CARACAS – El Papa Francisco ofreció ayuda a Venezuela, si ambas partes lo desean, con el propósito de evitar un posible derramamiento de sangre en Venezuela.
Oró desde tras el rezo del Ángelus, por una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetar los Derechos Humanos y desearle el bien a los habitantes del Venezuela.
Referente a la posición de respaldo ante la autoproclamación de Juan Guaidó, su Santidad afirmó que “sería una imprudencia pastoral y haría daño ponerse de la parte de unos países o de otro”.
“Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si yo entrara a decir hagan caso a estos países, o a estos otros me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño”, señaló.
Dijo que no le gustaba que se le definiese como “equilibrado”, sino que su comportamiento era el de un pastor” y recordó que si necesitan ayuda para solucionar este problema, “que se pongan de acuerdo y la pidan”.
Sobre sus palabras sobre Venezuela en el Ángelus, reiteró su deseo para Venezuela de “una solución justa y pacífica, porque el pueblo está sufriendo mucho por todo lo que ocurre.
“Me asusta el derramamiento de sangre. Y en esto pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia, a mi me aterra”, indicó el pontífice.
