Don Mauro hace galletas con amor

Mauro Scarangella

CARACAS- El abuelo italo venezolano que vende “galletas hechas con amor” se sienta a diario en un muro frente a la Torre Easo ubicada en la urbanización Chacaíto de la ciudad de Caracas.

Mauro Scarangella tiene 84 años de edad se mantiene activo con su negocio de producción de galletas artesanales, su labor comienza a las 7:30 de la mañana y tiene precios solidarios, pues no posee punto de venta.

Coloca su mercancía empaquetada en bolsitas de plástico sobre una caja de cartón, que a su vez reposa en un mantel con un cartel que reza “galletas hechas con amor”, como complemento decorativo tiene un camioncito de madera.

Cada día vende sus galletas a sus clientes fijos o a cualquier transeúnte que pasa por el lugar, y con un bonito gesto al entregar el paquetico y recibir el dinero, Scarangella pronuncia palabras amables y dulces, respondiendo “que lo disfrute”.

El abuelo italiano vive en Venezuela desde hace 63 años, es oriundo de Toritto de la ciudad de Bari y actualmente reside en Chacao.

Vendedor amoroso

Fue albañil, pero aprendió a cocinar con su madre, por lo cual prepara sus galletas para así “redondear” con esta entrada económica la pensión que recibe.

Para la preparación de las galletas busca en diferentes mercados los ingredientes, tratando de encontrar mejores precios y así mantener los suyos.

El hacedor de galletas tiene familia, tuvo dos matrimonios y cuatro hijos, quienes le ayudan con sus medicamentos y le piden que no trabaje porque está mayor, pero él insiste en que no “puede estar sin hace nada” aunque reconoce que es más el esfuerzo que la ganancia.

El cartel que dice “galletas hechas con amor” se lo regaló una clienta que pasó por el lugar y también le ofreció una bolsa con comida, el reconoce que de la emoción se le olvidó regalarle una galleta.

Para Scarangella, Venezuela es el país más bonito del mundo y le da pena la situación en que se encuentra porque este lugar le dio su vida.

En su caso considera que el trabajo es necesario y “todo debe ser bien hecho” asimismo manifestó que “si quieres que te respeten, debes respetar a los demás”.

Diariamente recibe saludos y cariño de las personas, y su mercancía es apreciada por su clientela, la cual le ha comentado a veces que “vende muy baratas” las galletas.

María Elvira Bargiela

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