CARACAS- El Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, que fue ejemplo de buen funcionamiento, seguridad y tecnología de punta a escala mundial, se ha desplomado en medio de la crisis, como tantos otros servicios colapsados, al punto en que de 22 aerolíneas que operaban en Venezuela en 2014 hoy solo quedan nueve.
Solo Air Europa, Air France, Copa Airlines, Cubana de Aviación, Iberia, Wingo, Plus Ultra, Turkish Airlines y TAP continúan ofreciendo sus servicios comerciales desde y hacia Venezuela.
El número de líneas aéreas operativas se redujo tras el apagón del pasado 7 de marzo que dejó a oscuras a todo el país por más de tres días e intensificó la crisis socioeconómica por la que atraviesa la nación. Esto ocasionó la suspensión y reprogramación de vuelos así como el cese de operaciones de forma temporal de algunas líneas aéreas imposible de operar con normalidad.
El Aeropuerto Internacional de Maiquetía mantiene intermitente la operatividad ya que el servicio de electricidad en el país no ha sido restablecido de manera permanente. La línea Air Europa por ejemplo ahora hace escala en Punta Cana para cambiar a la tripulación. El chequeo ha sido manual; toman los datos con lápiz y papel, revisan las maletas a mano.
En el caso de American Airlines, el pasado 15 de marzo, la empresa suspendió temporalmente sus vuelos desde y hacia el país tras el retiro de Venezuela del cuerpo diplomático estadounidense.
Los pilotos americanos asociados al sindicato APA (Allied Pilots Association) sugirieron a través de un comunicado a los miembros de American Airlines no operar las rutas comerciales hacia Venezuela, debido a que el Departamento de Estado de Estados Unidos retiró al cuerpo diplomático del país.
Igualmente, este mismo sindicato tomó las declaraciones del gobierno de los Estados Unidos en las que ha reiterado a sus ciudadanos que evitaran viajar para Venezuela debido a la inseguridad que padece el país y este lunes la aerolínea estadounidense ratificó que los vuelos seguirán suspendido para Venezuela hasta el 1 de abril.
“La empresa considera al país como una ruta importante. Actualmente se encuentran suspendidos los vuelos, pero la negociación con el sindicato está activa desde entonces. La idea es retomar las operaciones después del 25, o incluso antes”, expresó el presidente de la Asociación de Aerolíneas de Venezuela, Humberto Figuera.
Por su parte, Caribbean Airlines (CAL), la aerolínea estatal de Trinidad y Tobago anunció la cancelación temporal de todos los vuelos a Venezuela a causa de la crisis eléctrica que sufre el país desde el pasado jueves 7 de marzo. La aerolínea no dio indicaciones sobre por cuánto tiempo quedan suspendidos los enlaces con Venezuela.
La aerolínea de bandera portuguesa TAP decidió suspender el martes pasado, uno de los dos vuelos que realiza semanalmente y que conecta directamente a Lisboa con Caracas por “no reunirse las condiciones operativas” en el aeropuerto venezolano, cuya situación sigue de cerca para decidir si anula también próximas conexiones.
De esta manera, TAP sigue los pasos de Iberia, que a raíz del apagón ocurrido en Venezuela, también suspendió la realización de vuelos pautados a Maiquetía.
La aerolínea española Iberia comenzó a utilizar Santo Domingo en República Dominicana como punto de escala para sus tres servicios semanales de Madrid a Caracas, mientras que TAP, introdujo un cambio de tripulación en la isla holandesa de Curazao para dos servicios de Lisboa operados por el socio EuroAtlantic.
Venezuela eliminada como destino
Otras de las razones que ha hecho que las aerolíneas internacionales hayan decidido cancelar sus rutas para el territorio nacional es por la deuda que el Estado venezolano posee con la industria aeronáutica y que no ha cancelado, que correspondería alrededor de 3.800 millones de dólares.
Unas quince líneas desde el año 2010 han eliminado a Venezuela como destino en sus itinerarios y son pocas las empresas que han seguido operando en un país que han calificado como de alto riesgo para sus viajeros a escala internacional.
Venezuela ha dejado de ser un destino seguro para los extranjeros mientras que los venezolanos se encuentran cada vez más aislados del mundo exterior, tanto por la poca oferta de vuelos y líneas aéreas como por la ínfima capacidad económica para adquirir boletos.
También, la carencia de dólares para mantenimiento y una estricta regulación de precios tiene a la industria aérea local al borde del colapso. Las aerolíneas venezolanas han visto disminuir en un 80 por ciento la disponibilidad de aeronaves para rutas domésticas.
