Un siglo de retraso: crece la plaga de la malaria en Venezuela

Pedro Alonso, director del programa contra la malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) está preocupado por las cifras en Venezuela.

CARACAS – Es precisamente la paciencia lo que define a un “paciente” médico. El enfermo debe echar mano de aquello que Santa Teresa recomendaba como total panacea, la paciencia, mientras el galeno da con un diagnóstico, un tratamiento, finalmente una debida sanación. Pero –a veces- los médicos también deben armarse de paciencia, toda la del mundo, porque dicen que del apuro queda el cansancio solamente. Hoy un grupo de galenos residentes del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula) siguió con toda paciencia sus acciones de protesta pacífica frente al Colegio de Médicos, en la avenida Urdaneta, de la ciudad de Mérida.

Hace ya varios días las protestas en cuestión se echaron a andar. Exigir un ajuste salarial a las autoridades del Ministerio del poder Popular para la Salud. Eso es lo que solicitan los médicos de Mérida. Hoy vale más en Venezuela –la tierra del doctor José Gregorio Hernández- dedicarse al oficio de “bachaquero”, antes que gastar 7 años de juventud en una exigente escuela de Medicina, para pasar luego a los estudios de cuarto nivel, y terminar ganando pingües emolumentos, tras salvar vidas, acaso so pena de arriesgar la propia. Es el caso de los maestros y los profesores universitarios, también pésimamente remunerados, a la vez que muy necesarios.

El salario que reciben –argumentan los médicos en protesta, en la ciudad de Mérida- es insuficiente para satisfacer los requerimientos mínimos de vida, tales como salud, bienestar social, vivienda y seguridad social. Rechazaron la precaria situación del sistema de salud y una politización del mismo que no son ellos los únicos en criticar. Se sabe que los médicos venezolanos son de talla mundial. Los mejores del orbe. Nadie se explica la presencia de médicos cubanos en Venezuela.

Un guión muy bien armado

Nicolás Maduro, de su lado, y próximo a medirse en unas archi cuestionadas presidenciales el próximo 20 de mayo, dijo que ya llegaron -procedentes de la India- las medicinas para combatir el problema serio de malaria que tenemos ahora mismo. Una enfermedad endémica. En pleno siglo XXI, la Nación padece patologías más propias de la dictadura de Juan Vicente Gómez (principios del siglo XX), que de la era del iPhone X. La malaria se ha incrementado en el último año a causa de la explotación de minas en el estado Bolívar.

A través del canal estatal VTV, Maduro hizo gala de su tradicional pericia mass media: mostró una bolsita con medicamentos y –luego de haber señalado que las había tratado de comprar en Colombia- cargó en contra del jefe de Estado neo granadino, Juan Manuel Santos: se opuso. No contento con eso embargó las medicinas contra la malaria. El chavismo es maestro en el manejo de las guerras comunicacionales, pero la gestión pública le es bastante más esquiva.

“Fuimos a comprarlas a la India, las conseguimos”, desenlazó su guión, el mandatario.

Ordenó al gobernador de Bolívar –dijo Maduro-, Justo Noguera Pietri, coordinar las acciones para combatir la malaria en su estado.

“Cuente con todo el apoyo y los recursos”, despachó no sin cierto dejo de auto suficiencia. Es su costumbre. Ya se sabe. El pasado 2 de febrero la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó del aumento de la malaria en Venezuela y otros cuatro países. No se precisamente puntear en el fútbol, ni en las olimpiadas matemáticas.

“El Centro Nacional de Enlace para el Reglamento Sanitario Internacional notificó a la OPS que entre la semana 1 y 42 de 2017 se registraron 319 mil 765 casos de malaria, un aumento respecto a los 240 mil 613 casos reportados por el Ministerio de Salud en 2016”, dijo El Carabobeño.

La nota del matutino agrega:

“En noviembre de 2017, el Parlamento venezolano, de mayoría opositora, decretó una emergencia sanitaria en el estado de Bolívar, debido a que, según sus registros, los casos de malaria superaron los 206 mil en solo 10 meses y a la previsión de que la cifra de enfermos se duplicara a nivel nacional por la escasez de medicamentos”.

Son cifras realmente preocupantes. Se trata de la vida de la gente. No es cosa de juego.

Lascia un commento