Combatir la injusticia con la solidaridad

Imágenes de la Olla Solidaria El Tocuyo que se realiza en la parroquia San Francisco de Asís. Se alimenta diariamente a 700 personas con apoyo de productores y voluntarios de la misma ciudad de El Tocuyo, Edo Lara. Venezuela

“Tal vez la única oportunidad de supervivencia de la humanidad se encuentra, en último extremo, en un sentido solidario”, escribió Viktor Frankl en su libro Ante el vacío existencial. Y pareciera ser una afirmación catastrófica basada en algo tan frágil como la solidaridad del ser humano, porque normalmente ponemos nuestra esperanza y, entonces,  la posibilidad de sobrevivir en sistemas y modelos políticos o económicos.

¿Qué valor tienen los gestos solidarios frente a situaciones tan complejas como la que estamos viviendo en Venezuela? ¿Qué incidencia social, política y económica tiene ese movimiento solidario y de ayuda al otro que nace del ser humano?

Existen incontables iniciativas solidarias en Venezuela que están dando respuestas a los innumerables y complejos problemas que tenemos en todas las áreas. Y es importante que nos demos cuenta que “la solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos” (SRS 38. Juan Pablo II).

Esto no quita la necesidad de cambios importantes a nivel político, económico y social, pero cualquier perspectiva de desarrollo tiene que considerar que “todos seamos realmente responsables de todos”. Por eso es importante que se puedan difundir y favorecer gestos, iniciativas, organizaciones y obras que apunten al bien común de todos los venezolanos basados en la solidaridad. Porque como escribió el gran Chesterton: “Si de verdad vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo a toda costa”.

Es el momento de combatir, con paciencia e inteligencia, la injusticia con la solidaridad (como empezamos a citar en Frente al dolor puede renacer la esperanza), dar a conocer todo lo bueno que está pasando y empezar a conectar estas iniciativas solidarias en favor del bien común igual que las constelaciones en una noche oscura.

Pero ¿cómo no desfallecer frente a la magnitud de los problemas y al cansancio, y entonces favorecer esta solidaridad? ¿Es posible solamente con nuestra voluntad y persistencia hacer frente a los problemas, como nos sugería Chesterton?

“La solidaridad, no es un mecanismo automático, no puede ser programado o controlado: es una respuesta libre que viene del corazón de cada uno. Sí, ¡una respuesta libre! Si uno entiende que su vida, aún en medio de muchas contradicciones, es un don, que el amor es el origen y el significado de la vida, ¿cómo se puede frenar el deseo de hacer el bien a los demás?” (TED 2017 Papa Francisco).

Alejandro Marius