Hilario Alfaro: “Fondos europeos, una oportunidad histórica”

Hilario Alfaro, presidente de "Madrid Foro Empresarial"

MADRID – “La llegada de los fondos europeos, 140 mil millones para España, es una gran oportunidad. Sin duda, una ocasión histórica. Otra cosa es nuestra sensación. Pensamos que no van a tener la capilaridad que necesitaría la economía española. En fin, que lleguen a las empresas”. Pocas palabras, precisas, dosificadas. Con ellas, Hilario Alfaro, presidente de “Madrid Foro Empresarial”, expresa todas las dudas y las preocupaciones de un sector, el de las pequeñas y medianas empresas, que representa un 95 por ciento de la red empresarial del País.

Una inyección de oxígeno importante, para las naciones de la cuenca mediterránea. Indispensable para imprimir velocidad y fuerza a la recuperación económica que, en España, se asoma este verano. Con la llegada de los fondos europeos, se espera comience a mostrar sus músculos. El plan “Next Generation Ue”, 72 mil millones en subvenciones y el resto en préstamos blandos, promete ser la ocasión para impulsar el cambio hacia una economía distinta y sostenible. El gobierno cifra sus esperanzas en el impacto que tendrá la inyección de dinero. Los empresarios también. Sin embargo, al optimismo que manifiesta el primero corresponden las dudas y la desconfianza de los otros.

– Pensamos que ese dinero quedará en manos de las grandes empresas y de las grandes corporaciones – expresa Alfaro-. Esos fondos, en parte, tenían ya que estar aquí. Y no lo están. Muchas empresas están agonizando.

– De que empresas hablamos: ¿productoras de bienes o de servicios?

– Todo tipo de empresas – precisa -. Creemos que será muy difícil que esos fondos lleguen a las pequeñas y a las medianas, aun cuando estas representen el 95 por ciento de la red de producción.

Alfaro: “Creemos que será muy difícil que esos fondos lleguen a las pequeñas y a las medianas empresas, aun cuando estas representen el 95 por ciento de la red de producción”

En su opinión el éxito en el reparto de los fondos europeos depende de la colaboración entre público y privado. Confiesa que, en España, no es común ese tipo de cooperación. Y no porque el sector privado se oponga.

– La administración – comenta – muchas veces piensa que ese dinero es suyo, cuando realmente no lo es, y que hay que hacer lo que ella diga. Está muy alejada del día a día de las empresas y de sus necesidades.

 – ¿En cuál sector está mayoritariamente presente la pequeña y mediana empresa?

– En todos – contesta -: desde el comercio hasta la industria, pasando por el turismo, la educación… En España, el problema es el tamaño de las empresas, sobre todo para competir fuera.

– Hay experiencias exitosas en ese sentido. Por ejemplo, empresas que se unen para crear consorcios “ad hoc” y ser competitivas en el exterior en volumen, variedad y calidad de productos…

– Cuando lo hacemos – expresa con orgullo, pero sin pedantería -, lo hacemos muy bien. Ahí están las constructoras españolas que operan en Europa, en Estados Unidos y en Australia. España es un gran competidor; es un competidor con éxito. Lo es cuando remamos todos en la misma dirección.

 – ¿Es común?

La respuesta nos sorprende. Esperábamos un tajante “Sí”. En cambio, recibimos un lacónico “No”

-Sería lo saludable, lo aconsejable – matiza – pero…

– La pequeña y mediana empresa se caracteriza, más bien se caracterizaba, por ser intensiva en mano de obra. Las nuevas tecnologías están sustituyendo al ser humano. Las empresas, sin importar su tamaño, necesitan personal especializado. Decimos, menos manos de obra, pero mejor formada: especializada. ¿Cómo conciliar la necesidad de crear puestos de trabajo con el empleo de tecnología más eficiente y menos intensiva de mano de obra? ¿Cómo armonizar esta aparente contradicción?

– Todo pasa por la formación – asegura -. Gastamos mucho dinero público en formación; pero, no es la que requieren las empresas. Me explico. La Universidad sigue muy alejada de las necesidades empresariales.

– A ver si lo entiendo, Usted quiere decir que las Universidades ponen el acento en el aspecto humanista y menos en el tecnológico…

– No – nos corrige -. No es eso. En general, y por supuesto hay excepciones, la Universidad se ha quedado muy, muy lejos y cada día lo está más, de las necesidades de las empresas. Todos los padres – precisa – queremos que nuestros hijos sean universitarios. Sin embargo, se puede ser feliz y ganar igualmente mucho dinero siguiendo una formación profesional distinta. Tenemos que dignificar la formación profesional.

– La tecnología avanza a pasos agigantados. Se habla del salto a la digitalización. Y los fondos europeos están orientados hacia esa nueva realidad. ¿Los empresarios están pensando en una fase de transición y en como reconvertir a la mano de obra?

– La apertura a la digitalización, ese esfuerzo que nos pide el mundo – nos dice -, el empresario español lo asocia a los 140 mil millones de los fondos europeos.

Digitalización, el futuro

De hecho, comenta que es uno de los objetivos de ese dinero. Considera que en España no se ha “invertido lo suficiente en los años anteriores” y que, ahora, hay quién piensa que, con esos fondos, se podría impulsar la revolución digital, a la vez que la formación del personal necesario.

– El que no tenga capacidad, el que carezca de esa formación – afirma – se quedará fuera del mercado. Se destruirán miles de puestos de trabajo. Y aparecerán otros nuevos. Se habla de que, para 2030, el 50% de los puestos de trabajo actuales habrá desaparecido. En su lugar, habrán aparecido nuevos nichos de empleo, basados en la sostenibilidad y en la digitalización… en los 4 pilares que ha establecido Europa.

En fin, los que vertebrarán la transformación del conjunto de la economía: la transición ecológica, la transformación digital, la igualdad de género y la cohesión social y territorial.

– Para eso se requieren inversiones…

– Los fondos europeos… – puntualiza para luego reconocer:

– Nadie piensa en poner recursos propios. Tal vez sea un error.

– ¿Y si esos fondos tardan en llegar?

La respuesta es tajante. Alfaro no muestra atisbo de dudas.

– Los mercados y la competencia avanzarán y nosotros nos quedaremos atrás.

– ¿Han cuantificado cuál debería ser el volumen de la inversión inmediata para comenzar…?

Habla sin prisa, sobrio en palabras no rehúsa ahondar en explicaciones cuando considera que el tema lo amerita.

– Un 40 por ciento de los fondos europeos tiene que dedicarse a eso – expresa -. Me parece además que esa es precisamente la idea. Con que llegue el dinero no es suficiente. No quiere decir que ya esté todo hecho. Lo más importante es que sepamos aprovecharlo. Es decir, que sepamos repartirlo, colocarlo. Y eso solo es posible a través de la colaboración entre público y privado.

– Pareciera haber sensibilidad en el Gobierno. Su sobrevivencia también depende de cómo se inviertan estos fondos…

–  No creo que esa sea su máxima preocupación – afirma escéptico -. Me temo que su interés no es sacarles rentabilidad económica, sino emplearlos como herramienta política para llegar vivos a las siguientes elecciones. Ese es el riesgo.

– Pero es lo hacen todos los gobiernos. En 2022, 2023, cuando habrá elección, de haberse invertido bien los fondos, la economía estará en franco crecimiento, habrá nuevos puestos de trabajo, la población y los mercados habrán recuperado la confianza y el gobierno podrá enseñar resultados… tendría la opinión pública de su parte… y al electorado.

– Los empresarios necesitamos la solución que ha dado Italia – insiste -. Un gran señor, como Mario Draghi, para manejar el relanzamiento; la reconstrucción del país… un señor que indique las líneas que todos los partidos, de cualquier color, tienen que respetar. Es lo que falta a España. Y es lo que ha venido reclamando el mundo empresarial: una persona que sepa aglutinar todas las tendencias políticas en beneficio del bien común.

– ¿Un técnico?

– Un técnico para manejar ese dinero…

 

Teoría económica y realidad social

Hacemos notar que, en Italia, no todos los gobiernos presididos por técnicos han sido exitosos. Y por sobradas razones. Las familias no son simples números. Mucho menos, meras estadísticas. Conciliar las teorías económicas, elaboradas en laboratorios y pensadas para entornos y condiciones ideales, con el bienestar de la población y el interés común no siempre es posible.

– ¿Draghi lo está haciendo bien ahora? – nos pregunta -. Tiene autoridad moral… Es ese el perfil que nos falta. Los fondos europeos pueden politizarse. Tengo la seguridad de que se van a emplear como herramienta política, más que como instrumento para relanzar el país hacia una nueva economía.

– La pandemia provocó el estancamiento de la economía europea. ¿Considera que pueda ser la oportunidad para un crecimiento económico distinto, para la transformación real de la economía? ¿Perciben los empresarios que, con el incremento en el ritmo de la vacunación, habrá una mayor apertura?

– Desde el principio de la pandemia – comenta -, el mundo empresarial ofreció a los políticos trabajar de la mano con ellos. En fin, hacerles propuestas a todos los niveles: local, autonómico, nacional. Para poner un ejemplo, los empresarios, el día 5 de mayo de 2020, ya estaban pidiendo que se exigiese la PCR en los aeropuertos. Se estableció su obligatoriedad casi un año más tarde. O sea, disposiciones lógicas y de sentido común, que nunca fueron escuchadas por el mundo político. Al final, se tomaron medidas absolutamente contradictorias. Las que se propusieron para ayudar a las empresas en la pandemia nunca fueron recogidas. Alemania, desde el primer momento, llevó los Ertes hasta el 31 de diciembre del 2021. Era lo que pedíamos. Aquí, en cambio, se han ido renovando cada 3 meses.

Lamenta la confusión, la falta de claridad y de toma de decisiones. Aclara que se propuso la bajada del impuesto de sociedades “y no porque no se quisieran cancelarlos”.

– ¿Y si no puedes?  – se pregunta para luego continuar:

– También pedimos la reducción del IVA general, para alentar el consumo. Propusimos medidas que estaban funcionando en otros países europeos.

Se queja de que el Gobierno haya hecho oídos sordos.

– Solo nos dio la opción de los Ertes y de los créditos ICO; créditos, por cierto, que tienes que devolver al 100 por 100. Esa ha sido toda la ayuda del Estado español a las empresas. No ha habido nada más, hasta hoy…

 

Mortandad empresarial

Mortandad. La difusión de la Covid-19 ha provocado más de 81 mil fallecidos y un sinfín de daños colaterales. Entre ellos, la desaparición de pequeñas y medianas empresas. Consecuencia inmediata ha sido la caída del empleo. Es por ello por lo que preguntamos:

– ¿Tienen una estimación de cuántas empresas se han perdido?

– En los 5 primeros meses del año se perdieron cerca de 200.000 empresas, la mayoría pymes – nos dice de entrada. Y añade:

–  Llegamos a tener 3 millones 700 mil trabajadores acogidos al Ertes; 3 millones 300 mil personas han vuelto a incorporarse a sus empresas un año y medio más tarde. Los Ertes – no duda en reconocer – han sido una gran ayuda.

Reducción del número de los días de trabajo, teletrabajo y más especialización. Esta pareciera la orientación, después de la pandemia. ¿Es el futuro? Lo preguntamos al presidente de “Madrid Foro Empresarial”.

– La mayor empresa… son los funcionarios – nos dice.

– La burocracia…

– Tenemos 3 millones 300 mil funcionarios – afirma para luego añadir:

Alfaro: “Una cosa es el teletrabajo y otra llevarse el trabajo a casa”

– Una cosa es el teletrabajo y otra llevarse el trabajo a casa. Esto último es lo que hemos hecho.

– ¿Cuál es la diferencia?

– El teletrabajo tiene su metodología – ilustra el presidente de uno de los organismos empresariales más importantes de la capital -. Es una manera de trabajar distinta a la presencial. También lo son sus herramientas…  Aquí, de un día para otro, se le dijo al empleado: “Ve a trabajar en casa…”  No creo que haya sido bueno para la empresa. Tampoco para el trabajador.

En su opinión, el teletrabajo no ha sido una decisión con base en estrategias empresariales, producto de análisis o estudio de mercado. Empleador y empleados no se habían preparado para un cambio tan profundo.

– No se ha dotado al trabajador de los instrumentos de trabajo – insiste -.  El 13 de marzo se le dijo: “Toma, llévate el trabajo a casa y me cuentas”.

Critica el incremento en el número de empleados público. En su opinión, “no tiene sentido, si el país quiere avanzar”.

Abogados del diablo, hacemos notar que, a pesar de todo, la burocracia en España funciona mejor que en muchos otros lugares del mundo.

– Hecha la salvedad por los cuerpos de seguridad del Estado, los médicos, los maestros… no hay proporción entre el número de habitantes y el de funcionarios públicos – insiste -. Tenemos que reducir el tamaño de la administración. Debe ser un “objetivo-país”.

Y, de nuevo, nos habla del teletrabajo:

– Como decía… al trabajador no se le ha dado formación alguna, mucho menos se les ha dotado de las herramientas de trabajo. Como filosofía – expresa – me gusta más el trabajo presencial. Creo en él al 100 por ciento. Otra cosa – continúa – es el número de días de trabajo. Creo que reducirlo sería un error. De lo que se trata es de medir la productividad; la eficiencia y utilidad del trabajo realizado. El teletrabajo… en pandemia no nos ha quedado más alternativas que hacerlo. La relación empresario y trabajador o trabajador y empresario… considero el contacto humano muy positivo. Vivir la empresa… no es posible desde casa.

Además, hace notar que hay otras economías que giran alrededor del trabajo presencial. Por ejemplo, la restauración.

 

Concentración financiera

Fusiones, alianzas, concentraciones. Del teletrabajo a los conglomerados financieros. Son cada vez más frecuentes los “matrimonios” entre bancos y grandes grupos financieros. ¿De qué manera este fenómeno afecta a las empresas, en especial a las pequeñas y medianas?

– Creo que recibimos poca ayuda – manifiesta -. La percepción de los ciudadanos es que los bancos siempre ganan. Nos tienen esclavizados con comisiones no siempre justificadas. La reducción del número de bancos, al final, se traduce en una menor oferta.

– Oligopolios…

– Claro, oligopolios permitidos por los políticos, da igual del color que sean – señala -. Al final, los bancos han hecho siempre lo que han querido. Por otro lado – añade -, ha salido una economía bancaria paralela: criptomonedas, fondos…

Nos dice que, por su cultura, los españoles seguirán pidiendo créditos o hipotecas a sus bancos. Sin embargo, toma nota de que “ya empieza a manifestarse una economía financiera paralela, más barata y a veces más eficaz que el banco”.

– O los bancos se espabilan o habrá un sector financiero paralelo al tradicional – sentencia.

 

La Ue y su importancia

Una enseñanza que nos ha dejado la pandemia ha sido el valor de la unidad. En especial, nos ha ayudado a valorar la Unión Europea y cuán importante es profundizar y acelerar el proceso que debería conducirnos hacia una verdadera confederación de Estados. La aprobación del “Next Generation UE”, el plan acordado para relanzar las economías de la Unión y sentar las bases para una Europa más moderna y sostenible; la decisión de delegar a la UE la adquisición de las vacunas, dejando atrás las tentaciones soberanistas; la firmeza con la cual se ha aceptado el “pasaporte Covid”, para no renunciar al “Espacio Schengen”, son evidencias del deseo de seguir con un proyecto que parecía estancado.

Sin embargo, todo esto conduce a nuevas realidades. Entre ellas, a una competencia mayor entre empresas, a una carrera hacia la modernización y, en particular, a la necesidad de mano de obra cada vez más calificada. ¿El mundo empresarial español está preparado para asumir estos nuevos retos?

– Ya estamos compitiendo – nos dice Alfaro -. Lo estamos haciendo desde hace muchos años. España está compitiendo absolutamente en todos los sectores. En algunos somos mejores que en otros. Hoy por hoy – afirma seguro -, somos más europeos, con más ganas de Europa. Por suerte España está en Europa política y económicamente. Eso nos ha protegido de los errores de nuestros políticos actuales. El ciudadano cree en Europa. Sin embargo, Europa corre el riesgo de quedarse fuera de los polos económicos importantes del planeta – nos dice con un dejo de amargura -. Puede acabar siendo un parque de atracciones. Ha dejado de ser una locomotora del planeta, en el ámbito económico. Ahora mismo, los son China, Asia y Estados Unidos.

– Pareciera haber una división Internacional del Trabajo, parafraseando una terminología tal vez en desuso y pasada de moda. Decimos, América Latina y África, proveedores de materia prima; Asia y Estados Unidos, centros Industriales y el resto del mundo, Europa “en primis”, productores de servicios. ¿Es realmente así?

– Es una foto que se ajusta a esta realidad y a la de los próximos años – coincide. Y pone acertadamente el dedo en otra llaga.

– Tenemos un problema grave de envejecimiento y de paro juvenil – afirma -. Además, no hemos solucionado el tema de la inmigración.

Hacemos notar que el envejecimiento, o, mejor dicho, el incremento de la población adulta es producto de una mejor calidad y esperanza de vida. Mueve negativamente la cabeza.

– No, no es eso – precisa -. Es que tenemos menos hijos. A diferencia de África, Latinoamérica, Asia… Por supuesto, vamos a vivir más que nuestros abuelos; pero, a diferencia de ellos, tenemos menos hijos.

Alfaro censura a quienes “han construido muros para evitar el ingreso de los emigrantes”. A diferencia de quienes sostienen y defienden posiciones xenófobas y racistas, considera que la migración es una riqueza.

–  Ya me contarás… – comenta – ¿Quién va a trabajar si no tenemos hijos? Soy partidario de abrir mucho más nuestras fronteras. Hace 500 años no existían. Las hemos inventados nosotros. Vamos a acoger a quien quiera venir a desarrollar su proyecto de vida aquí. España – subraya – es un país de inmigrantes. Ese es un tema que necesitamos solucionar. No tenemos hijos y no manejamos bien el tema de la inmigración. Los padres les hemos dado una carrera a nuestros hijos quienes, al no encontrar trabajo, se nos van al exterior. Se van y no vuelven. Son chavales bien formados.

Alfaro no quiere concluir la entrevista sin precisar, y lo hace con orgullo, que “Madrid Foro Empresarial” es “la única organización empresarial que no recibe dinero público, ni subvenciones, ni ayudas, ni fondos de formación”.

– Es una sociedad civil pura y dura – afirma sin esconder un mixto de orgullo y satisfacción -. Es una sociedad civil empresarial. Esas son las palabras claves para el futuro: tener una sociedad civil amplia, formada y exigente. Los políticos son empleados nuestros. Y el dinero que ellos manejan es nuestro. Mientras no tengamos una sociedad civil que se pueda enfrentar a los políticos, me da igual el color del partido, seguiremos avanzando muy despacio.

Mauro Bafile