Luis Arroyo: “Iglesias en el Gobierno tenía poca capacidad de decisión”

El politólogo Luis Arroyo, presidente de "Asesores de Comunicación Pública"

MADRID – “Creo que en la decisión de Pablo Iglesias prima la convicción de que, desde la segunda vicepresidencia, estaba realizando básicamente una labor testimonial. Tenía muy poca capacidad de decisión y muchos noes”. Luis Arroyo lleva trabajando entre bastidores más de dos décadas. Sociólogo, docente universitario y autor de “El poder político en escena”, conoce a los protagonistas de la política española y a quienes mueven los hilos de la economía. Analiza los acontecimientos políticos con la lupa del investigador que busca ver más allá de lo evidente. O, dicho en otras palabras, dirige la mirada hacia la luna y no al dedo que la señala. Nadie mejor que él, por ende, para hurgar más allá de los simples hechos políticos que hoy, en España, se superponen, se confunden y se transforman como impulsados por un “motus continui”.

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y el hasta hace poco vicepresidente segundo, Pablo Iglesias

Después de las elecciones en Cataluña, parecía que la política, en España, se tomaría finalmente un descanso. Era la calma antes de la tempestad. La moción de censura en Murcia, cocinada a fuego lento por el Psoe y Ciudadanos, desemboca en un atronador desastre y desata una reacción en cadena. En fin, un seísmo inesperado cuyos efectos han llevado a la recomposición del tablero político nacional y que aún no ha concluido. La salida de Pablo Iglesias del Gobierno ha sido una de las consecuencias.

– ¿Qué motivó a Iglesias a dejar su cargo en el Gobierno para postularse como candidato al Gobierno de la Comunidad de Madrid? ¿Qué hay realmente detrás de esta maniobra?

– Cuando conforma su Gobierno – explica Arroyo -, Pedro Sánchez crea 4 vicepresidencias, algo inédito en la historia de España, y 22 ministerios. De esta manera, diluye el poder de “Podemos” en el Gobierno. A Iglesias deja una vicepresidencia segunda que no tiene prácticamente competencias, poder real. Enseguida empiezan las fisuras en la coalición: fisuras en torno a la forma de Gobierno, afín al régimen monárquico; fisuras en torno a leyes concretas, como, por ejemplo, la “Ley Trans”… Todo esto hace que Iglesias manifieste paulatinamente síntomas de incomodidad. Por otro lado, las encuestas revelan que efectivamente “Podemos” podría quedar fuera del Parlamento autonómico de la Comunidad de Madrid. Creo que ha encontrado más bien un lugar dónde ir; un refugio. Probablemente sea uno de los pocos que tenía. En mi opinión, es esa la interpretación que hay que dar a su decisión.

– ¿Considera que Iglesias tenía poco espacio, escasa maniobra de decisión en el Gobierno?

Arroyo no tiene dudas.

– Tenía poca competencia real, muy poca capacidad de decisión y muchos “noes” por parte de Sánchez: “no” al control de unos fondos europeos; “no” a la toma de decisiones económicas; “no” al cuestionamiento del régimen monárquico; “no”, “no”, y “no”. Hay un momento en el que, pues…

– Pero fue él quien pidió, exigió una de las vicepresidencias. Negoció la vicepresidencia segunda…

– Si… pero, no imaginaba lo que iba a pasar…

– ¿No sabía que Sánchez buscaría cómo limitar su ámbito de acción? Era lo más obvio…

– Claro – admite -. No obstante, Iglesias, cuando exige la vicepresidencia, no sabe, no puede imaginar, que van a crear cuatro.  O sea, que compartirá una de las cuatro vicepresidencias. Tampoco imagina que Sánchez, al pedir él 4 ministerios, creará 22. En España, lo habitual es que hubiera una o, como mucho, dos vicepresidentes y de 11 a 17 ministros. No veintitantos.

– Sánchez fue muy hábil en su estrategia…

– Yo la conocí de primera mano – asegura -. Por eso, lo puedo confirmar. Una parte de la estrategia de Sánchez fue diluir el protagonismo de “Podemos” en su Gobierno. Por otro lado, mantener el control de los ministerios económicos. Deja a Podemos aquellos puramente simbólicos. Por ejemplo, el Ministerio de Consumo y el Ministerio de Universidades, que siempre había estado asociado al Misterio de Ciencia y Tecnología. Hasta al Ministerio de trabajo, el de Empleo le quita las competencias de Seguridad Social, que es donde se maneja el dinero.

El gran desaire

De vicepresidente a candidato. El salto ha sido enorme e inusual. Cuando Iglesias anuncia su salida del Gobierno y la decisión de intervenir en la contienda electoral, invita a Más Madrid a participar en unas primarias para escoger el candidato unitario de la izquierda. Preguntamos:

– ¿Por qué sugerir una coalición de izquierda cuando eso no tiene importancia en las elecciones madrileñas? ¿Pensaba realmente que Más Madrid aceptaría esa propuesta?

– Una de las tantas escisiones de “Podemos”, la más importante sin duda algunas – explica Arroyo -, ha sido la de “Más Madrid”. Este movimiento, en la Comunidad de Madrid, ha conseguido más del doble de representantes que Podemos. Iglesias – continúa – destaca por hacer estos envites. Es muy típico de él.  Emplea los medios para lanzar propuestas que cree que no podrán ser rechazadas por el adversario. En esta ocasión, no ha sido así. Más Madrid no ha dejado pasar ni dos horas para contestarle “no”. Le ha dicho: “Nosotros ya tenemos identidad suficiente en Madrid y tú no nos vas a aportar nada”. Creo que ha sido un error de Iglesias. Pareciera estar adoptando tácticas a la desesperada. No se puede explicar, de otra manera, que deje la vicepresidencia del Gobierno y decida presentar su candidatura a la Comunidad de Madrid que es una plaza muy complicada.

Arroyo sugiere que tal vez lo haya motivado la posibilidad de medirse con Isabel Díaz Ayuso, una representante de la derecha dura y en ascenso.

– Es probable – continúa -, que Iglesias crea que esta batalla por Madrid tenga reflejos importantes a nivel nacional. Piensa que podrá medirse con Isabel Díaz Ayuso. Sospecho que va a fracasar.

– De hecho, pareciera que ya se estén radicalizando las posiciones. El Partido Popular y Vox, a la derecha, y el Psoe, Podemos y Más Madrid, a la izquierda. Muchos temen que el Ingreso de Iglesias en la contienda por Madrid podría tener un efecto coagulador en la derecha… y que Ayuso logre incrementar sus votos…

– En efecto, podría suceder – admite -. De hecho, una de las últimas encuestas que se han publicado, recoge un ascenso importante del Partido Popular, que hasta podría duplicar el número de escaños. Y también un crecimiento de Vox. Nada moviliza más a la derecha que un personaje como Pablo Iglesias. Y creo que Pablo Iglesias piense que nada moviliza más a la izquierda que un personaje como él. De modo que, estimo, vamos a tener una campaña muy polarizada, con dos hiperleader…  Es posible que eso anime al electorado y tenga un efecto positivo en la participación. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas elecciones han sido fijadas para un martes, día laborable. En España, es infrecuente. Además, se llevarán a cabo después de un fin de semana largo y en mitad de una pandemia. A todo esto, hay que sumar el clima de hastío y de aburrimiento político. Por lo tanto, también es previsible que no haya gran afluencia de votantes. En caso de poca participación, en España siempre sale perjudicada la izquierda.

Casado, Vox y Ayuso

De nuevo la sombra de Vox. Parecía que el Partido Popular había pasado página. Pero, es evidente que no es así. Pablo Casado, su presidente, se había desmarcado, había tomado la distancia de Vox. Y, dicho sea de paso, lo había hecho de una manera bastante enérgica. La maniobra de Díaz Ayuso devuelve todo al punto de partida. Para poder gobernar en Madrid, la candidata del Partido Popular, de una manera u otra, tendrá que pactar con Vox. ¿De qué manera eso afectará los equilibrios internos del Partido Popular y su estrategia nacional? Lo preguntamos a nuestro entrevistado quien comenta:

– Uno de los temores de esta campaña es que el Partido Popular tenga que depender de Vox. Hay dos posibilidades. La primera, que forme un Gobierno de coalición. Sería sorprendente, y muy grave para la posición de Casado. La otra, es que Vox sencillamente se abstenga. Nada gusta más a los políticos que tener el poder real. Para Casado es muy importante conservar el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

Afirma que “igual que Podemos obligó al partido socialista a reposicionarse y a pelear por un mismo electorado; Vox ha provocado la radicalización del Partido Popular”. Y trae a colación la crisis en casa del Partido Ciudadanos.

Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos

– Es un espacio de centro moderado, constituido por jóvenes urbanos, emprendedores, empresarios – nos dice -. Habrá que ver si el Partido Popular será capaz de aguantar la presión de Vox.

– Arrimadas logró superar el primer tsunami. Sin embargo, su posición es muy delicada. Pocos apostarían a la supervivencia de Ciudadanos. ¿Considera realmente factible su desaparición?

– En este momento es una hipótesis muy probable – aclara – . Cuando empiezan las deserciones, cuando sus cuadros lo abandonan, la crisis se torna aguda. Ciudadanos no ha sido capaz de quitarse el lastre de la foto de Colón. Es posible que se convierta en un partido testimonial e incluso que desaparezca. Ya pasó con UPyD.

–  ¿Cómo explica que Albert Rivera, cuando Ciudadanos obtuvo una de sus más importantes afirmaciones, decidiera no apoyar al Partido Socialista?. Rivera se hubiese podido transformar en vicepresidente. En cambio, radicalizó la postura del partido. Abandonó el centro para irse a la derecha…

De hablar pausado, Arroyo gusta ser prudente en sus afirmaciones. No se explaya más de lo necesario.

– Si recuerdas la historia – nos dice -, Albert Rivera, en algún momento, se vio como posible presidente del Gobierno. No hay que olvidar que llegó a estar de primero en algunas encuestas. Se dio cuenta de que podía competir con el Partido Popular que, con Rajoy acosado por los escándalos de corrupción, estaba a la baja. Creyó que podía ocupar ese espacio. De ahí, el giro a la derecha. Además, Rivera desconfia de Sánchez, después de la firma de aquel pacto con 50 puntos. Pedro Sánchez se va hacia la izquierda, hacia Pablo Iglesias. Albert Rivera veta a Podemos y Podemos veta a Albert Rivera.

Arroyo nos dice que Rivera empieza a soñar. Piensa que “si no puede ser presidente de Gobierno, por lo menos puede ser líder de la oposición.  Es eso lo que lo lleva a la foto de Colón”.

– Desde entonces – prosigue -, nadie ya cree cualquier narrativa que presente a Ciudadanos como un partido de centro, un partido liberal-progresista. Nadie. El de Albert Rivera ha sido, tal vez, el error estratégico más importante de los últimos años en la política española.

ERC y el Gobierno Sánchez

Mientras todos los ojos miran a Madrid, en Cataluña los partidos independentistas buscan la ecuación que les permita gobernar sin mayores sobresaltos; una ecuación que pareciera poner a prueba la relación entre Esquerra Republicana de Catalunya y el Gobierno actual.

– La posición de Esquerra Republicana es muy delicada. Por un lado, están sus socios en el Gobierno en Cataluña; por el otro, el Psoe que gobierna también gracias a su apoyo. Gabriel Rufián, en sus últimas intervenciones en el Congreso de los Diputados, ha sido cada vez más duro, radical. ¿De qué manera la presiones de sus socios en Cataluña, incidirán en las relaciones de Esquerra Republicana con el Gobierno?

– En este momento, el independentismo, a pesar de su retórica– comenta –, sabe que una nueva aventura tan agresiva, como la de hace un par de años, no es posible. Ni Cataluña, ni España están preparadas. Tengo la sensación de que los acuerdos en el Parlamento se mantendrán. Y si no fuera así, Sánchez tendría siempre la posibilidad de convocar elecciones en otoño. De hecho, ya se está hablando de eso. De ese modo, Sánchez podría cambiar la estructura de las alianzas en el Parlamento y quitarse del medio a Podemos.

– Pensábamos que una maniobra como esa hubiese sido posible en otoño del próximo año. Es decir, cuando la política económica expansiva empezaría a dar sus primeros resultados y los efectos de la vacunación contra la Covid serían evidentes.

– Próximamente empezarán a llegar los fondos europeos y la tasa de empleo debería crecer al finalizar el Estado de alarma – comenta el entrevistado para concluir -. La gente estaría más tranquila pensando que por fin podrán quitarse las mascarillas y volver a una vida normal. No creo que Sánchez prefiera esperar… Pero, por supuesto, estas son meras especulaciones.

Mauro Bafile

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