Nicolas Schöffer invita a viajar a los orígenes del videoarte

MADRID. – La gran aspiración del artista francés de origen húngaro Nicolas Schöffer (Kalocsa, 1912 – Paris, 1992) fue crear un arte total, en el que disciplinas como la pintura, la escultura, la música, la arquitectura, el diseño y el cine pudieran integrarse a materiales inmateriales como el tiempo, la luz y el espacio para transformar sus obras en experiencias sensoriales que invitaran a los espectadores a sumergirse en ellas.

Schöffer dio forma a sus composiciones escultóricas cinéticas en la década de los años cincuenta, siendo CYSP 1, de 1956, la primera obra en la historia del arte en ser considerada una escultura cibernética, pues integraba a sus piezas células fotoeléctricas, un micrófono y un cerebro electrónico. Por ello, con toda justeza, Schöffer es conocido como el padre del arte cibernético y del Media Art. De hecho, mucho antes de que se acuñara el término “instalación”, el artista creó muchas de ellas.

Consciente de la importancia del legado de Nicolas Schöffer –un legado que ciertamente representó un quiebre en el arte contemporáneo, abriendo caminos a movimientos como el Cinetismo y el Op Art–, la galería Odalys de Madrid, ubicada en la Calle Orfila 5, 28010, inauguró la exposición Métacinéma, que reúne 15 videos realizados por el artista, también pionero del videoarte.

La muestra cuenta con la curaduría compartida de Eleonore de Lavandeyra Schöffer, viuda del artista, y la galería Odalys, en cuya sede serán dispuestos varios monitores en los que se proyectarán, a manera de loops, la casi mitad de los 36 audiovisuales dirigidos por Nicolas Schöffer entre 1956 y 1992, entre ellos, Mayola (1958), donde el artista aborda la luz de una forma casi salvaje, al representar sus esculturas como inquietantes ciudades industriales que parecieran disolverse en la pantalla; Spatiodynamisme, también de 1958, presentada en la Exposición Universal de Bruselas durante el Concurso Internacional de Cine Experimental, y Variations Luminodynamiques 1 (1961), hito en los orígenes del videoarte no sólo por los experimentos técnicos que implicó su realización, sino por ser el primer clip para televisión en donde los movimientos corporales, los efectos y el sonido están sincronizados.

Se trata de la muestra más completa de videos y obra fílmica del artista realizada hasta hoy.

Decía Schöffer: “El cine no es solamente imágenes grabadas en un carrete. Se puede hacer cine en el espacio, se puede hacer cine sobre cualquier superficie, en diferentes medios. (…) Entonces, considero que cuando utilizo mis proyecciones de luz o mis esculturas-luz en una plaza pública, estoy haciendo cine, solo que lo llamo espectáculo luminodinámico y el cine también forma parte del luminodinamismo” (declaraciones recopiladas por Éric Rohmer en Le Celluloïd et le Marbre, de 1966).

Según el escritor, curador y artista catalán, Eugeni Bonet, Schöffer fue, junto con el alemán Karl Otto Götz, el primer artista que contempló la televisión como una tecnología artística. Por su parte, en el texto que acompaña a la muestra Métacinéma, comenta Arnauld Pierre, colaborador científico del Departamento de Pintura del Museo de Louvre y consejero artístico de la Asociación Internacional de Amigos de Nicolas Schöffer (ANSI), que el artista “declara que el cine no es más que un remedio para salir del paso, que el arte de las proyecciones de luz sobrepasa el valor del cine y anuncia, quizás, el nacimiento de lo que podríamos llamar ‘metacine’ o un cine ‘intensificado’”.

Todas las luces y los enigmas de Nicolas Schöffer podrán ser dilucidados en la galería Odalys de Madrid, que en su página web,www.odalys.com, pone a disposición de los interesados algunos de los videos del artista. La muestra estará abierta hasta el 5 de julio, en horarios de martes a sábado, de 11:00 a 14:00 horas y de 15:00 a 20:00 horas.

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