“La rápidez de los cambios”

Más importante que el cambio material, físico, visible es el que se produce en los conceptos porque más temprano o más tarde se proyectará hacia el exterior para moldear sus variadas formas.
Generalmente los primeros cambios que se producen en las instituciones son casi imperceptibles, y por ello, no todos pueden darse cuenta de lo que se avecina.

Hoy vamos a hablar de los cambios que se están produciendo en una figura jurídica que interesa particularmente a nuestros países de la América Mestiza. Se trata del arbitraje internacional de inversión, que arrancó con toda su fuerza durante la Globalización, cuando el mundo pasó a ser considerado como una “Aldea Global”, criterio que se impuso a los estados en desarrollo para que también tutelasen intereses que les eran ajenos. Aparecen así los Acuerdos Internacionales de Inversión (AII) y, en todos ellos, para resolver las controversias entre Estados e inversionistas, dejando de lado cualquier atención al principio de inmunidad de jurisdicción, se consagró el Arbitraje Internacional de Inversión.

Este último, se inspiró en el arbitraje comercial internacional, que es el medio apropiado para dilucidar controversias comerciales entre iguales. Solo que no hay igualdad entre el inversionista de un Estado súper desarrollado y un país que comienza a despertarse del atraso, de la pobreza, de la impotencia, pero que tiene muchas riquezas naturales que ofrecer.

El arbitraje resultó así completamente inapropiado para dirimir en un plano de justicia y de igualdad el diferendo entre la empresa tecnológicamente preparada y el país donde realizara inversiones.
Hasta hace pocos años, hablar en contra del arbitraje internacional de inversión, era casi como blasfemar; pero de pronto, el aire de los cambios nos está llegando y los síntomas han aparecido: Tres laudos arbitrales argentinos han sido objeto de recursos de nulidad y, dos de ellos fueron anulados. Por otra parte, un conciliábulo de brillantes pensadores de varias especialidades se reúne en la Universidad de Toronto y lanzan al mundo una Declaración Pública donde piden el cambio de los parámetros (DE TODOS ELLOS) del arbitraje internacional de inversión.

Indudablemente que, aunque pocos se hayan dado cuenta de ello, las cosas están cambiando.