Cierra concurso de cortos “El Inmigrante Italiano”

CARACAS – A pocos días del cierre de la primera edición del concurso de cortos audiovisuales “El inmigrante italiano”, que organiza el Instituto Italiano de Cultura de Caracas en el marco del Fare Cinema y del Festival de Cine Italiano celebrado hace un par de meses, Solveig Hoogesteijn, cineasta y directora general del Trasnocho Cultural, realizó un conversatorio para los interesados en postular sus trabajos.

Este certamen busca rescatar la memoria y hacer una revisión a la historia de padres, abuelos y cualquier familiar salido de Italia, que llegaron como inmigrante a trabajar con una maleta cargada de sueños.

Venezuela, un país abierto a la inmigración, en ese momento recibió a miles de extranjeros, entre italianos y muchos otros europeos, que decidieron quedarse en la búsqueda de un mejor futuro para ellos y sus familias.

Formaron hogares, construyeron negocios, vieron crecer a sus familias, educaron a sus hijos y dejaron un legado, hoy visible en empresas, comercios, construcciones, restaurants, arquitectura, arte e infinidad de áreas, pero lo cierto es que la influencia sigue y el legado perdura, aún varias generaciones después.

Hoogesteijn bajo la óptica de su experiencia como productora, escritora y cineasta, compartió algunas precisiones y recomendó algunos detalles para preparar el material y postularse en el concurso.

La musa

Dijo la experta que la manera de expresarse puede ser mediante un documental, una ficción, animación, géneros muy diversos pero que tienen mucho en común, por ello escogencia y preparación del material.

Referente  las fuentes de inspiración, nombró los cuentos familiares, las historias, las anécdotas de la familia, fotos, películas, cartas, recortes de periódico, novelas, ensayos, descripciones de viajes y poesía, pues todo, según la productora, puede ser musa de inspiración.

Agregó que mientras el autor se documenta sobre el tema, puedo describir lo que podría ser interesante para los espectadores, porque cuando hay un creador, debe pensarse siempre en el público que va a recibir el mensaje, es decir el espectador, por ello es importante conocer el lugar de origen de los inmigrantes y de sus antepasados.

Si no descubrimos nuestro lugar de origen, no se sabe a ciencia cierta si es algo idealizado, y qué impulsó a la familia a emigrar, precisó la también hija de inmigrantes.

Hoogesteijn  comentó que muchos piensan regresar y volver a su pasado, pero hay que recordar que quien emigra cambia, al igual que le lugar que dejó, por lo que al retornar, pudiera sentir hasta rechazo del lugar que abandonó.

Insistió que la idea con los cortometrajes es que el espectador se haga una visión  propia y sea una ventana al pasado, llena de emociones y que el realizador establezca una relación de conciencia.

Nuevos reporteros

Referente a la técnica, indicó la cineasta, que hoy la tecnología permite a cualquiera ser reportero y poder grabar su historia con un celular o una cámara, eso es una revolución y adelanto que sirve para hacer denuncias, exaltar lo positivo y dejar recuerdos.

“Esperemos que este concurso sea una gran experiencia y se aproveche el tiempo de pandemia para la inspiración y reflexión”, dijo al referirse a esta primera edición del concurso que fomenta la dependencia italiana de cultura.

Finalmente, reiteró que los silencios también son recursos en el cine que se deben aprovechar y utilizar de manera adecuada, pues son tan significativos como los diálogos, y hay que tener presente que ni son vacíos, sino por el contrario, tiene un significado y es un elemento más muy importante en las producciones cinematográficas.

Para información sobre el primer concurso de cortos audiovisuales “El Inmigrante Italiano” puede visitarse en portal del Instituto Italiano de Cultura:

https://iiccaracas.esteri.it/IIC_Caracas/it/gli_eventi/calendario/concorso-fare-cinema-el-inmigrante.html

Letizia Buttarello