Ajedrez internacional celebra que Maduro no esté invitado a Cumbre de las Américas

En un primer momento, el Gobierno de Perú giró la invitación. Pero ya es oficial: Pedro Pablo Kuczynski ha dado una contraorden. Maduro ya no será bienvenido en la Cumbre de las Américas.
En un primer momento, el Gobierno de Perú giró la invitación. Pero ya es oficial: Pedro Pablo Kuczynski ha dado una contraorden. Maduro ya no será bienvenido en la Cumbre de las Américas.

CARACAS – Dicen que solo los idiotas no cambian de opinión. Sí había sido invitado. Eso nadie lo niega. Pero una carta difundida hoy por medios locales, confirma que el Gobierno de Perú retiró la invitación enviada al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para contar con su presencia en la VIII Cumbre de las Américas, que tendrá lugar Lima (Perú) los días 13 y 14 de abril próximos.

En la Cumbre de las Américas se dan cita los jefes de Estado de los países de América. Sobre el escritorio suelen estar asuntos diplomáticos o comerciales de recalada continental. Su génesis obedece al propósito de barajar la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Los 35 Estados independientes americanos hacen parte del encuentro.

Nicolás Maduro es un líder de izquierda radical, formado directamente bajo la égida de los Castro en La Habana (Cuba), y analistas como el doctor en Ciencia Política Carlos Raúl Hernández (USB), han señalado que llega a la presidencia no precisamente por sus grandes méritos, sino por ser el más fiel y obediente discípulo de Hugo Chávez, y la tiranía antillana.

Con sus lecturas -dispersas o no-, no puede decirse que carezca de ideales e ideología; es devoto de Sai Baba y consulta el I Ching en momentos cruciales. Ya se sabe: Maduro es un hombre testarudo. Ha dicho que estará en Lima “llueve, truene o relampaguee”, con el único propósito de decir “la verdad” de Venezuela ante los demás presidentes.

Diplomáticos de cabeza fría

La diplomacia internacional, no obstante, suele tener la cabeza más fría que eso, y también la piel más gruesa. Comenzó el torneo de micrófonos, de inmediato. Paraguay, uno de los 12 países del Grupo de Lima, celebró la decisión de dicho conglomerado internacional de brindar respaldo a la decisión de Pedro Pablo Kuczynski, presidente de Perú. ¿Cuál? Ya se dijo: Declarar como “no bienvenida” la presencia de Maduro en la Cumbre de las Américas.

El director de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, felicitó a Pedro Pablo Kuczynski por retirar la invitación a Maduro
El director de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, felicitó a Pedro Pablo Kuczynski por retirar la invitación a Maduro

Y –claro- se encendió también la hoguera 2.0. El director de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, disparó a través de la red de micro blogging, Twitter:

“Felicito a Pedro Pablo Kuczynski por quitarle la invitación a Maduro para la Cumbre de las Américas. La región no puede permitir que se siga consolidando una dictadura cívico-militar en pleno Siglo XXI”.

La carta en la cual se revoca la invitación a Maduro, lleva la rúbrica de la canciller peruana, Cayetana Aljovín, y llegó al buzón de la Casa Amarilla, donde comanda Jorge Arreaza, el martes pasado, según se lee en la copia del documento.

Acá el argumento que esgrime el gobierno de Perú: Se le retira la invitación “conforme a lo establecido en la Declaración de Quebec adoptada en la III Cumbre de las Américas en 2001. Que a letra dice: cualquier alteración o ruptura inconstitucional de orden democrático en un Estado del Hemisferio constituye un obstáculo insuperable para la participación del Gobierno de dicho Estado en el proceso de Cumbres de las Américas”. Duro y por el pecho, se dice acá en Venezuela.

Y es que la represión desmedida de las manifestaciones de 2017 dejó muy mal parada la gestión Maduro ante la comunidad internacional. No es cuento. El presidente francés Emmanuel Macron, y también el español, Mariano Rajoy, fueron los primeros en hablar ex profeso de una “dictadura”. Jalando ese hilo se deshace la camisa. Vinieron las sanciones financieras de Estados Unidos, las de Canadá y luego las de la Unión Europea (UE).

Recientemente, Rex Tillerson –al timón del Departamento de Estado- adelanta una gira latinoamericana cerrando brechas en contra de la gestión Maduro. El Grupo de Lima –ya se dijo- también ha estado muy militante en esta misión. O sea, más allá del afán rojo rojito de invocar la soberanía de mala manera, para proceder de inconsultamente fronteras adentro, afuera la comunidad internacional es un hervidero, cuando se menciona la palabra Venezuela.

Artillería pesada

Pero hay más artillería pesada, en el ámbito de la diplomacia.

“Hemos apoyado y apoyamos, por supuesto, la decisión que ha tomado el Grupo de Lima en lo que se refiere al señor Nicolás Maduro”, sentenció en conferencia de prensa el eurodiputado alemán Bernd Lange.

“Quiero dejar muy en claro lo que creemos: adoptamos el pasado jueves una resolución en el Parlamento Europeo que deja bien claro que Venezuela no está en el marco de un proceso democrático y que las elecciones no van a ser unas elecciones democráticas”, afirmó el eurodiputado. A Maduro –no es por nada- se le pone la cosa “color de hormiga”.

El Departamento de Estado también se sumó a los respaldos sobre la revocatoria de invitación, no faltaba más, al señalar este miércoles que la exclusión de Maduro muestra el “alto estándar democrático” que demanda tomar parte en la VIII Cumbre de las Américas.

Pero, ¿de qué va todo esto, al final de la jornada? En la VIII Cumbre de las Américas no se quiere nombrar la soga en la casa del ahorcado. Uno de los epicentros del encuentro serán las elecciones anticipadas en Venezuela, según afirmó el canciller paraguayo, Eladio Loizaga.

“Va a tener que ser un tema (a tratar), teniendo en cuenta también la situación humanitaria y no solamente política que está atravesando (Venezuela). Vemos el constante paso (de ciudadanos venezolanos) que hay por la frontera colombiana y brasileña”, puso de relieve.

Dicen que el mirón es de palo. De modo que, alguien debe sugerir al presidente Maduro no ir justo allí donde no será precisamente bienvenido. El fracaso del diálogo en Dominicana, la creciente hiperinflación, y estas turbias presidenciales, no parecen una camisa muy cómoda para el mandatario venezolano. Una cosa es estar en Miraflores, y otra tener a Dios tomado de la barba.

Alejandro Ramírez Morón

 

 

 

 

 

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