CARACAS – El vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, aseguró que su Gobierno no apoya una intervención militar en Venezuela, sino una solución “democrática no traumática”.
Durante un coloquio organizado en Madrid por el Foro España Internacional, el vicepresidente indicó que su país, “desde siempre”, ha promovido el diálogo entre la oposición y el oficialismo. Asimismo, defendió la estrategia aplicada por la comunidad internacional de sanciones económicas a particulares y no embargos generales.
Naranjo destacó que su país ha logrado, hasta ahora, evitar una crisis humanitaria por la creciente llegada de inmigrantes de Venezuela y confió en que la “relación familiar” entre ambos países evite estallidos de xenofobia.
De igual manera, valoró el “profesionalismo, corrección, prudencia y firmeza” de las fuerzas colombianas ante las “provocaciones” venezolanas.
El político colombiano recordó que, en el pasado, “entre tres y cuatro millones de colombianos se fueron a Venezuela” e indicó que esa situación generó “una relación funcional familiar entre los ciudadanos colombianos y venezolanos”.
Asimismo, agregó que “de alguna manera, eso ayudar a mitigar los riesgos de una reacción antimigración”.
Sin embargo, reconoció que la afluencia de migrantes venezolanos en Colombia ha generado “preocupación” entre los ciudadanos del país. Esto, en relación a la presión por el acceso a los servicios de salud o educación y también sobre “el deterioro que se pueda dar, especialmente como formas de indigencia callejera en las ciudades”.
Ante esta situación, el vicepresidente indicó que los colombianos reclaman “más acción” a los entes gubernamentales.
Según el servicio de migraciones de Colombia, cerca de 550 mil venezolanos viven en territorio colombiano legal o ilegalmente, y prevén que la cifra podría llegar al millón al final de este semestre.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), indicó que cerca de 100 mil venezolanos que salieron del país pidieron el estatuto de refugiados desde principios de 2017.
Ante esta situación, el ACNUR pidió a los países de la región que se muestren “solidarios” con los venezolanos. Además, la agencia advirtió que cada vez más venezolanos, en particular los que viven en el extranjero sin protección jurídica, son “vulnerables” a fenómenos como “la explotación, la trata, la violencia, los abusos sexuales, la discriminación y la xenofobia”.
