Trinidad y Tobago no quiere más venezolanos

El primer ministro de la isla vecina no aceptará a venezolanos ni concederá más asilo político, pues rechaza que las Naciones Unidas hagan de ellos un campo de refugiados. El Parlasur rechazó las declaraciones y advirtió que la xenofobia es una grave violación de los derechos humanos
El primer ministro de la isla vecina no aceptará a venezolanos ni concederá más asilo político, pues rechaza que las Naciones Unidas hagan de ellos un campo de refugiados. El Parlasur rechazó las declaraciones y advirtió que la xenofobia es una grave violación de los derechos humanos

CARACAS – Keith Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago, anunció que no está dispuesto a aceptar venezolanos en su país ni aún con una orden de la ONU que le obligue a dar asilos políticos.

Dijo que “mientras la situación de Venezuela se deteriora, una persona podría venir y nosotros de hecho podemos asistirlo ya que somos capaces de hacerlo. Pero tengan en mente que no somos China, Rusia, no somos Estados Unidos. Somos una pequeña isla de espacio limitado, con 1.3 millones de habitantes, por ende no podemos ni permitiremos que las Naciones Unidas haga que seamos un campo de refugiados”.

Expresó que si bien la crisis política, social y económica por la que atraviesa la nación latinoamericana ha ocasionado que miles de venezolanos emigren tras la búsqueda de mejor calidad de vida, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados de la ONU (Acnur), afirmó que dicha diáspora comenzó en 2014 y seguirá durante este año.

Por su parte el Parlamento del Mercosur (bloque regional constituido por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Bolivia), a través de las redes sociales de su presidente William Dávila, rechazó las declaraciones el Primer Ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, y destacó que la xenofobia es una grave violación a los Derechos Humanos.

“Cómo Presidente de Asuntos Internacionales @PARLASUR @OEA_oficial rechazo las declaración Primer Ministro Trinidad Y Tobago contra los venezolanos desplazados en su país por culpa de la catástrofe económica, política y social de Venezuela. Esa xenofobia es una grave violación de DDHH y fascista”, escribió.

Trinidad y Tobago cómplice de la tiranía de Maduro

La declaraciones del primer ministro Rowley  generaron preocupación por parte de la Fundación ARCADIA, la cual a través de un comunicado lamenta que la nación caribeña desconozca las normas internacionales relativas al Asilo y al Refugio, en especial, el pleno respeto del principio superior de No Devolución (Non-Refoulement), parte del sistema de protección internacional.

Igualmente, manifiesta su inquietud porque desprecie las normas jurídicas aceptadas por la comunidad internacional en relación con el tratamiento a extranjeros y la prohibición de expulsión o devolución colectiva.

El comunicado especifica que  “El gobierno de Trinidad y Tobago se hace cómplice de la tiranía venezolana al rechazar a las personas que huyen de la violencia, de la inseguridad, del hambre y de la catástrofe en la que nos ha sumergido el ilegítimo e irresponsable régimen de Nicolás Maduro”.

Dijo que espera que el gobierno trinitario rectifique y asuma su responsabilidad no solo hacia Venezuela, con quien siempre ha tenido excelentes relaciones, sino con la comunidad internacional, pues el desplazamiento de personas por la violencia y la miseria, el derecho a la vida y a la integridad física no es más un problema del país de origen, sino de toda la comunidad internacional que en forma solidaria debe enfrentarlo y atenderlo conforme al Derecho Internacional.

Salida hacia el sur

Las cifras de Acnur señalan que Brasil es uno de los principales destinos hacia donde emigran los venezolanos y en los dos últimos años han llegado a Roraima más de 111 mil personas.

Diversas organizaciones mundiales han pedido apoyo internacional para  ayudar a quienes sean ido, y Acnur solicitó a los países donantes internacionales 50 millones de dólares para los emigrantes venezolanos, así como otorgar respuestas de protección.

 

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