De cómo en noviembre, el mes de Todos los Santos, junto a Dante viajamos reflexionando acerca del cambio climático

Claudio Giunta Danilo Manera

El 01 de noviembre se celebra en el mundo católico el día de todos los santos, en su sentido más amplio, incluyendo aquellos que después de muertos han purgado sus penas y purificados, en su paso por el paraíso terrestre, gozan ahora sí, de la vida eterna y la mística visión que Dante recitó en el último canto de su viaje al Paraíso celestial.

“Nel suo profondo vidi che s’interna,

legato con amore in un volume,

ciò che per l’universo si squaderna:” (Paradiso XXXIII, 85-87)

Dante reconoce, en este canto, las limitaciones de su verbo para poder expresar lo que está viendo y tratando de describirlo afirma que en el interior (de esta visión) ve contenerse, ligado con amor en un volumen, lo que en el universo se deshoja, terminando su magna obra con el mítico verso “l’amor che muove il sole e l’altre stelle”.

Así comienza mi noviembre, y tal si fuese un acto de justicia, al siguiente día oramos por aquellos que todavía no lo han logrado, el día dos es un momento de recogimiento a favor de aquellos que ya han muerto y ascienden por el camino del purgatorio, redimiendo así los pecados cometidos en la tierra. Por eso Dante decía que, con rezos, había que ayudar a esas almas para que lavasen sus manchas, y se les permitiera subir hasta lo más alto del cielo (Purgatorio XI, 34-36).

Nuestro noviembre dantesco continuó con mucho movimiento: Venezuela (Falcón, Lara, Cojedes, Caracas) e Italia fueron los caminos que recorrimos. Iniciamos el día previo a la celebración del “All Hallows Eve” en Santa Ana de Coro, donde vivimos una experiencia que fue “más allá de los sueños”.

Al regresar, y sin casi tiempo de empacar, volvimos a viajar, esta vez nos fuimos para Maiquetía para tomar un vuelo que a Italia nos llevaría. Emilia Romaña nos recibió, el mismo día que comenzó en Bonn (Alemania) a hablarse del cambio climático (https://cop23.unfccc.int/). Leemos a nuestro regreso, de cómo la “eco diplomacia” se impuso, dejando todavía en veremos, temas que ya hubiesen debido pasar a hechos concretos, aterrándonos este hecho, al mejor estilo de “halloween”, ´donde el lucro y el consumo, hoy dictaminan sentencia. En los tiempos “modernos” todo, como escribió Nuccio Ordine, se dirige a la estrella polar del mercado.

En todo caso, el 05 de noviembre mi vuelo llegó finalmente a Milán, después de la respectiva escala en Paris. Mi hermano Marco junto a Mary, mi linda futura cuñada me fueron a buscar para llevarme a la estación central, donde tomé el tren para alcanzar mi destino final: la Provincia de Parma, donde durante 4 días y 4 noches, pernocté en aquellas colinas y lugares que, seguramente, Dante, en su exilio, recorrió; Al quinto día, desde allí, me fui directamente a la Ciudad Eterna, la misma donde en el año de 1300, el Papa Bonifacio VIII con artimañas y engaños, lo retuvo, mientras Florencia, la ciudad natal del poeta, era arrasada por la maldad, y a la cual, nunca más pudo regresar. Un conflicto que trascendió tanto, que El Dante no vaciló en colocar hasta 5 papas en el Infierno de su Comedia.

Llegué temprano a Termini, la Estación donde el tren me dejó, fue un loco 09 de noviembre, ya que al llegar había sol, pero en la tarde el cielo se oscureció y la lluvia todo lo mojó. En todo caso no me amilané, y feliz caminé por las calles de la capital de Italia, que abraza el centro de la cristiandad mundial, y mientras lo hacía, admiraba, y veía la imponencia del Coliseo, la majestuosidad del templo del emperador Adriano, pensaba en los secretos de los Foros Romanos, me fundía con la frescura de la Fontana de Trevi, me dejaba llevar por el misticismo del Panteón y, ya desorientado, terminé en la Plaza Navona, donde está el monumento a los cuatro ríosDanubio, Ganges, Río de la Plata y Nilo. Extraviado y, extasiado, por tanta grandeza de la Ciudad Eterna me metí por aquellas callejuelas, y a la vista del Castel Sant’Angelo emergí, para darme cuenta lo mucho que me perdí.

 

Con Alessandro Masi y Lamberto Lambertini.

Sobre mis pasos regresé, para volver a la Sede Central de la Sociedad Dante Alighieri. Allí me esperaban, y a tiempo yo llegaba; Eugenio Vender, me recibió en la entrada. Luego de saludarnos, con mi amigo, quien es responsable de todos los Comités Dante, fuera de Italia, subimos aquellas históricas escalinatas, para llegar, al igual que 6 años atrás, a la planta alta, donde se encontraba el secretario general, el dott. Alessandro Masi, quién me recibió con un cariño muy especial y sorpresas sin parar. La conversación se hizo rápidamente informal, y trascendió a una alegría sin igual, alcanzando su cénit, cuando el mismo Lamberto Lambertini entró y me entregó su precioso audiovisual. Es que es Inevitable no emocionarse con la serie: “In Viaggio con Dante”.

Luego de pasearme por las innumerables ediciones del Poema Sacro, que allí reposan, desde la griega hasta la vietnamita, me daba cuenta que Kadaré no mentía, cuando afirmaba que nuestro planeta era demasiado pequeño para permitirse ignorar a Dante, y es que allí, a mi delante, estaban los nombres que representaban en el mundo a aquel gigante, y orgullosamente veía como Maracay en aquellas paredes se lucía. Con infinita alegría, y con mi alma llena de esperanza, por la disponibilidad y disposición de nuestras autoridades, a estar cerca de Venezuela en estos obscuros días, me despedía mientras recorría los pasillos de la UNESCO que en este edificio cohabita, recordando que la cultura “batte il tempo”, y con ese pensamiento tome mi vuelo de regreso.

Ya en Venezuela, y casi inmediatamente, me puse nuevamente en movimiento, y el 18, junto a mis amigos, Aura y Augusto, de la Federación Deportiva de Clubes Italo Venezolanos (FEDECIV) viajamos a Barquisimeto; apenas a la ciudad llegar, quedamos fascinados por el enorme y majestuoso monumento mariano, el más grande del mundo. Con ese recibimiento saludamos a todos nuestros amigos del club anfitrión AFIVEL (Asociación de la Fraternidad Italo Venezolana del estado Lara): Concetto, Brunella, Alessandro, Emilio y otros tantos italo guaros que con afecto nos abrazamos. A la Ciudad Crepuscular llegamos para contar nuestro viaje onírico al mundo de Dante; allí estaban los estudiantes de italiano, eran más de 50 los sentados.

El salón Giotto era nuestro escenario; que mejor marco para reencontrarse con su amigo Dante, a más de 10.000 km de distancia del lugar donde ambos vivieron y se conocieron, seguramente durante nuestra conversación imaginaria, Giotto y Dante se abrazaron luego de 700 años, y ambos bromearon por la memorable “terzina” que el “Sommo Poeta” le dedicó a quién consideró, y así la historia se lo reconoció, como el más grande artista de su tiempo: Credette Cimabue nella pittura tener lo campo, e ora Giotto il grido, sì che la fama di colui è scura..” (Purgatorio XI, 94-96). Un encuentro emotivo donde tuve la dicha de compartir presídium, con la linda vice cónsul de Italia del estado Lara, mi amiga Angela Chiurillo, al final confesó que mientras la entrevista escuchaba, sentía como que si ella, en ella, también estaba.

Pero Lara, además de ser devota de la Divina Pastora, otras cosas nos regala, y más en noviembre, cuando el día 22 se celebra la patrona de los músicos: Santa Cecilia, y es que este estado tiene mucho, pero mucho para celebrar, por eso es la llamada capital musical, solo por nombrar dos grandes exponentes: Aquiles Machado, el primer tenor venezolano en presentarse en La Scala de Milán, y por supuesto el genio de la música, Gustavo Dudamel, pero sin duda alguna, que el nombre de Alirio Díaz destaca, y en nuestro caso representa además, ese cordón umbilical entre el Sommo Poeta y este estado, cuando de las tierras larenses, el aún muy joven gran guitarrista partió; él se llevó una maleta cargada de sueños, y solamente dos libros, y como en el salón Giotto Dante lo dijo: “uno de ellos era el mío”. Alirio, siempre reconoció en Italia su segunda patria y fue desde allí que se despidió cuando al cielo partió, para hacerse eterno, desde la Ciudad Eterna, que días antes habíamos dejado atrás. La ciudad que en su ceno alberga una nación: La Ciudad del Vaticano, donde reside el máximo Vicario: el Papa Francisco, quien invoca la lectura del Poema Sacro, bautizando a su autor como el profeta de la esperanza, reafirmando así, el levantamiento de la pena de finales del siglo XIX, que pesaba sobre la Comedia, cuando en 1559 fue incluida en el Índice de los Libros Prohibidos y, por eso no sorprende que la primera edición impresa hecha en Roma sea del 1791.

Nuestro recorrido dantesco del mes que le hace honor al número nueve, es un recordatorio a la importancia que este número tiene en la Divina Comedia y en la vida misma del padre de la lengua italiana, ya que en su libro La Vida Nueva, Dante lo identifica con la máxima expresión del amor divino, resultado del cuadrado del número que representa a la Santísima Trinidad, y con este nueve identifica a su Beatriz, que se le presenta por primera vez a la edad de nueve años, y nueve años después, la reencuentra, y en la novena hora de aquel día, ella por primera vez, y por fin, lo saluda: Beatriz, su musa. Era tal su devoción por ella, que ese fue el lugar que el poeta escogió para ella al hacer su lista de las 60 mujeres más bellas de Florencia, un nueve que lo acompañara a lo largo de todo su recorrido: nueve son los círculos del infierno y nueve son las esferas celestes del paraíso por él descrito.

Con ese pensamiento, retornamos a Maracay, para volver a viajar, esta vez con Aquiles y Carlos (que por los viajes que juntos hemos realizado casi que, el primero es Virgilio y el segundo Estacio), rumbo a San Carlos, de Austria, la capital de Cojedes, el vigésimo estado visitado, que para muchos su significado es “río encantado”. Un viaje incierto porque, este estado siempre me ha desconcertado, invariablemente lento y aletargado en el tiempo, la autopista no atraviesa estos terrenos; desde el monumental campo hasta la redoma en honor al mango, es necesario transitar una carretera de colina, y solo cuando se sale para Acarigua se retoma esa gran autopista que nos conecta con el estado Barinas.

La Blanquera

Esa parsimonia que acompaña a estos paisajes y su gente, es la que percibimos en aquel histórico recinto de La Blanquera, y mientras allí por los pasillos de esta colonial casa yo me paseaba, mi mente recordaba la musicalidad del estado Lara, una letra en mi cabeza sonaba que decía que para ponerle freno al cambio climático había que desacelerar el desarrollo voraz y desenfrenado, pero era el ritmo que no me cuadraba, como dirían los músicos: Adagio ma non troppo.

En todo caso; Llegamos!. Un recinto centenario, no solo por su fecha fundacional que data del año de 1781, sino porque fue escenario y testigo, de hechos que delinearon el posterior futuro de Venezuela, como el asesinato del general Ezequiel Zamora (10/01/1860) y sobre todo, porque fue el Cuartel General, y alojamiento, durante tres semanas del Libertador Simón Bolívar y su estado mayor, desde donde partió, luego de la noche del 22, el ejército libertador para romper las cadenas del yugo del imperio español, un 24 de junio de 1821, en la famosa e inmortal batalla de Carabobo.

Ellos se fueron un 23, nosotros llegamos el 23, y bajo la cornisa expuesta de, probablemente, el último cimiento testigo de esos hechos, gritamos a los cuatro vientos nuestro cuento, de cómo Dante y Aldo se entrevistaron, y a mi pregunta inicial, si alguien, alguna vez, había oído hablar de él, con la excepción de su director, el artista Amilcar Alejo, las miradas de las otras 20 almas que allí se encontraban las delataban. Una profunda alegría me invadía, porque todo el personal que en el museo laboraba, y cuando digo todos, es todos, nos acompañaba, curiosos por saber quién era él. El lenguaje corporal me confesaba el interés que despertaba, y sin temor a equivocarme, puedo afirmar que: aún hoy, aún allí, aún en esta parte de Sur América, sigue vigente la Divina Comedia.

Al Choco Venezuela

De regreso de esta experiencia, pernoctamos un momento en la capital carabobeña, para encontrarnos, en el marco de la II Semana de la Cocina Italiana en el mundo, a tantos amigos que nos han apoyado, en este viaje por Venezuela, llevando el mensaje de El Dante. Estando allí, saludamos a Alejandro Marius de la Fundación Trabajo y Persona (como olvidar la experiencia de este año con Franco y la Asociación Cento Canti), a Antonella Pinto, presidente de la Federación de Jóvenes Italo Venezolanos (FEGIV) quién coordinó en Valencia nuestra presencia, Al presidente de la Cámara de Comercio e Industria Italo Venezolana (CAVENIT), Alfredo D’Ambrosio, amigo de la Dante Alighieri, a Ciro Mauriello, presidente CAVENIT capítulo Aragua, quién ha bautizado nuestro recorrido como Dante, el caminante y como olvidar a Mirna Casinelli, actual presidente de la Casa de Italia de Maracay, quién nos ha dado un apoyo incondicional, al igual que su predecesor nuestro amigo Miguel Tortola; sin ellos, esto sería prácticamente imposible, Mirna, fue la primera amiga que conocí, cuando yo apenas tenía 9 años, y ella 8, era el año de 1978 y estábamos estudiando en el colegio Juan XXIII, único que, aún hoy, dicta la cátedra de Italiano en Aragua, mi estado. Mientras reflexionaba de cómo la privada empresa se une al poeta, y a la Dante, también nos deleitábamos con la feria del Chocco Venezuela, y me preguntaba ¿si esta era la manera para enfrentar el cambio climático?, quien sabe si en Alemania, durante el encuentro lo habrán planteado. Es que incluso la experiencia en Lara, nos dejo esa grata sensación, de que ese es el camino al ser testigos de excepción de la escuela de gastronomía, avalada por una universidad local, que en AFIVEL funciona, y ya de regreso a la Ciudad Jardín reafirmamos este sentido, cuando inauguramos el salón de arte postal. Un secreto, no tan secreto, para actuar y frenar el cambio climático, tal y como lo esbozamos en días pasados.

Claudio Giunta y Danilo Manera

Con muy poco tiempo a disposición, ese mismo día, emprendimos viaje nuevamente, porque a Caracas teníamos que llegar donde el embajador de Italia, nuestro amigo su excelencia Silvio Mignano, nos esperaba para participar en la actividad de un escritor italiano experto en Dante. Hasta allí llegamos y saludamos a Danilo Manera y a Claudio Giunta, expertos en literatura italiana, Danilo orientado más hacia la influencia de esta en la producción latinoamericana, mientras que Claudio se especializa en las publicaciones de la época medioeval, pero con una visión muy actual, muy al estilo pop contemporáneo italiano. Un encuentro, donde confluyeron tantos diplomáticos y expertos, haciendo universal este momento.

Por supuesto, no podía faltar a la segunda cita planteada para el lunes 27, cuando regresamos a Santiago de León de Caracas, en el marco de la inauguración de la II feria del libro de la Universidad Católica Andrés Bello, y donde Italia era el país invitado. Allí vimos un audiovisual que mostraba la visión de la inmigración italiana que llego al país en los años 50, y de allí corriendo nos fuimos al auditorio junto a tantos estudiantes, estudiosos, y representantes de los medios de comunicación, para escuchar, nuevamente a Claudio y sus tres maneras distintas de leer la Comedia de Dante y, casi inmediatamente, y demostrando que el Sommo Poeta es omnipresente, escuchamos a Danilo hablando de los orígenes del idioma italiano y la historia de la literatura de la bota.

Lejos de estar saturados, nos sentimos necesitados por conocer más, y casi lamentando que terminara noviembre, ya que muy probablemente, diciembre será un mes tranquilo y sin novedad.

En el viaje de regreso por la autopista regional del centro, veníamos conversando de eso, con mi amigo Pierluigi Michelangelo, y ya casi llegando a Maracay, recibo un mensaje con una imagen invitándome para los primeros días de diciembre al Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) donde se estará montando en escena el Infierno de la Divina Comedia, y entonces pienso y reafirmo que Dante!!: su vida y su obra siguen vigentes y hoy más que nunca en Venezuela está presente!

Mariano Palazzo