CARACAS – Las elecciones presidenciales convocadas para el próximo 22 de abril serán, en teoría, una contienda entre el presidente Nicolás Maduro y otros tres candidatos. La ausencia de la oposición, si se quiere, tradicional marca unas elecciones que diversos factores de la sociedad venezolana y de la comunidad internacional consideran “fraudulentas” por las condiciones en las que se plantea su desarrollo.
De los tres candidatos a la presidencia, contrarios a las aspiraciones del actual presidente, Henri Falcón es el único que cuenta con una trayectoria política. El exgobernador del estado Lara cuenta con el respaldo del partido del que es fundador, Avanzada Progresista (AP), y el tradicional partido de izquierda venezolano, Movimiento Al Socialismo (MAS) para el tarjetón electoral.
La candidatura del dirigente que fungió como chavista hasta el año 2010, cuando se desligó del proyecto que en ese momento lideraba Hugo Chávez, ha afirmado que el único camino que el promueve para la solución de la crisis es el electoral. Por su candidatura ha recibido críticas por parte de dirigentes opositores como la diputada Delsa Solórzano, quien afirmó que este pretende “legitimar el fraude electoral de Maduro”.
Otra de las candidaturas que ha causado revuelo es la del pastor evangélico Javier Bertucci. Un controvertido líder espiritual que en el año 2010 estuvo detenido por el contrabando de 5.000 toneladas métricas de diesel y en 2016 apareció en la polémica investigación de los Panamá Papers. Acude a la cita electoral con la promesa de atender el “clamor social” que tiene el país.
El último nombre en inscribirse en la lista de candidatos es el del General Francisco Visconti, un antiguo miembro de las Fuerzas Armadas que participó de la intentona golpista de Hugo Chávez en el año 1992. Por vía del grupo de electores y en nombre del Frente Amplio Nacional Bolivariano (FANB) el militar retirado promueve “la defensa del bolivarianismo”.
