Carta al Director de ABC

 

Estimado Director,

he leído con atención y, no lo niego, con sorpresa la nota publicada en su periódico a raíz de nuestra participación en la última rueda de prensa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Es evidente la inexperiencia de quien redactó el artículo. Esa no es una culpa.  En cambio, resulta realmente grave su falta de interés por siquiera informarse sobre el diario al que tilda de “prácticamente desconocido”. Estamos seguros que, de haber cumplido su tarea a cabalidad como se enseña en las aulas universitarias, y de haberse tomado la molestia de investigar algo más sobre la trayectoria de nuestro Diario, no hubiera incurrido en el error de emplear esos términos despectivos para hablar de “La Voce d’Italia”. Pues bien, permítame contarle quienes somos.

“La Voce d’Italia” nació en 1950 en Venezuela. Hace justamente 70 años. Eran aquellos tiempos difíciles. La guerra recién había concluido dejando su rastro de muerte y destrucción. En aquel entonces, eran muchos los italianos que buscaban allende el océano lo que su tierra no podía ofrecer. También eran muchos los emigrantes españoles, aunque por otras razones. Pues bien, el fundador de “La Voce d’Italia”, Gaetano Bafile, era un joven que, en su Abruzzo natal, había dirigido un folletín de la resistencia y, antes de viajar, estaba trabajando como periodista en el diario “Il Messaggero”.

En plena dictadura militar en Venezuela, con los esbirros de la Seguridad Nacional torturando y matando sin piedad, al caer la noche, cuando las máquinas de escribir callaban, los integrantes de la Junta Patriótica, en no pocas ocasiones, escogían nuestra Redacción para sus reuniones clandestinas. Sabían que aquel era un lugar seguro así como el Director del Diario sabía lo que le esperaba, de ser descubierto. Le aconsejo que lea a Gabriel García Márquez, quien dedica un capítulo completo de su libro “Cuando era feliz e indocumentado” a una larga investigación realizada por Gaetano Bafile en esos años, o cualquier texto de historia del periodismo en Venezuela.

Nuestro Diario ha sido el único medio de comunicación extranjero en ganar el “Premio Nacional de Periodismo”, el Pulitzer venezolano. Es este un reconocimiento otorgado por la honestidad y el apego a la ética profesional que nos ha caracterizado ayer como hoy. Y por nuestra posición inequívoca en pro de la defensa de la libertad de expresión.

Tiene razón su periodista en señalar que somos un medio presente solo en la red. Se olvida precisar, sin embargo, que hoy en Venezuela no hay un solo diario independiente que esté presente en los quioscos. El Gobierno tiene el monopolio de las materias primas para la prensa – léase tinta y papel -. Y las niega a los medios de comunicación independientes.

“La Voce d’Italia”, desde sus comienzos, informa y orienta a los emigrantes italianos en Venezuela y defiende sus derechos. Sin embargo, desde hace algunos años, y gracias a las posibilidades de su formato online, informa, orienta y defiende también los intereses de los muchos italianos que viven fuera de Italia. Tal vez Usted no lo sepa, pero desde hace dos años tenemos corresponsal en Madrid.

Menospreciar la importancia de un medio de comunicación es desestimar a la comunidad a la que se dirige. En nuestro caso, los emigrantes. Esto dice mucho sobre la opinión que probablemente tenga su medio hacia los millones de españoles que hoy residen en otros Países.

Señor Director, como Usted seguramente sabrá, lo importante, lo verdaderamente significativo no es la cantidad de ejemplares que un medio de comunicación pueda vender. Relevante es su capacidad de crear opinión. Eso no se logra de la noche a la mañana. La autoridad de un medio de comunicación es la suma de honestidad, ética y veracidad.

Emplear términos despectivos hacia un Diario para criticar indirectamente al Gobierno no es propio de un medio de comunicación serio. La Moncloa nos ha invitado a participar en la rueda de prensa del presidente del Gobierno. Es verdad. Y lo hizo porque los colegas que trabajan en la Oficina de Información no hacen diferencia entre medios “grandes” y “pequeños”, nacionales y extranjeros. Esto es respeto a la libertad de prensa y de expresión; algo que Usted, señor Director, debería apreciar en lugar de criticar.

Mauro Bafile

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