CARACAS – Se complica el panorama de la salud. Ha habido un aluvión de protestas en todo el país, en este sentido. La Organización Panamericana de la Salud (OPS): hay brotes de difteria en Venezuela. También casos exportados a Brasil y Colombia. El chavismo introdujo la medicina cubana de cabeza en el país, con la Misión Barrio Adentro, pero los médicos venezolanos están reconocidos entre los mejores del orbe. Somos el país de José María Vargas y José Gregorio Hernández.

“En Venezuela, el brote de difteria que se inició en julio de 2016 sigue activo”, actualizó la data la OPS, en un reporte de ayer. El ente informó que la infección se genera por una bacteria, que produce inflamación en la garganta y dificultad para respirar, por lo que puede ser mortal.

Se ha vuelto a la época de Juan Vicente Gómez, si hablamos de nuestra historia contemporánea, y si lo vemos en el contínuum de la historia de la humanidad, casos de malaria –por ejemplo- nos llevan de vuelta a los tiempos de Rodrigo Borgia, el papa Alejandro VI. También hay mal de chagas, entre otras enfermedades endémicas.

El Hospital J.M de los Ríos, en Caracas, no se quedó atrás. Severas protestas a las afueras del centro asistencial, plantaron cara a la crisis humanitaria de Venezuela. Banderas del tricolor nacional y pancartas. Trancaron el paso de la avenida Vollmer, frente al centro asistencial: exigen mejores condiciones, insumos, reactivos y sueldos dignos. “Y cuál, y cuál, y cuál constituyente si en los hospitales se nos mueren los pacientes”, fueron los vítores de trabajadores y pacientes.

El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) de Antímano se sumó al mar de protestas convocadas por gremios de la salud. Exigir aumento salarial era una de las palancas que los llevaron a la calle. Los trabajadores del IVSS trancaron la vía y formaron una gran cadena humana. Acá también hubo pancartas: los mensajes pedían salarios dignos e insumos para los pacientes.

El grito de una madre

Todo un emblema venezolano, la Maternidad Concepción Palacios echó sus trabajadores a la calle a protestar este martes. Bajos salarios. Escasez de medicinas en el recinto. El pregrado de medicina dura 7 años, no 5 como las demás carreras, y usualmente demanda estudios de cuarto nivel. Es impensable que los sueldos sean tan irrisorios. “Ministro genocida, no da las medicinas”, gritaron los ciudadanos.

De su lado, un puñado de galenos y enfermeros, que no estaban solos, sino acompañados por la ciudadanía, protestaron desde las 12:10 pm, en la perimentral de San Antonio de los Altos. Se apostaron en la acera de la avenida ataviados con sus blancos uniformes y las pancartas también hablaron acá por ellos: una lista de medicamentos e insumos escasos en los centros asistenciales.

El Hospital Algodonal. Sus trabajadores se unieron a la mega protesta nacional por el colapso de la salud, y la crisis humanitaria. Médicos, enfermeros y demás empleados. A las afueras del recinto, sillas y otra vez pancartas fueron la utilería del desasosiego: rechazo por la escasez de medicamentos, insumos, falta de servicios y déficit salarial.

Hospital Universitario de Los Andes de Mérida: exigen respeto a la vida. Que se busque una solución a la crisis humanitaria. Javier Cordero es presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes. Dijo que han alzado su voz para exigir a las autoridades implicadas la asignación de recursos imprescindibles para recuperar de la postración a los hospitales.

Una cosa de derechos humanos

Y otro emblema claro: el Hospital Clínico Universitario (HCU). Su personal exigió el derecho a la salud y a la vida. La Constitución de la OMS (1946) afirma que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”.

Y en el Domingo Luciani de El Llanito se apostaron a la entrada. Enfermeras, trabajadores, médicos y pacientes del hospital José María Vargas trancaron la calle para exigir mejoras salariales e insumos médicos.

“Tengo tres años aquí. Vengo a protestar porque se está cayendo el hospital, estamos cobrando 200.000 bolívares mensuales”, dijo Alba Holguín, camarera del Domingo Luciani. La cifra es elocuente.

El boom petrolero que Hugo Chávez tuvo entre manos fue cualquier cantidad de veces más grande que el del adeco Carlos Andrés Pérez. Pero –al menos por esta vez- uno recuerda más bien a un copeyano, el ex presidente Luis Herrera Campins. Toca preguntar, como él lo hizo en su campaña presidencial: ¿dónde están los reales?

Alejandro Ramírez Morón