Industrias del calzado y vestido han perdido 30% de su mano de obra

Con una reducida capacidad de producción y una notoria baja en las ventas, los sectores del calzado y del vestido no tienen capacidad para reponer sus inventarios, Abogan por facilidades para adquirir divisas y poder importar materia prima y componentes que le permita reactivar sus respectivos sectores
Con una reducida capacidad de producción y una notoria baja en las ventas, los sectores del calzado y del vestido no tienen capacidad para reponer sus inventarios, Abogan por facilidades para adquirir divisas y poder importar materia prima y componentes que le permita reactivar sus respectivos sectores

CARACAS – Aunque un par de zapatos en Venezuela cuestan la mitad que en el exterior, la industria del calzado trabaja apenas a 20 % de su capacidad y los precios de los productos no están a la par de la inflación.

El problema no es el costo, sino el deterioro del poder adquisitivo de los venezolanos, dijo el presidente de la Cámara Venezolana de Calzados y sus componentes (CVCC), Luigi Pisella, quien indicó que habría que atacar la causa y no las consecuencias con controles de precios, sino por el contrario, debería incentivarse la producción para que los precios pueda disminuir

Con esperanzas y optimismo, Pisella es de la idea que el poder adquisitivo del venezolano si puede recuperarse, pero no porque se decrete un nuevo aumento de sueldo, sino cuando se incentive la producción y la productividad.

Señaló que se ha perdido cerca de 30% de la mano de obra como consecuencia de la baja producción, y de un total de 70 mil trabajadores que se contabilizan dentro del sector, un gran número han migrado al mercado informal o se han ido del país por las condiciones económicas y sociales que se vive en Venezuela.

Agregó el comercio también podría reducirse en 30% debido a que muchos establecimientos no pueden reponer sus inventarios y más cuando se vieron afectados por las medidas gubernamentales impuestas a la estructura de costos en los rubros del calzado.

Quizás los fabricantes aguante un poco, pero el comercio de por sí va a desaparecer porque no tiene cómo hacerle frente al incremento de los nuevos inventarios ni a los costos de sustentabilidad, todo eso sube y el comercio no puede subir al mismo ritmo, precisó el vocero gremial.

Ha desaparecido 75% de las industrias de hace 20 años

En cuando al sector del vestido, Roberto Rimeris, presidente de la Cámara Venezolana de la Industria del Vestido (Cavediv), afirmó que cuando el presidente Chávez llegó al poder existían alrededor de 200 industrias del vestido, cifra que se ha contraído y que hoy apenas llega a 20%. “Eso es parecido a lo que está pasando en el resto de la industria nacional que ha desaparecido 75 % de las que existían hace 20 años”, precisó para Unión Radio.

Afirma que aunque no es imposible, costará mucho trabajo y esfuerzos recuperar nuestra industria nacional.

Señaló Rimeris que hay que evaluar las condiciones si el país tuviera una economía abierta a la competencia internacional, donde seguramente tuviéramos desventajas en cuanto a la preparación y capacidades, pues existe un rezago de tecnologías que remonta a Venezuela a una situación de retraso de 15 a 20 años atrás.

Por otra parte, desde 2016 la industria del vestido ha descendido en  un promedio de 30% debido a las dificultades para adquirir productos e insumos por la falta de divisas, y ya en 2015 había registrado una contracción que se ubicó en 50%.

Y el declive en la producción se ha originado porque desde 2014 y 2015 ya muchas empresas no reciben divisas y las ha obligado a operar entre 30% y 40% de su capacidad instalada.

Igualmente la ausencia de dólares ha hecho que se reduzcan los inventarios en promedio entre 50% y 70%, y los importadores venden los insumos en bolívares a precios muy altos”, sostuvo.

Finalmente y según datos de la Cavediv,  antes de comprar prendas de vestir, la gente prioriza sus ingresos para comprar comida, medicinas y pagar la educación   Compran menos ropa a medida que sus entradas se comprometen con otras necesidades más prioritarias como la salud, la comida y la educación”, dijo.