CARACAS – El presidente Hugo Chávez, ya se sabe, fue un gran seguidor de Fidel Castro desde siempre. Lo que nunca fue posible prever es el nivel de penetración que llegaría a tener Cuba en Venezuela.
“Ellos viven y gozan en hoteles comiendo como reyes mientras nuestro pueblo hurga en la basura por un poco de alimento. Vemos también a cubanos ganando en dólares y desfalcando a la nación”, dijo Salomón Álvarez, secretario general del partido Piensa en Democracia (Piedra).
Chávez llegó a decir que Cuba y Venezuela era un solo país, llamado “Cubazuela”, y que el mismo tenía dos presidentes: Chávez y Castro; pero que el principal era Castro. Venezuela asumió un tutelaje sobre la isla antillana, que ya Rusia no estaba en posición de dar. Comenzó con algunos barriles de petróleo, y luego remontó a una dependencia casi total.
Cuba y Venezuela: una política de dádivas
Álvarez enfatizó que los venezolanos sienten descontento con que el gobierno de Maduro entregue beneficios estatales como apartamentos de la Misión Vivienda, artículos de línea blanca, celulares, computadoras y carros a ciudadanos cubanos.
Venezuela ha sido siempre un país solidario con sus países vecinos. De hecho, luego de la Segunda Guerra Mundial Venezuela recibió una profusa inmigración italiana, española, portuguesa, etcétera. No obstante, el país siempre privilegió a sus nacionales, ante todo. Álvarez echó de menos que en miles de casos cubanos reciben beneficios gubernamentales por encima de los venezolanos.
“Nos quieren quitar el país que nos pertenece por herencia y lucha de nuestro Simón Bolívar. Por nuestras venas corre sangre de libertadores y no podemos permitir esta ofensa”, fustigó el dirigente. Álvarez es un disidente chavista. Ha llamado a una concentración nacional.
“Ellos están entregando nuestras riquezas a potencias extranjeras como Rusia y China. Es vital conformar un nuevo polo alternativo para sacar a Venezuela de esta crisis económica, social y política”, expresó.
La economía venezolana se ha complicado sensiblemente. No pareciera haber lugar para prolongar una política de dádivas. Al cierre de 2017 el FMI vaticina una inflación de 1.600%. Desde mediados de 2015 caen los precios del petróleo, y se han ubicado en una banda de entre 45 y 50 dólares. Se espera que queden ahí un par de años más. Lo anterior se refleja en una sensible escasez de alimentos y medicinas. Cuba, por los momentos, no debía ser la prioridad.
