Migrantes italianos primeros en preocuparse en la educación de su comunidad

CARACAS – Interesado en enriquecer el pasado histórico de la comunidad italiana en Venezuela y vincularlo con el mundo académico, Leonardo Capaldo realizó una investigación que revela otro de los importantes legados de los inmigrantes italianos al territorio. Estudiante  y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), preocupado por mantener sus raíces y conocer acerca de sus antepasados, llevó a cabo como trabajo de grado una investigación vinculada con el sistema educativo italiano y su implementación en Venezuela a través de la escuela Agustín Codazzi. Esta es la única en el país, junto a otros 43 escuelas paritarias en el extranjero, que emite además de la certificación local, títulos italianos con los estándares europeos.

Indicó que en siglo XX venezolano se vio marcado por 3 grandes comunidades europeas (española, italiana y portuguesa). La migración italiana, datan desde el siglo XIX concentrándose principalmente en las áreas agrícolas del país, y un segundo oleaje (materia de estudio de la tesis en cuestión), huyendo de los estragos de la postguerra y concentrándose en las principales ciudades de la nación venezolana.

La diferencia con quienes llegaron primero y después, fue la visión a largo plazo. Y aquí es donde se vinculan con lo educativo. Fueron los italianos los primeros en implementar en el territorio venezolano la posibilidad de seguir los estudios de su Patria de origen. En fin, darles la oportunidad a los hijos de inmigrantes nacidos en Venezuela y a los niños venidos de la postguerra, de seguir vinculados con su cultura y raíces.

Para ese momento en Venezuela había un auge económico y un delicado ambiente político. Los italianos llegados alrededor de la década de los cincuenta optaron por dedicarse a la industria donde se movía el dinero. Se fueron asentando pero siempre con una visión a largo plazo. Empezaron a formar familia o a traerse a la que tenía en la península.

El estudio de Capaldo que abarca el período 1952 a 1960 (aunque el fuerte de las migraciones se extendió hasta 1979), precisa que durante la presidencia de Marcos Pérez Jiménez había muchas vinculaciones con la comunidad italiana, y se arraigó la idea del Nuevo Ideal Nacional que perseguía el cambio del espacio físico en Venezuela, modificando la imagen de las principales ciudades y donde los constructores por excelencia del régimen dictatorial eran los italianos por su gran desempeño y mano de obra.

Comentó que uno de los ingenieros y grandes constructores cercanos al poder, fue Filippo Gagliardi, quien estuvo por cierto muy vinculado con lo que fue la fundación de la “Asociación Civil Escuela Agustín Codazzi”. Esta era la unión jurídica de los italianos dentro del territorio venezolano para implementar la institución educativa.

Nace la Codazzi

La escuela empezó en principio sólo para italianos. Fue pensada para los connacionales que habían llegado en la postguerra. La intención era ayudarlos a introducir también a los niños en el mundo venezolano e integrarlos a la nueva cultura, aunque después hubo un sincretismo muy interesante con la cultura italiana, su gastronomía, gustos y costumbres.

Para ese momento estudiaban en el Codazzi los descendientes en primera y segunda generación del primer oleaje de inmigrantes pues ya había  una comunidad italiana presente. Incluso funcionaba otro colegio italiano sólo con primaria ubicado en la Casa Italia. Pero no tenía el reconocimiento legal del gobierno italiano.

Según cita la tesis de grado “[..] el enfoque elegido por los fundadores de la escuela italiana no solo les permitió conservar los lazos con su pasado histórico, sino que además fue una forma de asegurar el mejor futuro posible para sus hijos y nietos. Se construyó, de esta manera, un nuevo ciudadano globalizado, el cual tenía las competencias y herramientas para desarrollarse plenamente en cualquier ámbito cultural.”

Desde sus inicios a la fecha, “[…] la institución sigue siendo un faro para la transmisión de la cultura italiana dentro de la sociedad venezolana, a la vez que pretende formar ciudadanos del mundo con un pensamiento crítico e integral.”

Precisa que la “Codazzi” siempre ha mostrado  su origen en la cultura italiana, siendo lo que la define y distingue del resto de los centros educativos de gran nivel que existen en Venezuela, sin dejar duda que la institución es la representación plena y notoria del sistema educativo italiano en este país y que ha sabido labrar un lugar de prestigio dentro de la sociedad venezolana.

El arribo

Agregó Capaldo que la segunda oleada de migrantes, después de la guerra mundial se podía dividir en dos etapas. Primero los padres y luego los hijos junto con el resto de la familia. Por su parte, los que vinieron solteros  se casaron con venezolanas e intentaban mantener en su familia la cultura italiana. Por ello era tan importante la institución donde impartían clases con profesores italianos. Se buscaba reforzar la cultura tanto en casa como en las escuela, para  mantener las raíces con la patria de origen.

Relató que las primeras asociaciones en instaurarse fueron de carácter comercial y económico, ya que el principal objetivo de los expatriados era el de conseguir un rápido progreso en su calidad de vida y medios de subsistencia. Sin embargo, al ir aumentado la población italiana, fue necesario plantearse nuevos objetivos: facilitar la integración de sus miembros dentro de la sociedad venezolana, y preservar el vínculo con su tierra natal sin dejar de un lado el origen de sus tradiciones y de su identidad cultural.

“De esta manera lograron, a través de la educación y la escolarización, mantener vivo el vínculo que cruzaba un océano de distancia y los mantenía como parte orgánica de la sociedad que los vio nacer. Además, les permitió construir un espacio en el que pudiesen transmitir los mismos lazos culturales a las nuevas generaciones; las cuales nacían o crecían en una realidad muy distinta a la que habían experimentado sus antepasados.”, cita la tesis.

“La Real Cámara de Comercio, ahora la Cámara de Comercio Venezolana Italiana (Cavenit), se vinculó con el aspecto económico y era el único lazo institucional, pero luego vieron la necesidad de crear lazos con el área académica y en 1952 se funda el Instituto Italiano de Cultura, lo que no ocurrió al principio con otras comunidades grandes de inmigrantes, pero que sí lo hicieron tiempo después las más pequeñas como la francesa y alemana, lo que da cabida a indagar por qué otras comunidades no se dedicaron a lo académico como los italianos”.

El joven historiador evaluó en su trabajo de grado los aspectos que impulsaron la migración europea en  la postguerra: las necesidades económicas y la búsqueda de nuevos horizontes. Pero al evaluar los destinos, África y Asia fueron descartados porque eran culturas muy diferentes, por el contrario “l´America” tenía ventajas por su pasado histórico y el proceso de colonización realizados por europeos, por lo que hay una conexión histórica y cultural y además el aspecto lingüístico facilitó la comunicación entre los idiomas español e italiano por ser ambas lenguas romanza.

El tercer receptor de italianos

Dijo además que Venezuela vivía en ese momento un proceso de crecimiento económico y  modernización que requería mano de obra calificada. Los europeos tenían el perfil perfecto. Por otra parte, el Plan Marshall que implementó Estados Unidos para recuperar económicamente a Europa, no favorecía a Italia como a otra naciones debido a la posición que había asumido contra los aliados. Argumentaban que “había pequeñas esencias del nazismo que todavía germinaban dentro de Italia”, motivo por el cual la cantidad de dinero estaba más limitada y la recibida, fue reinvertida en el norte de la bota porque eran las regiones industrializadas.

Todo esto promovió el gran proceso migratorio que se gestó desde el sur donde se estaba pasando muchas necesidades. Fue por ello que la movilización se dio hacia Venezuela y otros países suramericanos como Argentina y Brasil y hacia la isla caribeña de Cuba, donde se asentaron fuertes colonias.

Indicó Capaldo que no hay cifras oficiales de la cantidad de inmigrantes llegados en esa época, pues al ingresar por barco no existía un estricto controles migratorio, lo cierto es que se estima que Venezuela fue el tercer país de Latinoamérica con mayor presencia de italianos.

Este licenciado de la UCV, docente desde los 19 años y quien al haber culminado su carrera piensa seguir con formación de cuarto nivel, reveló a la Voce d´Italia que aspira continuar ampliado su investigación, pues su tesis marcó un hito en la historiografía venezolana por ser un trabajo que se vincula con lo académico y crea un antecedente en la influencia de la cultura y educación italiana en el país.

Motivado por su pasado italiano, su abuelo de un pueblo sureño provincia de Foggia, Puglia y su papá un ítalo venezolano nacido en Caracas, y con raza española por parte de la familia materna que migraron a Cuba y luego a Venezuela huyendo de la guerra civil española, lleva con orgullo sus apellidos y lazos con la comunidad italiana, y el honor de que su bisabuelo paterno fue héroe de la Primera Guerra Mundial, conservando las condecoraciones concedidas por el Rey Vittorio Emanuele.

El legado

Como conclusión de su investigación, Capaldo destaca que indiscutiblemente, la comunidad italiana tuvo una gran importancia en el territorio venezolano en todo sus aspectos pero la realidad historia nos puede ver aislada, sino de toda la comunidad europea, sin embargo la italiana marco un hito como por ejemplo en la gastronomía, siendo Venezuela el segundo consumidor de pasta del mundo después de Italia.

“Conforme crecía la colonia italiana en el país, más se popularizaban sus platos típicos y la comida propia de su tierra natal. Esta influencia gastronómica pasó a la cotidianidad de los venezolanos y permitió el desarrollo económico de muchos inmigrantes italianos. Aquellos que llevaban más tiempo en el país y habían logrado obtener cierta estabilidad económica, vieron en el mundo de la comida una oportunidad de inversión.”

“Tal fue la popularidad de la pasta, la pizza y la ensalada caprese, que los venezolanos comenzaron a recrear los platos en sus propios hogares. Así nació una de las grandes industrias en la que los italianos se destacaron ampliamente, las fábricas de pasta y se convirtió en un alimento típico en la mesa venezolana.”, detalla la investigación del universitario.

Los italianos siempre trabajadores también se destacaron en otras industrias mucho más artesanales, como la confección de calzado y de ropa.

Ni de aquí ni de allá

“Otro hallazgo fue la gestación del ciudadano ítalo venezolano, un individuo inmiscuido en medio de dos culturas pero que no se siente identificado como tal, pues cuando regresa a la península los italianos nativos, siente que no es puro y que perdió elemento de su esencia por estar tanto años en Venezuela, entonces ese italiano que regresa siente rechazo (…) pero hay que recordar que  Italia es como es gracias a los que se fueron, pue en ese momento fue la vía de escape.

Teorizó que los italianos que se ese quedan actualmente en Venezuela es posible que lo hagan por dos aspectos: lo que migraron y sienten rechazo y los que se vinieron en la postguerra ya no tienen donde regresar y no van a empezar nuevamente de cero.

“El otro elemento es que Venezuela aún con la crisis actual, es todavía un país de oportunidades donde aquella comunidad que se incrustó a través del trabajo honesto, todavía tiene posibilidades económica de prosperar y eso la mantienen aquí”.

Explicó que los ítalo venezolanos no suelen emigran a Italia  porque el crecimiento económico fuerte está en las industrias del norte y ellos protegen su cultura y no insertan a los desplazados al campo laboral, por lo que hay escasas posibilidades de empleo, hay también una barrera idiomática y además el aspecto educativo exige certificaciones oficiales del idioma para poder ingresar, es decir aspectos burocráticos que complican el proceso migratorio aunque se tenga pasaporte europeo, por lo que prefieren irse a otros destinos como España, por el idioma, en cambio la  cultura italiana es fuerte y conserva su esencia. “El italiano es complicado y cerrado con su cultura”.

Para este investigador, el legado que más marco a Venezuela fue la gestación de una nueva sociedad. En los años 50 Marcos Pérez Jiménez señalaba que la migración europea mejoraría la raza y que para enriquecer al ciudadano había que hacerlo a través de la moral y las buenas costumbres, y quién mejor que los europeos para afianzar valores como el trabajo y el esfuerzo.

Indicó que la mujer también tuvo un papel importante y silencioso en el cambio que se estaba gestando, porque los hombres que venían las veían atractivas y muchos llegaron solteros, se casaron  y formaron una familia, de allí las mezclas de razas, costumbre y culturas.

Finalmente, el orgulloso egresado de la escuela Agustín Codazzi, entusiasmado con sus hallazgos y deseoso de continuar con sus investigaciones para extender el estudio, aspira publicar su trabajo con el apoyo de alguna institución italiana y así enriquecer la historia de su comunidad.

Letizia Buttarello Lavarte