Celebrada también en Caracas la “Fiesta de la República”

El Embajador de Italia, Silvio Mignano
La Embajada de Italia festejó el Día de Italia, evento que cada mes de junio da inicio al mes de Italia en Venezuela. La actividad realizada en la residencia del Embajador Silvio Mignano, fue escenario para rememorar los 70 años de la fundación de la República y los cien años de la finalización de la Primera Guerra Mundial.

CARACAS – Para conmemorar los setenta años de la República Italiana, la casa del Embajador en Caracas abrió sus puertas para celebrar el Día de Italia, evento que se realiza cada año en la residencia del máximo representante del gobierno en Caracas y al que asisten la comunidad italo venezolana que hace vida en el país.

El Embajador Silvio Mignano fue el anfitrión de una agradable recepción en las que estuvieron acompañándolo el Nuncio Apostólico monseñor Aldo Giordano , representantes de la AsambleaNacional, miembros delcuerpo Diplomático y consular de losorganismos internacional acreditados en Venezuela, monseñores Trino Fernández y Enrique Paravano, obispos auxiliares de Caracas, padre Miguel Pandi, director de la Misión Católica Italiana en Caracas, el padre Alejando Moreno, colegas y personal de la Embajada de Italia, del Consulado, del Instituto de Comercio Exterior, del Instituto Italiano de Cultura, integrantes de las Cámaras de Comercio venezolanas italianas para el comercio exterior, integrantes de la Sociedad Dante Alighieri, de los Comité, así como de las casas y Centros italo, miembros de las Asociaciones regionales, de las escuelas italianas, cónsuleshonorarios, empresarios, artistas, editores, músicos, medios de comunicación y connacionales.

Durante su discurso de bienvenida, el Embajador Mignano describió una de las últimas escenas del film “Ladrones de bicicleta”, clásico del neorrealismo italiano que describe la Italia de 1948, cuando el protagonista se apoya en la esperanza para sobrevivir, en el marco de una atmósfera donde se respira resignación más que desolación.

Hizo la comparación de ambos momentos históricos, a propósito que en ambos sucesos han transcurrido 70 años y en las dos situaciones, habían robado al pueblo su libertad y la seguridad a la vida, abriendo el camino para la reconstrucción que había dejado el fascismo.

Comentó sobre los resultados producto del trabajo, sacrificio y migraciones, donde a través de una constituyente pudo levantarse una nación y llenarse el vacío que dejó el sufragio universal.

Comunidad Italo Venezolana en Caracas

Italia fundada en el trabajo

“Italia es una república democrática fundada sobre el trabajo. El poder está en el pueblo que lo ejerce en la forma y en los límites de la constitución… estas dos líneas simples lo contienen todo. La voluntad del escape y a la vez la paz de mutua comprensión y conocimiento. No es un simple compromiso, y si bien es la síntesis de tensiones y exigencias distintas, es una República, la Republica de Cicerón, la cosa del pueblo, recuperada dos años antes. Ese 2 de junio que seguimos celebrando hoy también y que dejó un República democrática y fundada en el trabajo”.

El poder pertenece al pueblo y tampoco el pueblo se encuentra completamente libre de ejercerlo, pues debe respetar un límite y las formas de la Constitución. Nadie puede encarnar en algún momento el sentir y la voluntad del pueblo ni un futuro que tal vez tenga otras ideas y otras perspectivas. Todos se encuentran limitados por el respeto no solamente de una minoría de hoy, sino de una posible mayoría de mañana, que aún no conocemos pero que ya tenemos que tener en cuenta. De allí la prosa elegante de una Constitución que se lee y garantiza los derechos inviolables del hombre, tanto como individuo como en el sueño de las organizaciones sociales, en las que desarrolla su personalidad y exige el cumplimiento de los deberes innegables de solidaridad política, económica  ysociales (Artículo 2) , agregó el Embajador.

Enfatizó en que todos los ciudadanos tienen la misma dignidad social y son iguales ante las leyes sin distinción de sexo, raza, religión, opiniones, políticas ni circunstancias sociales ni personales (Artículo 3).

“Italia repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los demás pueblos y como resolución de las controversias internacionales” y a propósito de citar este artículo 11, indicó que en 2018 también se celebran los cien años de la culminación de la Primera Guerra Mundial, que surgió como la segunda, en el corazón mismo de la cultura europea.

Explicó que la Carta Magna decreta la contribución italiana a la toma de conciencia del continente entero para que abandone definitivamente el recurso de la violencia, y que se encamine rumbo a la unidad, la paz, la convivencia, el progreso, gracias al nacimiento justamente en Roma (1957) de la comunidad europea, luego llamada Unión Europea.

Este año –continuó- se recuerdan también los cuarenta años del asesinato de Aldo Moro, hombre bueno, exquisito jurista y profundo protagonista de la vida política, quien estaba convencido que el camino correcto para Italia, más que la superación de las diferencias, era su integración y armonización.

De igual manera, el diplomático se refirió al gesto inimaginable realizado por primera vez en la historia, como fue el cerrar los manicomios y a la vez abrir sus puertas, gracias a la idea visionaria del Dr. Franco Bataglia, psiquiatra de Tiestee, hecho del cual han pasado también cuarenta años.

Concluyó haciendo alusión a un texto del poeta Gianni Rodari basado en la gramática de la fantasía que afirma que nuestras miradas no pueden robar el cielo y no pueden sustraer ninguna porción de él, siempre quedará intacto para el próximo que no migrará, que recibirá la misma cantidad de cielo (…) el que mira deúltimo, no lo encuentra menos resplandeciente.

“Quedémonos con esas palabras, con la capacidad de los hombres de sumar y multiplicar y no solamente de restar o dividir, con la certeza de que al final somos seres capaces de levantarnos y pasar las noches más profundas y oscuras.Italianos en Italia, italianos en Venezuela, venezolanos, todos capaces siempre como Dante Alighieri y su Altísimo poeta Virgilio de decir, que viva Venezuela, que viva Europa y que viva la República italiana”.

Concluida la ceremonia, se invitó a una recepción que inició con el acompañamiento de los jóvenes músicos de la Escuela Mozarteum y el Ensamble de flauta, quienes interpretaron la obertura del Barbero de Sevilla de Rossini. Seguidamente, el pianista maestro Carlos Urbaneja, acompañó al gran barítono venezolano Álvaro Carillo, quien ejecutó tres piezas de Rossini.

Letizia Buttarello

 

Ensamble de Flauta de la Escuela Mozarteum

 

El barítono Álvaro Carillo interpreta piezas de Rossini