Vuelve “Café Vomero” con el sabor italiano de siempre

CARACAS – El 24 de junio, uno de los negocios íconos de Caracas  especializado en un buen café al estilo italiano, volverá a abrir sus puertas luego de 4 años cerrados, pero esta vez Café Vomero estará manejado por Gianfranco y Domenico Misciagna, hijo de su fundador, Don Giovanni.

La idea de la reapertura surgió justamente durante la cuarentena, es esos momento de reflexión personal y de analizar realmente para lo que servimos y descubrir que las oportunidades a veces están ahí y deben aprovecharse, comentó Gianfranco Misciagna, quien también es dueño de Caffe Piú.

“Por circunstancias de la vida mi hermano dejó de trabajar donde lo hacía desde hace 19 años y yo siempre he querido tener un segundo lugar y Vomero siempre ha estado a nuestro lado, pues aunque  tratamos de venderlo no se logró y no quisimos dejar perder todo el patrimonio de la familia, por lo que decidimos rescatar el negocio y volverlo ambientar en su época”.

Explicó en entrevista para la Voce d´Italia que la idea es mantener los colores, dejar lo más emblemático, la misma máquina, e  introducir los sabores de la época, como eran los jugos de naranja y toronja, el croissants de jamón y queso, el tradicional croissants  con una barra de chocolate adentro y otros que fueron muy exitosos en aquellos tiempos “Voy a poner todo lo que recuerdo de eso”.

Gianfranco quien comenzó a trabajar con su padre siendo apenas un muchacho recién salido del colegio, estuvo junto a él en la cafetería por 19 años, y al ser su mano derecha, aprendió todas las técnicas, trucos y “secretos” para preparar un buen café, al tiempo que heredó la pasión por esta legendaria bebida que resultó el impulso para independizarse y montar su propio negocio, que hoy ya acumula 16 años funcionado.

El comienzo en los cincuenta

Relató Misciagna que cuando su papá decidió montar Vomero venía de trabajar en Cauchos General, empresa que cerró luego una huelga y al recibir una muy buena liquidación, de siete mil bolívares en aquella época, reunió capital y pidió un préstamo a algunos amigos hasta reunir 21 mil bolívares, dinero que necesitaban para compra de contado lo que luego resultó ser su negocio por 47 años.

“Vomero es una región del sur de Italia y también significa la punta de arar la tierra. Es una zona de donde hay muchos café y se distingue por la calidad del agua, lo que es muy importante a la hora de preparar café, y mi papá era asiduo a esos negocios, de modo que cuando llegó a Venezuela y se instala en Campo Claro, decidió llamarlo así, en homenaje a sus recuerdos”.

“En 1958 mi padre, mi tío Giovanni y un primo de mi mamá llamado tío Vituccio, compran el negocio, firmaron un contrato y sin saber nada de manejar una cafetería, tan sólo siendo asiduos a la bebida, fundan Café Vomero”.

Por 47 años Giovanni Misciagna mantuvo a su familia “si mi papá pudo yo también podré hacerlo”, indicó Gianfranco quien a pesar de estar consciente que son otras épocas, afirma con optimismo que Venezuela es un gran país que tiene todo para salir adelante, por lo que hay es que seguir trabajando, creyendo y cambiar para salir de esto.

Entre familia

Vomero aunque lleva 4 años cerrados siempre ha sido un negocio familiar, porque Anna Rosa, la hija de Don Giovanni que quedó encargada luego de su fallecimiento, se fue del país con su familia, pues es una actividad que requiere dedicación, tiempo y mucha pasión.

Durante unos años y luego que Gianfranco decidiera ir detrás de su propio emprendimiento, Domenico trabajó también con su padre, por lo que todos los hermanos han estado detrás del mostrador, conocen el mercado y saben preparar un buen expreso,  de manera que ahora retornarán las mismas caras y los mismos dueños, a su lugar de siempre.

Misciagna señaló que el rescate de Vomero es un homenaje la trabajo y legado de su padre, quien sigue trasmitiendo su energía aunque físicamente no esté, por ello la reapertura el 24 de junio, para que coincida con la fecha en que se inauguró el café pero de hace más de seis décadas.

Destacó que el reacondicionamiento del antiguo local es un trabajo que realizan con el apoyo de amigos, proveedores y expertos que están poniendo “un granito de café”, en vez de uno de arena, para abrirlo, pues la idea es hacer un trabajo en equipo para construir y no destruir. “Trabajamos unidos y con paciencia como lo hicieron  los italianos y europeos cuando llegaron a estas tierras”.

Finalmente, este apasionado del buen grano y del perfecto aroma considera oportuno el momento para la reapertura de Vomero, lo que genera además un gran compromiso con la clientela, porque goza de reconocimiento y es un lugar icónico del buen café en la ciudad, el cual arrancará con un horario restringido hasta las 2 de la tarde, como funcionaba originalmente cuando lo conducía su padre.

El paso siguiente, puntualizó Misciagna, será conseguir un buen barista o lograr que se integre la hija de Doménico, para que el negocio siga siendo manejado por las generaciones de relevo de la misma casa porque “así somos los italianos, nos gusta tener siempre a la familia cerca y unida”.

Letizia Buttarello Lavarte

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