Fernando Jáuregui: “Un gobierno del PP solo será posible con Vox”

MADRID – “Pablo Casado, y su pugna con Ayuso, no tiene nada que ver con lo que ha pasado. Es tan solo un pretexto. El Partido Popular solo puede ganar en coalición con Vox. ¿Quién, en el Partido Popular, se oponía? Pablo Casado. Entonces, le han convertido en un villano. Y Casado no lo era. Es un tipo normal, poco hábil, poco inteligente… pero normal al fin. Quienes quieren un cambio de Gobierno, que gane el PP, se dan cuenta de que no será posible sin una coalición con Vox. Así las cosas, todo aquel que se oponga se lo llevan por delante. La gran pregunta es: el que viene ahora, Núñez Feijóo, ¿será capaz de oponerse? No lo sé”. Fernando Jáuregui, maestro de periodistas, es referencia obligada para quien aspira entender el desarrollo político contemporáneo español. Lo es porque lo ha vivido y lo ha contado. Sus crónicas acuciosas, sus análisis atentos nos relatan los sucesos del último medio siglo. Lo encontramos en una terraza cerca del “Parque El Retiro”. Es una fresca mañana de sol robada a la próxima primavera.

– ¿Qué pasará si al final, como pareciera ser efectivamente, Pablo Casado tenía razón? ¿Qué cambiará si al final los tribunales confirman que efectivamente Isabel Díaz Ayuso es culpable cuando menos de tráfico de influencia y su hermano cobró de manera ilegal una comisión tras un contrato adjudicado a dedo durante la pandemia?     

– Déjame que te diga – afirma -. En Madrid, no en España, en Madrid la política es archicorrupta, archisucia.

– Hemos visto todos los escándalos…

– No los has visto todos, no – asegura categórico -. La corrupción está radicada desde hace muchos años. Por ejemplo, todavía no sabemos qué había detrás del “tamayazo”-.

Júaregui se refiere al supuesto caso de transfuguismo ocurrido en Madrid en 2003. Los socialistas habían ganado las elecciones. La votación en la Asamblea se consideraba tan sólo un trámite burocrático. Sin embargo, no fue así. Dos socialistas, con su abstención, impidieron la elección de Rafael Simancas como presidente de la Comunidad de Madrid. A la postre, fue necesario repetir las elecciones. El Psoe perdió y Esperanza Aguirre, candidata de los populares, se alzó con la presidencia regional.

– A otra presidenta autonómica, Cristina Cifuentes – añade -, le tendieron una trampa. Primero fue un asunto relativo a su licenciatura, su trabajo de fin de carrera – nos cuenta -. Se dijo que era falso. Eso no la hizo caer. No estaba claro si era o no verdad.  Entonces sacaron a relucir una filmación de 10 años antes. Se ve Cifuentes en una caja registradora de un supermercado. Se había llevado dos cremas sin pagar. La política en Madrid es inexplicada y, además, inexplicable. ¿Crees que un contrato de 50 mil euros o de 200 mil, da lo mismo, pueda ser el detonante de una crisis como la que determinó la salida de Casado en apenas unos días? Aquí hay una operación política en toda regla.

– Que el Partido Popular necesite de Vox para gobernar, pareciera indiscutible. A diferencia de lo que ha pasado en Italia, donde desde hace siempre se han hilvanado alianzas, se han construido coaliciones para gobernar, en España la política se ha manejado a través de mayorías absolutas. Pero, hoy ya no es posible. En consecuencia, son necesarias las alianzas con partidos menores. Guste o no. En la política hay que ser pragmático. El partido socialista puede manejarse con los partidos regionales e independentistas. El Partido Popular, con la debacle de Ciudadanos, ya no tiene a nadie al centro, así que no tiene más remedio que buscar a su derecha. Y, ahí, sólo hay Vox.

–  Sí, sólo tiene a Vox… Por eso digo que la gran pregunta es: ¿qué hará Feijóo?

– Feijóo pareciera una persona sensata, seria…

– Es un tipo estupendo – asegura -. Estupendo; pero, no sé si podrá sobrevivir a todo esto. Insisto, le van a pedir que pacte con Vox. El PP no tiene a nadie más…

– ¿Qué relaciones tiene Vox con el viejo fascismo? ¿Podemos considerarlo parte de la herencia franquista, de la falange? ¿O, por el contrario, representa el nacimiento de una nueva derecha; la “Derecha 2.0”, como la ha bautizado el profesor Steven Forti?

– El franquismo en España ya no existe – puntualiza -. Digan lo que digan, no existe. Está en el cementerio del Pardo. Y ya nadie va a verle.  Solo quedan unos cuántos nostálgicos. En cambio, existe una derecha como la de Hungría, como la de Polonia, como la de Portugal, como la de Francia. En Italia tenéis a Salvini que, déjame decírtelo, es un desastre. El grado de locura que tenéis vosotros los italianos en política, no existe todavía en España. Votar a Berlusconi… en fin…

– En realidad, detrás de la llegada de Berlusconi en la política, estaban intereses económicos muy personales… Además, no podemos olvidar que Berlusconi sedujo a los italianos con la promesa de una gestión de la hacienda pública tan exitosa como la gestión privada de sus negocios. Todas las noches entraba en los hogares a través de sus televisoras, para convencerlos de que así iba a ser.

– Sí, lo sé – nos dice -. Trabajé 5 años en Telecinco. Estuvieron a punto de echarme por un comentario que hice. La censura de Berlusconi… no te quepa la menor duda al respecto.

Las palabras de Jáuregui nos traen a la memoria uno de los actos más vergonzoso del gobierno Berlusconi: el despido de personalidades del mundo periodísticos, presentes en la televisora pública, que le resultaban incómodas. Le comentamos como en abril de 2002, en rueda de prensa desde Bulgaria, Berlusconi acusó a Enzo Biagi, maestro de periodistas; a Michele Santoro, acucioso conductor de uno de los programas de mayor audiencia nacional, y a Daniele Luttazzi, actor, cantautor y dibujante, del manejo criminal de la televisión pública. Acusaciones que han pasado a la historia con el nombre de “Edicto Búlgaro” . El despido de Biagi, Santoro y Luttazzi fue el epílogo inevitable 

– Da igual, aquí no tenemos eso – nos dice -. Tenemos otras cosas, otras locuras. A Vox, por ejemplo. Vox no es autonomista, es antieuropeísta y antiemigración.  Quiero decir, no es un partido de gobierno. Sin embargo, dará mucho trabajo. El problema es que el Partido Popular, que es un partido moderado, tendrá que aliarse con Vox. No le queda otra. El Partido Popular no obtendrá la mayoría absoluta en las siguientes elecciones. Tampoco lo hará el Partido Socialista. Así que, de un lado y del otro, habrá que pactar con otras organizaciones. Esa es la verdad. Si hace años se hubiese impuesto una gran coalición, hubiésemos dejado de tener muchos problemas. El partido que podría haber amalgamado esa gran coalición, Ciudadanos, se ha hundido por culpa de su fundador. Mira cómo está ahora el tío… Albert Rivera.

– Sus ambiciones destruyeron el partido.

– Destruyó la posibilidad de un Gobierno de centro izquierda o de centro derecha que es lo que necesitamos en estos momentos – glosa -. Las contradicciones, hoy, son brutales. El partido que gobierna en España es aliado de ERC, un partido que no quiere España, que quiere romper con España, y con EH Bildu

– EH Bildu, al igual que Vox y Esquerra Republicana de Catalunya, tiene representación en el Parlamento. Se les permitió concurrir a elecciones y ha sido votado. Se insiste en un “cordón sanitario”… Tiene poco sentido. ¿Por qué culpar a EH Bildu de los crímenes horrendos que cometieron los terroristas de Eta?

– Estoy de acuerdo contigo, tienes toda la razón… – afirma -. Hay que entender que los españoles vivimos 40 años azotados por el terrorismo de ETA. A todos nos han matado algún amigo. Ese sentimiento es muy difícil de erradicar.

– Otros países pasaron por lo mismo. Italia sufrió la violencia de las Brigadas Rojas, América latina, Venezuela y Colombia en particular, padecieron los estragos de la guerrilla. Ha muerto mucha gente, muchos inocentes. La sociedad no debe olvidar, pero sí tener la capacidad de pasar página…

– En lo personal estoy de acuerdo, pero la gente no – explica -. Para la mayoría EH Bildu sigue siendo Eta, independientemente de que haya desaparecido y ya no exista. Eta ha derramado demasiada sangre. Es algo que no se olvida fácilmente. Hemos perdido amigos, familiares. Muchos hemos vivido bajo la amenaza de ETA. Yo he vivido bajo su amenaza muchos años. Para la gente, Eh Bildu sigue siendo el heredero de todo aquello. En realidad, no tiene nada que ver. También eso hay que decirlo muy claro.

 

Corrupción y cambios políticos

El Partido Popular ha sido golpeado por muchos casos de corrupción. En Italia, la descomposición política ha llevado a la desaparición de partidos históricos. Decimos, el Partito socialista, fundado en 1892; el Partido Comunista, fundado en 1921; o la Democrazia Cristiana, fundada en 1943 de las cenizas del Partido Popular. El proceso de reorganización política condujo al nacimiento de otras formaciones, de centroizquierda y centroderecha. Preguntamos si habrá en España un fenómeno parecido. La respuesta es inmediata:

– Sin la menor duda.

– ¿Hasta en el Psoe, un partido histórico que data de 1872?

– Las viejas generaciones del PSOE, las que protagonizaron los Gobiernos de Felipe González y de José Luis Zapatero, ya no existen – puntualiza -. No tienen peso alguno en el Psoe. Ahora mismo hay una nueva generación. Y creo que no lo está haciendo mal.

– A pesar de tocarle gobernar en un momento muy complejo…

– Teniendo eso en cuenta, no lo está haciendo mal – insiste -. ¿Podrás decir que es un partido poco transparente, poco simpático… Todo lo que quieras… Pero, no lo está haciendo mal. Si las elecciones fuesen ahora mismo, ¿a quién crees que votarían los españoles? Pues, al PSOE. Los socialistas volverían a ganar con el 80% de los votos. Mi idea de la recomposición es la siguiente: el PSOE tendrá que acercarse a una izquierda coherente, a la plataforma de Yolanda Díaz y todo lo que ella pueda aglutinar…

– ¿Una izquierda transversal como la que propone Más País?

– Más país es un buen partido, lo peor que tiene es Errejón – expresa -. En todo caso, sería un ingrediente más de ese “melting pot”. Tenemos a Yolanda Díaz, tenemos a Más País, tenemos al Psoe, tenemos a los residuos del Partido Comunista… Y luego tenemos una serie de fuerzas progresistas dispersas en Baleares, en Valencia, etc. Todo eso tendrá que cuajar en una oferta de izquierda. No una oferta de ultraizquierda, sino de una fuerza de izquierda de verdad, una izquierda moderada.

– Podemos está de capa caída

– Podemos no existe.

– Le pasó lo mismo que a Ciudadanos.

– El gran año de España fue el 2014 – nos dice -. Es cuando se produjo la abdicación del Rey, Juan Carlos; la renuncia de Rubalcaba, líder de los socialistas; y la emergencia de Podemos y Ciudadanos. De pronto nos encontramos sin el rey de toda la vida y además nos dicen que es un golfo y un ladrón.

– Usted tenía amistad con el Rey…

– No, con el Rey no, con el jefe de la Casa Real.  Era Sabino Fernández Campo. Me lo dijo, refiriéndose al rey… “mira lo que está haciendo este”.  Y nosotros no publicamos nada. Así que, en un año, nos encontramos sin rey; sin el rey de toda la vida, que es un zascandil; sin el bipartidismo, que era lo que sostenía este país; y sin el espíritu de la transición, el espíritu del 78.

– La “Transición” fue una etapa en la que muchos líderes, como Santiago Carrillo, tuvieron que tragar gordo para conducir el país por la senda de la democracia…

– Yo estaba ahí con él, en ese momento – comenta -. Hablamos mucho de eso. Hizo muy bien en aceptarlo. No obstante, en 2014 se acabó. Llega un tipo que se llama Pablo Iglesias. Habla del candado del 78; que había que terminar con el régimen del ‘78. Las elecciones traen a unos desconocidos, liderados por un tipo muy raro con coleta. Hay dos partidos nuevos. Asistimos al mini-dimensionamiento de los dos grandes partidos; a una recomposición política de todos los diablos. ¿Sabes qué te digo? Ocho años después, todo aquello ya no vale para nada. Hay que empezar de nuevo; hay que recomponer otra vez todo el sistema de fuerzas partidistas.

– Pero, estos ocho años dejaron su huella.

– Mala. Podemos, que era necesario, no funcionó. Ciudadanos, que era un partido moderado, tampoco funcionó. Ambos tenían al frente personas que decidieron cargárselos.

– En el caso de Ciudadanos, a diferencia de Podemos, faltó una visión, un objetivo ideológico. Un partido de centro, que se define liberal, sin una identidad ideológica precisa que lo identifique es difícil que pueda sobrevivir en el tiempo.

– Se la quitaron – asegura -. Era un partido socialdemócrata. Luego hicieron un Congreso y decidieron que eran liberales. De pronto, Albert Rivera decide que va a ser el líder de las fuerzas conservadoras, por encima del Partido Popular. Considera que el PP estaba tocado. El problema es que el PP estuvo tocado desde la época de José María Aznar. Rivera lo percibe y dice: “ahora voy yo”.

Considera que 2014 es una fecha de gran importancia para la política contemporánea española.

– Empieza una recomposición muy seria del panorama político – ilustra -. En 2014, entramos en una crisis política de todos los diablos: sin mayorías y con pactos absurdos. Ahora es el momento de recomponerlo todo: la izquierda, la derecha y el centro. El centro, no sé cómo porque no hay nada. Pero algo saldrá.

– La recomposición de la izquierda parece mucho más simple de la que pudiera ser la de la derecha…  

– Para nada. El PSOE tiene varias almas. Tú solo ves una…

– Es un fenómeno común en todos los partidos de izquierda…

–  La izquierda tiene tantas almas como militantes – asegura -. Pero, este no es el caso.  Aquí hay dos almas. Una es conservadora, de centroizquierda; otra, dispuesta a lanzarse a la aventura. ¡Viva la revolución! Sánchez, por su parte, es míster Hyde y doctor Jekyll. A veces es Jekyll, de centroizquierda, y, a veces, es Hyde, bandera en mano… ¡avanti, camarada¡

– ¿Un político muy pragmático?

– Quiere estar en el poder… como todos los políticos.

– Se le consideraba muerto políticamente. Y, sin embargo, resucitó

– Nadie se explica eso.

– Pero es la realidad.

– Totalmente de acuerdo. Estaba mucho más muerto de lo que te imaginas. Entonces, el tío agarró su coche y se fue a recorrer las Federaciones.

– Todo el país.

– Así es – subraya -. ¿Sabes lo que entendió? Primero, que la fuerza está en la base de la militancia, no en los cargos intermedios y tampoco en los cargos superiores. Está en la base. Y, segundo, entendió muy bien la política a la francesa; entendió que había que hacer política a la francesa: ganarse a los alcaldes. Entendió, por primera vez en la historia de España, que los alcaldes tienen fuerza, tienen capacidad de arrastrar gente y votos. El momento del renacimiento de Sánchez es cuando el alcalde de Almodóvar, el alcalde de Don Benito, el alcalde de Dos hermanas, que es un Ayuntamiento muy importante en Sevilla, la alcaldesa de Toledo le dan su apoyo. Empieza un movimiento de base mientras los otros estaban en sus despachos. Así fue. El éxito de Sánchez es entender que con los alcaldes se va ganando a la militancia de base.

 

El recuerdo de Chávez

Le comentamos que algo muy parecido, en Venezuela, lo hicieron Rómulo Betancourt y Hugo Chávez. Rómulo Betancourt, inmediatamente después de la insurrección contra la dictadura de Pérez Jiménez, recorrió toda Venezuela y en cada pueblo fundó una sede de Acción Democrática; el teniente coronel Hugo Chávez Fría hizo lo mismo, después del indulto que le concediera el presidente Rafael Caldera. Lo que no pudo con la fuerza de las armas, al intentar derrocar a un gobierno democráticamente electo, Chávez lo logró con el voto en las urnas, luego de recorrer toda Venezuela y fundar en cada pueblo una sede del “Movimiento Quinta República”.

–  ¿Sabes que yo hice un recorrido con él, con Chávez? – dice mostrando una amplia sonrisa -. Repartía camisas rojas por todos lados.

– ¿Qué opinión se formó de él?

– Esa no es democracia… – afirma convencido para luego añadir:

– No me gusta un pelo, para que lo sepas. Pero, joder, aquello movía a la gente. Aquí el problema es que no se mueve a nadie.

– Hay que reconocer que Chávez sabía cómo llegarle a la gente.

– Este que tienen ahora no sabe ni hablar – afirma, ahora serio -. A Chávez lo conocí. ¿Sabes cómo? Deja que te cuente. Aznar me invitó a un almuerzo de Estado que ofrecía a Chávez. A veces, a los periodistas nos invitaban. Con Aznar no me llevaba nada bien, pero me invitó. Yo todavía escribía para El País. Llego y, al momento de saludarle, Aznar le dice a Chávez: “Este es un periodista muy peligroso”. Chávez, dándome un codazo en el estómago, exclama: “¡Hiiiijo ‘e puuuta!”. Muerto de risa. Me lo dice con un guiño. No sé lo que les hacía él a los periodistas peligrosos, seguramente los trataba peor que a mi esa noche. Volví a verlo en Caracas. Debo confesarte que fue muy simpático, muy amable. Ya sé… todo el mundo es amable con la prensa extranjera. Está claro. Chávez era un hijo de puta; pero, un hijo de puta muy simpático.  En cambio, este, que también lo conocí, parece un incapaz.

– Se puede ser un incapaz y, sin embargo, tener la inteligencia de rodearte de los mejores. Fue lo que hizo el presidente Carlos Andrés Pérez al ser reelegido. Tomó las medidas económicas que, con la experiencia de hoy, nadie duda de que eran las necesarias. De hecho, no obstante no pudieron aplicarse por completo, los índices de pobreza pasaron de un 70 a poco más de un 30 por ciento. Fue destituido y sometido a proceso por malversación aún cuando se conoció que ese dinero se había empleado para ayudar a la presidente de Nicaragua, Violeta Chamorro. Fue un juicio político que dejó muchas dudas.

– A Carlos Andrés Pérez también lo conocí – confiesa -. Fue en ocasión de un viaje a Venezuela de Felipe González. Se llevaban muy bien. Tenía algo que llamaba la atención, igual que Chávez.

 

Cambio generacional

La entrevista se desarrolla frente a una paleta de ibérico, unas tostadas y una copa de vino tinto. Jáuregui es buen conversador. Analiza, explica, comenta. Y, a veces, echa mano de su ironía mordaz.  Su último libro, “La Ruptura”, es la suma de los recuerdos de quien ha seguido muy de cerca el acontecer político español. Como escribe Manuel Pimentel Siles en el prólogo, Jáuregui es “el maestro lúcido, el mirón impenitente, el periodista ejemplar”. Se nota ya al leer las primeras líneas.

Los años de la “transición”, el terrorismo de Eta, la abdicación del rey Juan Carlos, las protestas de los indignados. España ha vivido una profunda transformación. También la política. Quienes tuvieron la responsabilidad de guiar la transición dejaron su lugar a otra generación.

–  Los políticos hoy son cada vez más jóvenes – comentamos – y, pareciera, cada vez más inexpertos. ¿Es realmente así?

– En España el rejuvenecimiento de la política se produce en el año 1977 – explica Jáuregui – Hay excepciones, claro, pero entra una generación nueva. Es la ruptura con el franquismo. Adolfo Suárez busca gente mucho más joven. Es presidente del Gobierno a los 42 años. Felipe González lo es a los 42, 43 también. Se retira a los 54, después de 13 años y medio en el Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero, lo es a los 40 año. Mariano Rajoy ya siendo mayor. Y Sánchez cumplió los 50. Ese rejuvenecimiento, en España, ya se ha producido. El actual Psoe – continúa – no tiene nada que ver con el inmediatamente anterior. Los integrantes del Gobierno Zapatero, todos o casi, han nacido en los años 50. Lo sé muy bien porque los conozco personalmente. Estudiaron en mi Universidad o en mi colegio. Pues, de esos no queda ni uno. Ha habido una mortandad de generaciones políticas

– Un cambio generacional…

– Una mortandad, lo cual es mucho peor – precisa con tono de voz grave -. España cambia realmente en estos últimos 40 años. El cambio comienza cuando Felipe González gana las elecciones en octubre del ‘82.

– En Italia, se tiene la percepción de una falta de preparación política. Las nuevas generaciones no provienen de las administraciones locales. No tienen experiencia. Además, a diferencia del pasado, ya no existe una “escuela de partido”. ¿Pasa lo mismo en España?

– Es lo que te estaba diciendo – insiste -. Sánchez ha descubierto que en las alcaldías hay una base política. Nadie hasta ahora se había fijado en eso. La gente piensa que los alcaldes son los “tipejos” del pueblo. Sánchez ha llamado a integrar el Gobierno a tres alcaldesas; alcaldesas de entidades muy importantes. Es significativo. No creo que Sánchez sea un ideólogo, tampoco que sea un intelectual. No, no lo es. Sin embargo, ha descubierto que en la vida municipal existen personas de mucho valor. Los demás todavía no se han dado cuenta porque son muy torpes. Los partidos en España son muy torpes. Podemos es torpísimo… Ciudadanos… Sánchez ha ascendido al Gobierno y a la Ejecutiva del PSOE, por las bases. Por tres o cuatro alcaldesas, mujeres todas, por cierto, con votos populares y de las bases del partido. Lo que ha hecho Sánchez es importante. Está revolucionando la política.

Confiesa que no es “un entusiasta de Sánchez”. Es más, asegura que se llevan “muy mal” y no niega que “tiene muy serias críticas a lo que hace”. Y, sin embargo, admite que “respecto de la ocupación del poder, lo está haciendo muy bien”.

 

Vox y la sociedad española

Alcaldesas, ministras, portavoces. En la política española hay una presencia femenina significativa y creciente. No hay mejor ejemplo que el mismo gobierno. La sociedad española, al respeto, es muy abierta. Lo es, en general, en materia de derechos humanos, y en la defensa de igualdad de género y la diversidad. En fin, es mucho más que simplemente tolerante. Y, sin embargo, expresa un partido como Vox, que es todo lo contrario. Decimos, es un partido xenófobo, homófobo, antieuropeista, y pare usted de contar. ¿Por qué? Lo preguntamos a Jáuregui quien nos dice

– Hay mucha gente que apoya lo que Vox defiende – nos dice -. Si quieres entender España tienes que entender eso. Vox representa a la España de la caza, de las fiestas de los toros, de las romerías y de las verbenas de los pueblos. Vox representa la España de los señores mayores, que les gusta llevar corbata y les gusta la vida tradicional. También representa a la España que se resiste a los desfiles del “Orgullo Gay”, que no quiere inmigrantes y que, de alguna manera, se opone a las autonomías. Vox representa a la España que piensa que Europa es una puta mierda y que nos está quitando cosas. Esa España existe. Si no entendemos que hay dos Españas, no vamos a entender nada.

– Lo que usted señala me permite hacer referencia a la polémica sobre el español. El conflicto entre el español y los idiomas regionales pareciera artificioso. En todo caso, resulta difícil de entender.

– No trates de entender – nos dice sonriente -. Yo que vivo aquí desde hace unos cuántos años más que tú, no lo entiendo…

– Si Italia hubiese tenido el mismo cuidado que tienen ustedes con las lenguas regionales, muchos dialectos que representan una inmensa riqueza de la diversidad cultural italiana no estarían en vía de extinción.

–  No tiene por qué ser confrontación. La Italia de Garibaldi ha sido capaz de hacer un país, donde todo cabe.

 – Italia no existía… Existían las ciudades-Estado. No había la noción de nación… Italia ha sido una creación…

–  Lo sé, pero ahora existe – afirma -. Y tiene mucho más respeto por sí mismo como país que nosotros, que sí existíamos… más o menos. No te fíes de la historia que te cuentan por ahí. En España, todo es mentira. La historia que cuentan los catalanes es mentira. La historia que contamos nosotros, sobre nosotros mismos, también lo es. Está tamizada por el franquismo. ¿Crees que me contaron quién, en verdad, era Felipe II, un asesino, un genocida, y un hijo de puta? No, no me lo contaron. Me contaron que era un gran rey. La historia de la inquisición no me la contaron. La historia la cuentan los vencedores. Cada cual cuenta la suya.  Se ha puesto de moda la disgregación del país. Bismarck, que era un tipo muy curioso, se interesó mucho por la historia de España. Y elaboró la siguiente frase: “España es el país más fuerte del mundo, lleva siglos intentando destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido”. Es verdad. Las dos Españas, las 24 Españas, las que sean, llevan años, siglos intentando destruirse y no lo consiguen. Los catalanes saben que nunca podrán ser independientes; pero, no importa, mientras tanto, hay que joder.

– Si los partidos secesionistas renunciaran a esa narración, admitieran que la secesión es imposible, simplemente desaparecerían…

– Los partidos tienen que ser la solución, no el problema – comenta -. En cualquier caso, si vas a Galicia, te darás cuenta de que todo el mundo te habla en gallego. Les dices que hablas español, y siguen hablándote en gallego. Vas a Asturias y te hablan el “bable” o algo que se le parece. Hay una falta de respeto por el idioma español que es factor de cohesión.

– ¿Qué va a pasar con las elecciones en Andalucía? El Partido Popular y el Partido Socialista están muy golpeados. A la crisis por la pandemia se añade, ahora, la que provocará la guerra en Ucrania. Ya comenzamos a sentir los efectos. Habrá menos crecimiento y más inflación. Y eso repercutirá negativamente en las urnas.   

– Las elecciones en Andalucía son en otoño – precisa comedido -. De aquí al otoño, en este país, en Europa y en el mundo, tal y como estamos viendo, puede pasar casi de todo. Anticipar algo de aquí al otoño es muy difícil. Dicho esto, ahora mismo el Partido Popular gana. No por mayoría absoluta, pero casi. Ahora, mismo Vox en Andalucía no existe. No tiene ninguna preponderancia política, moral o social. Supongo que Ciudadanos, como ha pasado en todas partes, se hundirá. No es bueno, no es nada bueno; pero, es la realidad.

 

Doble ciudadanía

Doble ciudadanía. Es un argumento que no podíamos obviar. Tenemos curiosidad por saber qué opina un analista acucioso come Fernando Jáuregui sobre el tema. Es la razón por la cual le señalamos:

– Hay un sector creciente de la comunidad italiana, que nosotros respaldamos, que aboga por la doble ciudadanía. Igual que sabemos que ese es un proceso que lleva tiempo, también estamos convencidos de que no hay verdadera integración sin derechos políticos. No hay, como muchos quisiéramos, una ciudadanía europea. Los conceptos de nacionalidad, de frontera están arraigados profundamente en la conciencia ciudadana. Es una pared difícil de demoler. Se tornan indispensables acuerdos de doble ciudadanía, como ya existen entre España y los países de América Latina, entre España y Francia o Portugal. ¿Por qué, a pesar de que se habla insistentemente de globalización, de derribar obstáculos, de superar prejuicios, todavía se exige a los residentes de otras nacionalidades que renuncien a la ciudadanía de origen para adquirir la española?

– Mira. Si aquí ganan Vox y el PP., en especial Vox, esta discusión será absurda – nos dice de entrada -. Ahora bien, si gana el nuevo Psoe será el gran tema para discutir en España y en Europa. España no puede plantearse sin Europa. Una de las cosas que más me ha ilusionado en los últimos días, ha sido la decisión europea de acoger a todos los refugiados ucranianos. ¡Qué bonito! No sé si será posible mantenerlo. Pero, de momento, no me digas que no es de llorar de emoción. Lo hemos hecho y vamos a tener que hacerlo muchas veces. Un Gobierno de izquierda tiene que planteárselo como primer tema. Un Gobierno de derecha, con Vox, se planteará justo lo contrario. España depende de los latinoamericanos. Quién lleva a mi madre en la silla de ruedas, una latinoamericana; quién ayuda en las tareas domésticas, una latinoamericana. Si no nos damos cuenta de la importancia social que tiene la inmigración estamos perdidos. Doble nacionalidad… mucho depende de quien ganará las próximas elecciones y de cómo va a transformarse el mundo.

Mauro Bafile