Godoy: “El próximo reto de Maikel Melamed será en el agua”

Maikel Melamed ha sido un ejemplo para muchos. Su próximo reto será en el agua

CARACAS – “No hay cosas imposibles, solo personas incapaces”. Es un viejo refrán. En él, su autor a todos desconocido, supo sintetizar la sabiduría oriental. Tal vez Maikel Melamed no lo conozca y poco importa. Sin embargo, es evidente que ese es el espíritu que lo guía. A la vista está. En su vocabulario pareciera no existir las palabras “imposible” e “incapaces”. De hecho, es economista, profesor de filosofía, psicoterapeuta, conferencista y orador. También es corredor de larga distancia. Y no ha despreciado las emociones que encierra ver el mundo desde la altura de las nubes, volando en parapente y lanzándose en paracaídas; o desde la profundidad del océano, buceando. Nada de todo esto tendría de sorprendente a no ser que Melamed nació con una condición llamada hipotonía. Es decir, la disminución del tono  muscular en forma generalizada o focal. O, lo que es lo mismo, un déficit importante en el desarrollo psicomotor. Sin embargo, lo que le falta en condición física, le sobra en motivación, orgullo y ganas de vivir. Después de participar en los maratones de Nueva York, Berlín, Chicago, Boston y  haber alcanzado la cumbre  del Pico Bolívar, ahora se prepara a un nuevo reto. En esta oportunidad, en un ambiente aún más hostil para alguien en su condición: el agua. De eso hablamos con su entrenador, Arturo Godoy Sander.

Nadador de toda la vida, ánima del equipo Master del Centro Italiano Venezolano, Arturo Godoy Sander nos habla de su experiencia entrenando a Maikel Melamed, quien se prepara para otro desafío

– Todo comenzó gracias al entrenador Luis Miguel Peñalver – comienza su relato -. Estábamos participando al cruce del Orinoco. Luis Miguel vio a un participante en dificultad. Se le acercó y le hizo compañía en todo el trayecto. Lo aconsejó y lo alentó para que no abandonara. No lo conocía. Y, aun así, decidió acompañarlo por todo el recorrido. Sólo al llegar a la meta, Luis Miguel  se dio cuenta de que esa persona tenía cierta discapacidad, alguna dificultad motriz. Poco después, Adriana Sánchez, una señora a quien conocíamos porque había nadado con nosotros por un tiempo, nos preguntó si sabíamos de alguien que pudiera estar interesado en entrenar a Maikel Melamed.  Luis Miguel y yo aceptamos el desafío. Acudimos a la primera entrevista. Hablamos un largo rato y, al final,  nos integramos al equipo. Lamentablemente, por razones personales y de trabajo, Luis Miguel, por ahora, se mantiene un poco alejado.

Soy yo quien entrena a Melamed en el agua.

– ¿Cuáles son sus condiciones? ¿Puede enfrentar un reto, como por ejemplo participar en un “aguas abiertas”? ¿En función de cuál reto lo estás entrenando?

Godoy, como era de esperarse, calla sobre el próximo desafío. Es más mudo que un pez. Se limita en señalar que será el proprio Melamed en informarlo oportunamente.

–  Maickel Melamed está muy bien asesorado – nos dice -. Tiene un grupo de compañeros que  lo siguen en sus retos y lo aconsejan; sus fisioterapeutas conocen su cuadro físico. Yo soy parte de ese equipo.

 

TODOS LOS DIAS

– ¿Cómo se desarrollan los entrenamientos?

Arturo Godoy es el ánima del equipo master del Centro Italiano Venezolano. Sus amigos, con quien comparte sesiones extenuantes de entrenamiento y la emoción de las competencias,  lo llaman el “Capi”, con cariño y también con respeto. Nadador de toda la vida, Godoy es un excelente entrenador y motivador. Sabe que en la natación, como en cualquier deporte, más importante que ganar es saber levantarse después de una derrota. Tiene el don de encontrar la palabra correcta que borra el sentimiento de frustración y desengaño e inyecta nuevo entusiasmo. En fin, que trasforma el revés en el trampolín para un nuevo comienzo.

– Todos los días, cuando se puede, de 7 a 8, nos metemos al agua – nos dice -. Melamed está mucho menos capacitado del atleta que Luis Miguel acompañó y animó en el cruce del Orinoco. Sin embargo, vamos avanzando. Los entrenamientos se hacen cada vez más intensos, dentro de la capacidad que Melamed va desarrollando. Hemos hecho ya una práctica de aguas abierta en Puerto azul, en un  margen de seguridad. Lo hicimos para estudiar su comportamiento en otro ambiente que no fuera la piscina. En fin, en agua salada, con un poquito de oleaje y la brisa. Tengo que reconocer que lo hizo bastante bien. La verdad que el hombre tiene una capacidad de aguante y una voluntad fuera de lo común. Definitivamente es un ejemplo a seguir.

– ¿Cuales son las dificultades principales?

– Bueno, Melamed solo tiene movimiento en las piernas – explica -. La movilidad en los brazos es muy baja, muy limitada. Cada vez que necesita respirar tiene que voltearse de espalda. Se trata de una rotación de cuerpo completo, para tomar aire. Luego, gira otra vez y sigue con sus patadas. Mucho dependerá del reto que se propondrá. Por ejemplo, tomemos el cruce del Orinoco.  En ese caso hay muchos factores que tomar en cuenta. Y no sólo las corrientes que a veces pueden ser muy fuertes. En mi criterio, la dificultad principal, en ese caso,  es el tiempo. Los organizadores del evento cierran  la trayectoria de navíos, el canal de navegación durante dos horas y media. Si no pasas ese canal de navegación en los tiempos establecidos, tienes que retirarte. No puedes tomarte el tiempo que quieras. Esa es una gran desventaja. No es lo mismo que un maratón. En ese caso, puedes tomarte el tiempo que necesites. Y Melamed, cuando participó en los maratones, excedió los límites. En el cruce, no puedes. Es simplemente un ejemplo. Ya veremos que decidirá. Cualquiera que sea el próximo desafío, estoy seguro que él podrá. Tiene la capacidad para nadar tres quilómetros y más.

– Sin importar cuál sea el próximo reto, Melamed nadaría impulsándose solo con las piernas…

– Sí. Así es – admite Godoy -. Estamos esperando que nos entreguen unas aletas y un “snorkel” diseñados específicamente para él. Además también tendrá una especie de traje en neopreno. La parte del tronco es la que menos tiene músculos. Va a necesitar el traje para poder mantenerse caliente, para no sufrir los efectos de hipotermia. Hay que tomar en cuenta todos los elementos, todos los factores.

– ¿Podrá hacerlo solo o tendrá que estar acompañado en el agua?

– Va a necesitar dos personas, una a cada lado – explica -.  Requiere de alguien que le indique la dirección hacia la cual nadar. No tiene la capacidad de mirar hacia el frente. Solo puede hacerlo hacia abajo  y hacia el cielo una vez que haga la rotación. En aguas abiertas, es necesario sacar la cabeza del agua y mirar hacia dónde queremos ir. Si nos desviamos, modificamos el rumbo. Melamed necesita a alguien que le ayude a corregir su trayectoria.

– ¿Y el entrenamiento fuera del agua? ¿Tratándose de la natación, tiene un requerimiento específico?

– La terapeuta – explica – se encarga de los ejercicios que realiza fuera del agua. Ella también lo asesora en el tema de la nutrición. Hay un grupo de gente que se preocupa de la salud de Melamed. Mi responsabilidad es sobretodo en el agua.

 

CADA VEZ MEJOR

Godoy habla pausadamente. A pesar de su esfuerzo para disimularlo, es evidente el entusiasmo que nace de este reto. Es el mismo con el cual enfrenta los grandes y pequeños desafíos. A veces, se detiene en la búsqueda de la palabra apropiada. Otras, habla con elocuencia.

Nuestra conversación se desarrolla en los bordes de la piscina de 25m del Centro Italiano Venezolano. Recién el sol logra derrotar a las nubes grises, prometiendo una mañana soleada. Adentro, en la piscina, hay quienes realizansu entrenamiento de buen ánimo  y quien, en cambio, se limita a disfruta del agua. Preguntamos si Melamed sabía nadar o si tuvo que empezar de cero.

– Aprendió a defenderse en el agua- admite -. No más que eso.  Me contó que iba mucho a la playa con su padre. Este lo metía al agua con o sin oleaje. Es impresionante como nada. A su manera, por supuesto, pero nada. Tiene una capacidad pulmonar fuera de lo común. Es súper-admirable.

– ¿Cuál es la rutina diaria, su entrenamiento?

Godoy nos dice que Maikel tiene una piscina en la residencia en la que vive y que su actividad comienza a las 7.

– Hacemos una cantidad de “piscinas” a un tiempo determinado – explica -. Melamed ha tenido una mejoría increíble. No ha bajado sus tiempos en dos o tres segundos, como era de esperarse. Cada vez que entrena los baja en 30, 40 segundos. Hasta en un minuto. Estamos agregando otros ejercicios para que “agarre agua” y tome confianza con un ambiente que le resulta hostil. En su rutina hay muchos ejercicios en el agua: verticales, frontales, de resistencia. Haremos muchos orientados a fortalecer las piernas.

– Para un entrenador, ¿qué representa este reto?

– Es una nueva experiencia– nos dice con mucha humildad -. Nunca había entrenado aalguien como Melamed. Es una persona súper-especial en todos los sentidos y a todos los niveles: mentales, psíquicos, físicos… Cada día aprendo más de él. Es un ejemplo.

– ¿Cuál es la diferencia entre entrenar un niño, un adolescente o un adulto?

– Más que diferencias hay semejanzas – nos dice sonriente -. Lo que pasa en el caso de Melamed, es que necesitamos entrenar y fortalecer la capacidad de movimiento de la piernas. Entonces, decía, … niños y adultos son muy similares. Claramente a un adulto le cuesta más aprender que a un joven. Este tiene una capacidad mayor de movimiento. El adulto necesita tener mucha paciencia. Pero con perseverancia y entrega se va logrando todo.

– Dicen que hay deportes, por ejemplo correr o ir en bicicleta, que están contraindicados; que es preferible no practicar si se quiere nadar…

– Supieras que, en el caso del trote, más bien ayuda– afirma -. Te permite adquirir resistencia. Y, además, fuerza en las piernas. Hay que tener en cuenta que los músculos de un nadador son más largos que los de una persona que hace ejercicios fuera del agua. Los movimientos del nadador son muchos más largos; sus músculos más relajados. Si tu ves el físico de un nadador, es más plano. Una persona que hace ejercicios fueradel agua es más musculoso, más fibroso, más abultado. Entonces, son fuerzas diferentes, totalmente diferentes.

– Y la flotabilidad y el desplazamiento…

– Tener una flotabilidad  positiva – explica – es siempre beneficioso.

– ¿Qué entiendes por flotabilidad positiva?

– Flotabilidad positiva es cuando tu cuerpo puede mantenerse a nivel del agua sin necesidad de mover brazos y piernas – nos ilustra -; en cambio, hablamos de flotabilidad negativa cuando tu cuerpo  tiende a hundirse. Las personas obesas, por la misma consistencia de la grasa, flotan mejor que las delgadas

– ¿Y el desplazamiento?

– Entre más músculos tenga una personas, más tenso está en el agua. El movimiento del nadador es más lento, más relajado. En las brazadas hay menos contracción muscular.

– Entonces, en el agua hay que relajarse…

– Si, hay que disfrutarla, definitivamente.

– Regresemos a Melamed, ¿te ha comentado de sus temores, de sus miedos?

– El miedo y el temor de enfrentar un reto y de no lograrlo siempre existen– admite Godoy -. En especial, cuando es la primera vez y sobretodo en las condiciones que no son  las normales. No es lo mismo estar afuera del agua que adentro donde tienes más restricciones. No es lo mismo que de un calambre fuera del agua que adentro. Afuera te acuestas, estiras y dejas que pase. Cuando te da un calambre en el agua tienes que ver cómo lo controlas para no ahogarte

– En especial cuando miras alrededor y ves solo agua…

– Si, así es.  Lo más bonito de todo – subraya para concluir – es que Melamed se toma estos retos en nombre de Venezuela. Lo está haciendo por todos nosotros; por tener un mejor País. Su ejemplo, nos enseña que podemos ser mejores. Le estoy muy agradecido por darme la oportunidad de ser parte de ese equipo, por permitirme entrenarlo para el próximo reto.

Mauro Bafile

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