PDVSA intenta solventar sus problemas más próximos

Raffineria di Amuay
La contrazione della produzione in Venezuela e il blocco dei porti della Libia potrebbero creare squilibri nel mercato e provocare un incremento indesiderato dei prezzi del greggio

CARACAS – No es difícil relacionar la crisis económica que vive el país con el deterioro cada vez más acentuado que presenta la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). La prácticamente única generadora de Producto Interno Bruto (PIB) ha desplomado su producción a niveles críticos y ha tenido que enfrentar demandas y toma de activos debido a las expropiaciones que realizara el ex presidente Hugo Chávez durante su gobierno.

La crisis en PDVSA ha llegado a un nivel tal que la principal refinería del país, la destiladora de Amuay, debió paralizar su actividad por un número cercano a 90 días, para poder llevar a cabo un número considerable de reparaciones en el interior de sus instalaciones. Finalmente, ya reactivará sus operaciones, en un momento en que hasta el propio gobierno ha reconocido la implosión de PDVSA.

Guillermo Blanco, vicepresidente de refinación en el Centro de Refinación Paraguaná (CRP), indicó:

“Se están haciendo grandes esfuerzos por recuperar, mantener y sostener nuestras actividades, con los recursos que tenemos a mano”.

De acuerdo al comunicado oficial que publicó PDVSA, las nuevas reparaciones permitirán producir hasta 90 mil barriles de petróleo (bpd) adicionales al día.

PDVSA sin producción y con barriles estancados

La baja en la producción y el deterioro en las instalaciones no son los únicos problemas que se encuentra enfrentando PDVSA actualmente. La congestión del principal puerto exportador de crudo, el Puerto José, está ocasionando que aproximadamente 24 millones de barriles de petróleo estén estancados mientras la empresa negocia los costos de transferencia de la materia prima.

Como consecuencia de esto, PDVSA notificó a sus clientes que una nueva operación de embarque será instalada en la costa occidental del país y así disminuir el retraso de exportaciones que se consideran claves para la estatal. Hasta el seis de junio, eran más de 80 buques petroleros esperando en aguas venezolanas, en su mayoría para cargar crudos.

 

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