CARACAS – Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz-Canel, participarán de forma telemática en la Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado, convocada por Andorra el próximo 21 de abril, lo que supondrá la primera intervención de ambos mandatarios en el foro internacional.
Maduro y Díaz-Canel, no acudieron a la anterior cumbre celebrada en 2018 en Guatemala, respondieron la invitación que les envió el gobierno andorrano en calidad de país anfitrión, de acuerdo a fuentes citadas por Europa Press. Los que no se presentarán al evento son los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro, y de México, Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario venezolano asistirá a la Cumbre Iberoamericana en Andorra, a pesar de las objeciones del Comisionado para las Relaciones Exteriores del gobierno interino de Venezuela, Julio Borges, quien el pasado 18 de marzo envió una misiva a los países participantes solicitándoles que desconocieron la legitimidad de Maduro y se negaran a recibirlo en dicho encuentro.
“Le solicitamos respetuosamente desconocer la legitimidad de la presencia de Nicolás Maduro en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos de Andorra. El mundo libre no puede dar tregua a una dictadura de esta naturaleza”, reza la carta difundida en su cuenta de Twitter.
Borges recordó que la Corte Penal Internacional (CPI) trabaja en un examen preliminar sobre las denuncias de violación a derechos humanos por parte de la administración de Maduro y también que, Estados Unidos ofreció en marzo del año pasado una recompensa de 15 millones de dólares por la captura del gobernante, a quien acusa de narcoterrorismo.
“De manera que se trata de un individuo que no compagina dentro de los valores democráticos que defienden las naciones del mundo libre”, sostuvo el Comisionado del Gobierno Interino.
Igualmente manifestó que Andorra debía enviar una invitación a Juan Guaidó, para que asistiera a la Cumbre de Jefes de Estado como el legítimo representante venezolano.
A su juicio, la participación de Maduro sería una “contradicción con los principios fundamentales que defienden las democracias iberoamericanas” y un “insulto a las víctimas de las graves violaciones de DDHH en Venezuela”.
Redacción Caracas
