Venezolanos en Perú piden al Grupo de Lima sancionar a la gestión Maduro

Nicolás Maduro tendrá vetada la entrada a territorio peruano por decisión del Grupo de Lima que se reunió por la convocatoria a elecciones presidenciales en Venezuela
Nicolás Maduro tendrá vetada la entrada a territorio peruano por decisión del Grupo de Lima que se reunió por la convocatoria a elecciones presidenciales en Venezuela

CARACAS – “Un grupo de venezolanos opositores radicado en Perú reclamaron este martes al Grupo de Lima, que se reúne en la capital peruana, tomar medidas en contra de los actuales altos funcionarios y diseñar un plan de ayuda humanitaria y reconstrucción para el país”, rompe el celofán, un despacho del diario El Nacional.

Según la nota, este grupo de venezolanos se reunió en el centro de Lima tras una convocatoria de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). ¿La finalidad? Muy sencillo: exhortar a los 12 países que conforman el Grupo de Lima a establecer una comisión multinacional que congele los capitales y propiedades que los miembros de la gestión Maduro tengan en sus territorios.

Por si fuera poco, solicitaron asimismo una medida migratoria que prohíba el ingreso de dichos funcionarios y sus familiares a los países del Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú).

La tormenta perfecta

Podría decirse que Venezuela vive hoy la tormenta perfecta. En los últimos meses de 2017 pasaron al menos tres cosas que hicieron una marca indeleble en lo que vino y vendrá: las regionales, las municipales y la apertura desde octubre de una pronunciada espiral de hiperinflación.

El año pasado no fue precisamente coser y cantar. Desde marzo la violencia atenazó las calles del país, con un saldo que –según el Foro Penal Venezolano- rebasa los 150 muertos; los detenidos pasan de 100, y se trata casi siempre de muchachos sobre la veintena.

Los precios del petróleo cayeron a mínimos históricos desde 2015. El resultado fue una severa escasez de alimentos y medicinas, que hizo crecer exponencialmente la diáspora, que ya –de suyo- espantaba por sus cifras.

Las reyertas de 2017 no pasaron por debajo de la mesa. Se comenzó a hablar a rajatabla, en la comunidad internacional, de una dictadura. Ya publicaciones de prestigio incontestable, como la revista inglesa The Economist, calificaban a Venezuela como un régimen híbrido, esto es, un autoritarismo que se legitima, cada tanto, por la vía electoral.

Palabra cierta: el CNE ha dicho recién –para estupefacción del país en pleno- que las presidenciales serán el 22 de abril. Todos los analistas serios confluyen en la idea de que se trata de una aceleración indebida de los tiempos. Ya los Estados Unidos, y Colombia, por sólo citar dos casos, han cantado muy claro: no reconocerán los resultados.

Luego de más de una decena de reuniones, el diálogo en Dominicana fue el relato de un naufragio más. La crónica de un fracaso anunciado
Luego de más de una decena de reuniones, el diálogo en Dominicana fue el relato de un naufragio más. La crónica de un fracaso anunciado

Hacia agosto de 2017 la calle se calmó. Se instaló la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), no sin suscitar un alud de acres críticas. Equis. El país siguió adelante, y surgió en la palestra de nuevo el ex presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Qué traía esta vez bajo la manga? República Dominicana como tierra neutral para un eventual entendimiento entre oficialistas y opositores, que –nadie lo niega- todo el país desea.

Es noticia de esta semana. Luego de más de una decena de reuniones, el diálogo en Dominicana fue el relato de un naufragio más. La crónica de un fracaso anunciado. Entretanto, como perros y gatos. Puertas adentro, el Gobierno invoca la soberanía para tomar decisiones de modo unilateral, pero afuera la cosa lleva un curso diametralmente opuesto. Rex Tillerson, a la cabeza del Departamento de Estado, gira por América Latina para ir acorralando de modo progresivo a la gestión Maduro. Y el Grupo de Lima, hace su aporte en este sentido también.

Urge un canal humanitario

Este grupo de opositores convocados en el centro de Lima por la MUD, pidió un “canal humanitario” para comida y medicinas. También la conformación de un grupo especializado que diseñe un programa económico para la reconstrucción de Venezuela “una vez que la democracia haya sido restituida”.

“Los representantes de la MUD en Perú advirtieron en su comunicado que el gobierno de Maduro ‘se ha convertido en una seria amenaza para la seguridad, paz y estabilidad de toda la región’ porque ‘la crisis humanitaria y el caos que se vive en Venezuela está desbordando y afectando directamente a muchos Estados’. Exigieron a Maduro que suspenda las elecciones presidenciales anticipadas, convocadas para el 22 de abril”, agrega la nota de El Nacional.

¿Cuál es el argumento? Los comicios no serán ni libres ni justos. “Centenares de presos políticos, partidos ilegalizados, líderes detenidos e inhabilitados y una autoridad electoral bajo control del gobierno”, son el telón de fondo que ensombrece la convocatoria.

A las sanciones financieras de los Estados Unidos, liberadas hacia mediados de 2017, le siguieron las de Canadá y la Unión Europea (UE). La política es el arte de lo posible, cuando menos, y todos esperamos una salida pacífica y consensuada. No obstante, la cosa lleva trazas de complicarse cada vez más. Los Estados Unidos ya han asomado la idea de un bloqueo petrolero, y, peor aún, la posibilidad latente de una acción militar más o menos inminente. Esperemos que el país se encauce por el mejor de los escenarios posibles. Ojalá.

Alejandro Ramírez Morón

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