CARACAS – Como algo “positivo, constructivo. Los cancilleres tuvieron una participación equilibrada”, calificó el diputado Luis Florido (MUD), el proceso de negociación de Dominicana. El 15 de diciembre, dijo, cuando regresen a la mesa acaso se pueda conseguir un acuerdo. “Yo tengo mis reservas porque aún hay muchos temas por resolver”, tomó distancia.
“El ex presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó este miércoles que sigue empeñado en una solución dialogada del conflicto de Venezuela y advirtió de que ello exige mucha constancia”, se lee en un despacho de hoy de El Universal, un diario antes alineado en bloque con la oposición, y hoy en manos de capital simpatizante del chavismo.
Diálogo de sordos
A mediados de 2016, la Santa Sede envió un emisario, y se instaló una mesa de diálogo, pero no fue fructífera. Tuvo que ser levantada. Este año, que comenzó más lento que lo normal, la calle reventó luego de Pascua de Resurrección. El saldo es de más de 150 muertos y un centenar de detenidos, casi todos sobre la veintena.
Zapatero, luego de una primera fase de diálogo en Dominicana, posterior a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) –archicuestionada por cierto-, insistió en esta segunda ronda, que coincide con las municipales, y es posterior a la demoledora derrota de las regionales.
“Nosotros estamos haciendo este esfuerzo por el bien de país, pero no vamos a firmar cualquier acuerdo que no beneficie al país”, dijo el parlamentario en Vladimir a la 1, con el periodista Vladimir Villegas, un reportero opositor, pero no radical. El programa se transmite por Globovisión, también otrora un bastión de radical oposición, y hoy en manos de capital afecto al Gobierno de Maduro.
El año que viene se esperan unas presidenciales. Maduro ha pedido que no se permita concurrir a las urnas a los partidos que se abstuvieron en las municipales, como AD, VP y PJ. Heather Nauert, vocera del Departamento de Estado, ha salido al paso diciendo que esto es una muestra de los ímpetus dictatoriales del Gobierno. El canciller Jorge Arreaza calificó de ridículas las declaraciones de la alta portavoz.
