Caza de brujas

Caza de brujas

 

Caza de brujas. El presidente de la República, Nicolás Maduro, es prisionero de sus fantasmas. El clima político instaurado, a lo largo de estos 20 años al timón del país, es el del miedo. En nada distinto al “reinado del terror” impuesto en la Francia de Robespierre, el gobierno reprime y encarcela, persigue y obliga al exilio. El Dossier de la Onu, en el cual se acusa al gobierno de Maduro de crímenes contra la humanidad, revela una realidad que conocíamos. La vivimos todos los días en carne propia. Sin embargo, su denuncia ha sido necesaria para que países democráticos y partidos políticos progresistas condenen al gobierno de Maduro. Ya no hay espacio para ambigüedades. Ya no es posible justificarse detrás de la expresión “no podemos entrometernos en asuntos internos de otras naciones”. Ya no se puede voltear la mirada a otro lado.

A pesar de la represión sistemática transformada en política de Estado, a pesar del control sobre la población a través de los amortiguadores sociales transformados en instrumentos de chantaje que humillan y degradan, crece el miedo en el gobierno. Y, presa de sus fantasmas, quiere transformar a Venezuela en un país de delatores. Advierte que todo aquel que habla con acento extranjero pudiera ser sospechoso de futuros actos de sabotaje.

Delatar. Es la orden. Con pruebas o sin ellas. No importa. Es suficiente la sospecha. Es una caza de brujas que nos devuelve al pasado. Decimos, a la época del Imperio Romano, cuando el Caesar empleaba a los “Frumentarii”. O, lo que es lo mismo, al oscurantismo de la Edad Media, en la que dominaba la Inquisición. “Frumentarii”, “Inquisición”, “Ovra”, “Geheime Staatspolizei”, “NKVD”, todos se alimentaban de la delación.

Es un mensaje cargado de odio y xenofobia. Y su significado, claro: cualquier extranjero es culpable, hasta que se pruebe lo contrario. Es suficiente, para ser sospechoso, el acento al hablar. ¿Cuál acento? ¿El cubano, el colombiano, el español, el portugués o el italiano? Cualquiera, no hay diferencia. Todos podríamos ser “delatados”.

La caza de brujas, que no podrá cancelar la realidad, es producto del Dossier de la Onu, de la denuncia de Ong’s independientes. Y, por supuesto, de la desesperación de quienes ven enemigos hasta en sus sombras.

Mauro Bafile