Cómo se deben tratar los hemangiomas infantiles

Caracas.- Los hemangiomas infantiles son los tumores más frecuentes en la infancia. Tienen una incidencia estimada de 4% a 10% en niños menores de dos años. Su evolución suele tener una primera fase proliferativa de crecimiento rápido, que ocurre durante el primer año de vida, luego se estabiliza y posteriormente hay una fase involutiva lenta.

Se clasifican en únicos o múltiples, se pueden desarrollar en cualquier parte del cuerpo y de acuerdo a su profundidad pueden ser: superficiales, profundos o mixtos. El diagnóstico lo realiza el dermatólogo al evaluar al paciente, y diferenciarlo de malformaciones vasculares. En ocasiones es necesario realizar un ecosonograma doppler del hemangioma si este es de gran tamaño, o un ecosonograma abdominal en el caso de múltiples hemangiomas.

Aunque son tumores vasculares benignos y de involución espontánea, que no requieren tratamiento en la mayoría de los pacientes, el crecimiento del hemangioma en la fase temprana puede ser rápido e impredecible, y dependiendo de su localización pueden comprometer funciones vitales, causar complicaciones, deformaciones o colocar en riesgo la vida del paciente. Por lo tanto, las decisiones terapéuticas deben ser individualizadas.

La Dra. Ingrid Rivera, dermatólogo y pediatra de la Unidad Médico Estético Laser asegura que “al momento de decidir si un paciente con hemangioma amerita intervención terapéutica o al elegir el tratamiento, se deben tomar en cuenta múltiples factores: edad, fase evolutiva, ubicación, tamaño y la presencia o potencial de complicaciones”. Además, dependerá de la disponibilidad del método seleccionado, experiencia del médico que lo administrará y la posibilidad de efectos adversos.

En el pasado, se han utilizado múltiples tratamientos médicos como esteroides en crema o vía oral, crioterapia, embolizaciones endovasculares o tratamiento quirúrgico; pero ninguno de estos tratamientos ha demostrado ser totalmente efectivo y todos pueden tener efectos adversos.

Hoy en día existe una necesidad de un tratamiento médico para los hemangiomas de fácil administración, con pocos efectos adversos, efectivo y de bajo costo. Por ello, el descubrimiento de la efectividad del propanolol (fármaco beta-bloqueante) revolucionó el tratamiento de los hemangiomas, siendo una excelente opción terapéutica. El timolol también es un fármaco beta-bloqueante, que se ha comenzado a utilizar en forma tópica (gel) con buenos resultados en hemangiomas superficiales.

Por otro lado, también existe la tecnología laser. Por ejemplo, el laser VBeam o colorante pulsado es útil para el tratamiento del componente superficial de los hemangiomas, obteniendo resultados satisfactorios, puesto que trata de manera segura y eficaz las lesiones vasculares. La luz de este laser es absorbida selectivamente por la hemoglobina que se encuentra en los vasos sanguíneos del hemangioma; así aumenta la temperatura, la pared capilar se inflama y se cierra el vaso, reabsorbiéndose posteriormente por un proceso natural del cuerpo. Es un tratamiento rápido, aunque depende del tamaño del hemangioma. La epidermis es protegida durante el tratamiento mediante un sistema de refrigeración, el cual arroja un spray refrigerante sobre la piel por cada pulsación del laser, aumentando la comodidad del paciente durante el tratamiento y aunque la mayoría de las personas lo toleran, se coloca previamente anestesia tópica.

Para casos con hemangiomas profundos o mixtos se puede utilizar el Laser Galaxy, que es un diodo de 900nm que tiene mayor penetración. También se han utilizado laser ablativos como CO2 para mejorar las lesiones residuales que pueden dejar los hemangiomas voluminosos.

Para tratar terapéuticamente los hemangiomas hay que considerar las indicaciones específicas de cada método, la efectividad variable y los efectos adversos, que obligan a su uso combinado y manejo por un equipo multidisciplinario.

 

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