CARACAS – El evento electoral del 20 de mayo en Venezuela sigue siendo un tema de amplio debate en cuanto a su legitimidad, y desde el interior y el exterior del país han surgido nuevos pronunciamientos que rechazan lo sucedido y desconocen el resultado. Son pocas las naciones y organizaciones internacionales que reconocen plenamente el proceso, y en el mundo democrático es casi unánime una posición que se sitúa en contra.
El G7 es el nuevo organismo internacional que se anota en la lista de quienes rechazan la posición del Gobierno y las instituciones de Venezuela en torno a la reelección del presidente Nicolás Maduro. La agrupación de naciones integrada por Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón se sumó al pronunciamiento previo de la Unión Europea (UE)
Según el G7, las elecciones en Venezuela no cumplieron los estándares internacionales ni aseguraron las “garantías básicas” que estos procesos deben tener. En este sentido, el grupo asegura que el resultado de los comicios “no es representativo de la voluntad democrática de los ciudadanos de Venezuela”. Es por esto, que denuncian tanto los resultados como todo el procedimiento electoral.
El llamado general que realiza el G7 es a que en Venezuela sea restaurada la democracia constitucional y se organicen “elecciones libres y justas que reflejen verdaderamente la voluntad democrática del pueblo”. Además, reiteraron su compromiso “hacia una solución pacífica, negociada y democrática a la crisis en Venezuela” y con el apoyo a la población a través de asistencia humanitaria.
A lo interno de la nación, se efectuó un debate en la Asamblea Nacional (AN) en torno a los comicios ocurridos el pasado domingo. El debate fue el único punto del día y llevó como nombre “Debate sobre la farsa electoral” del 20 de mayo. Posteriormente fue aprobado un acuerdo de desconocimiento y se solicitó la renuncia de Tibisay Lucena como presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE).
