad todas las mañanas. Ella era ucabista, estudiaba el séptimo semestre de comunicación social. Desde hace un tiempo, Valentina había tomado la decisión de irse del país porque vivía en un ambiente tóxico, la inseguridad, la escasez de productos básicos y la pocas probabilidades que habían de que pudiera surgir como profesional fueron factores determinantes en su decisión.

El proceso para lograr marcharse fue arduo, las instituciones encargadas de toda la legalización de sus documentos pusieron dificultades y actuaban de forma arbitraria. Confiesa que ella misma hizo su papeleo, no le pagó a ningún gestor, pero la cita para apostillar se la dieron para el estado Anzoátegui. Tuvo que viajar desde Caracas hasta allá, comenta que fue agotador pero que logro con éxito su cometido.

Tristeza y frustración es lo que sintió al marcharse, por abandonar su hogar, su familia, sus amigos y costumbres, solo queda buscar el responsable de estas consecuencias, ella le atribuyó la culpa a los que gobiernan el país. Así pues, con dolor porque todavía hay 30 millones de habitantes que tienen que vivir las condiciones actuales y con apenas 21 años Valen emigró a Uruguay, Montevideo hace casi un mes, en busca de una cosa que no pudo conseguir en su país: calidad de vida.

Otro rostro que da vida a la emigración es el de Verónica López, mismo resultado, diferente historia. Vero esconde entre su dulzura y feminidad su pasión por el karate. Estudiaba tercer semestre de comunicación social en la UCAB hasta que los hechos violentos sucedidos en febrero de 2014 detonaron la decisión de emigrar, la cual había considerado con anterioridad. Desde agosto de ese mismo año Verónica reside en Tampa, EEUU. Como aprobó en la universidad de Tampa empezó a estudiar International Business & Marketing y espera graduarse en poco tiempo.

Verónica confiesa que su primera opción siempre fue quedarse en Venezuela. Aún no veía al país en tan mal estado, incluso pensó que podría concluir los 5 años de su carrera en la UCAB y luego quizás hacer un postgrado afuera, pero más por la experiencia de irse y experimentar, que por necesidad. Dependiendo de la mejora de la situación del país pretende regresar ya que desea formar su familia en su tierra natal y criar a sus hijos con los valores y costumbres que le inculcaron a ella.

Luego de un tiempo sin regresar, Verónica admite que lo que más extraña de su país es a su gente, “Extraño que la gente te sonría en el ascensor y te de los buenos días, extraño compartir junto a mi familia y celebrar juntos los cumpleaños”, aseguró.

La despedida de Valentina y Verónica y de muchos otros jóvenes estudiantes podría catalogarse por algunos como la denominada “fuga de talentos”, pero el sociólogo Tomás Páez no aprueba esa concepción. Para el investigador el país tiene ganancia con las personas que se han ido, no representa pérdida de capital como muchos lo conciben, para afirmar esto argumenta que la emigración supone la adquisición de una nueva lengua, cultura, nuevas relaciones personales y empresariales que al final serán de un enorme interés para el proceso de reconstrucción de Venezuela.
Sin embargo, este fenómeno migratorio debe apreciarse desde todos sus ámbitos y en una justa medida, tanto a nivel de concepción social como a nivel cuantitativo. Las cifras de emigración son un tabú para el ente gubernamental venezolano, es por ello que no existen cifras oficiales de Venezuela. Las estimaciones que se han obtenido fueron tomadas de instituciones internacionales de estadísticas y el Banco Mundial y las Naciones Unidas, cuyos análisis siguen criterios metodológicos con validez suficiente.

Páez advierte que esto involucra de manera indirecta a 60% de la población, por lo que no comprende el silencio del Gobierno frente a lo que él cataloga como “la diáspora”. Le preocupa como “El Instituto Nacional de Estadística desprecia a tantos venezolanos juntos, eso indica desprecio por los venezolanos que se han ido”, declaró.
Por lo tanto, existen ciertas discrepancias en cuanto a la cifra de emigrantes. Según los estudios del sociólogo y las estimaciones de los institutos de estadística de los países en los que hay venezolanos se registran aproximadamente 2 millones de venezolanos que han emigrado.

Contrario a esto, Anitza Freitez, directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, alerta sobre el intento de magnificar este número, no solo por parte de los medios de comunicación sino también por investigadores. Freitez explica que lo realmente importante es el contenido y las circunstancias de esta situación, no las cifras. Dado esto, para su investigación ella se basó en las estimaciones de Banco Mundial y las Naciones Unidas, que para 2015 estaban cerca del millón, tomando en cuenta un porcentaje de error porque hay personas que no quieren declarar por temor a ser identificadas si están ilegalizadas o también por omisión censal, sumando esa corrección podría llegar a 1 millón y medio de emigrantes.

La demógrafa aclara que se deben respetar los conceptos, mezclar diversas categorías arroja resultados erróneos. Una cosa es el stock, cantidad de personas que está viviendo fuera del país en un momento determinado y otra el flujo que corresponde a los venezolanos que se han ido en determinado período, que pudieran identificarse mediante cifras del control migratorio, pero que en el caso de Venezuela han sido omitidas.

En cuanto a la posición de la UCAB, representa una de las mejores universidades privadas catalogadas según el ranking internacional QS, este fenómeno migratorio puede representar un desafío. El rector Virtuoso explica que la universidad puede motivar a las personas porque todavía hay muchas cosas que hacer, él es uno de los que cree que en este país hay que quedarse para poder salvarlo. “La universidad puede generar aliento y motivación para que la gente joven no se nos vaya, no puede hacer mucho más que eso porque el resto es una decisión personal”, afirmó.
A su vez, manifestó su frustración debido a que todo el esfuerzo que se hace para la formación y capacitación de los jóvenes va a servir y rendir frutos en otros países.

El primer paso, es aceptar que este fenómeno se está desarrollando e incrementando, la pronunciación del ente gubernamental y la implementación de políticas migratorias no se han llevado a cabo. Es esencial que entre de nuevo en funcionamiento apoyos para los emigrantes, como lo es la Fundación de Talento Venezolano (TALVEN) la cual tenía dos objetivos: pretendía promover el retorno de los emigrantes y mantenerlos contactados con el país. Para los años 80 contaba con el financiamiento de la UNESCO, pero al llegar el ex presidente Hugo Chávez se le quita el respaldo que tenía.

La tendencia a emigrar es una decisión que afecta no solo aquellos que se van, sino también a los que se quedan soportando la debacle en la que está sumergido el país. Muchos apuestan por quedarse y emprender sus sueños en la tierra que los vio nacer, otros se marchan con esperanzas de conseguir la calidad de vida que merecen.
El sentimiento que ocasiona el escape de esta violenta realidad es común para todos y se resume en las palabras de Héctor Torres con su Ciudades, viajes, extrañamientos, exilio:

“La ciudad en la que sigue viviendo nuestro corazón. Cientos de miles de venezolanos han abandonado su ciudad natal, fatigando el camino de la incertidumbre, en busca de aquello que les está siendo negado en su país: la posibilidad de hacer su propia vida. Cientos de miles de venezolanos, muchos de los cuales echarán raíces en tierra desacostumbrada, llevando su condición y su imaginario allí en donde se asienten. Haciendo su pedacito de patria en el rincón del mundo que puedan hacer suyo”.

Studente: Gianinna Cirelli
Professore: Alejandro Ramírez
Universidad Católica Andrés Bello

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