El Embajador de los Estados Unidos en Caracas, William Brownfield, dijo que lamenta que la cooperación entre los cuerpos de seguridad estadounidenses y venezolanos haya disminuido en detrimento del combate al narcotráfico y al terrorismo. «En este momento en la cuestión de las drogas ilícitas tenemos una situación en que hemos reducido la colaboración entre algunos sectores policiales de Estados Unidos y Venezuela», indicó el embajador en una entrevista difundida ayer por la cadena televisiva Televen. «Ojalá que pudiéramos tener una relación más fluida en ese sentido… ojalá que tuviéramos más colaboración en pasar más información sobre asuntos de terrorismo, el movimiento de personas específicas», agregó Brownfield, sin dar detalles. Las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos han enfrentado durante los seis años de mandato del Presidente Chávez algunos momentos de tensión, caracterizados por mutuas recriminaciones. El mandatario venezolano ha denunciado desde el inicio de su mandato, en 1999, varios planes de magnicidio y repetidamente ha acusado al Gobierno estadounidense de promover un complot para derrocarlo, incluso matarlo. El Departamento de Estado ha rechazado las alegaciones. En ese sentido el embajador estadounidense insistió que «no hubo plan, no hay plan y no habrá plan en el futuro para ningún magnicidio, invasión, golpe de Estado, sabotaje a la producción petrolera o cualquier intervención en los asuntos soberanos de Venezuela».
Pese a las divergencias diplomáticas, Estados Unidos sigue siendo el principal comprador del petróleo venezolano y principal socio comercial de Venezuela.
Venezuela, no es una nación productora de narcóticos, pero por su cercanía a Colombia, el mayor productor de cocaína del mundo, se ha convertido en un país de transito de las drogas hacia Estados Unidos y Europa.
Los agentes antinarcóticos estiman que 150 toneladas métricas de cocaína pasan anualmente a través de Venezuela. Eso sería cerca de una cuarta parte de lo que sale de Colombia.
