MADRID – El Gobierno central y la Generalitat intentarán solventar una salida al conflicto político en Cataluña, pero las labores previas a la mesa de diálogo van a ser complicadas, ya que la parte catalana se ha autoimpuesto una serie de asuntos preliminares que dificultan el proceso de negociación y presión de los lapsos de tiempo.
Las fuerzas políticas soberanistas, por ejemplo, deben crear una mesa estratégica que dirija los avances de lo que se trate en la primera y, además, el Presidente de la Generalidad de Cataluña Pere Aragonès pretende que los partidos independentistas asistan con una posición unitaria a la reunión.
Por su parte, el Gobierno de Pedro Sánchez es ajeno a esta problemática, pero marcará la política catalana en las próximas semanas.
En este mes ya se han concretado algunos contactos previos, tanto para componer la mesa estratégica como para el acuerdo que busca ERC para unificar la posición previa y que ha denominado como ‘Pacto por la Autodeterminación y la amnistía’.
Con estos acercamientos, se observa buena disposición por parte de la CUP y un gran escepticismo por parte de JxCAT. De acuerdo a fuentes republicanas, se teme que los del equipo de Puigdemont se aparten del pacto previo, con lo que la Generalitat podría presentarse debilitada en la mesa de diálogo cuando inicien las reuniones.
Redacción Madrid.
