CARACAS – Las últimas cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) muestran que las importaciones del sector público no petroleras, que implican alimentos, alcanzaron los 955 millones de dólares en el primer trimestre de 2019.
El programa de alimentos subsidiados por el gobierno de Nicolás Maduro y la red de tiendas estatales de Venezuela, la mayoría de los productos que ofrecen son de origen turco, chino o mexicano, gracias a las compras externas que se han concretado este año aún bajo las sanciones de EEUU.
Las últimas cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) señalan que las importaciones del sector público no petroleras, que incluyen alimentos, alcanzaron los 955 millones de dólares en el primer trimestre de 2019, un aumento de 16,5% respecto al mismo lapso del año pasado, según reseña la agencia Reuters.
Los datos reportan en el primer trimestre de 2019 que la administración de Maduro ha tenido éxito para seguir movilizando sus recursos y comprando mercancía en el exterior, pese a los llamados de Washington a no colaborar con un gobierno que denuncian como “dictadura”.
A principios de año la administración del presidente Donald Trump aumentó las sanciones que inició en 2017 e impuso medidas contra la estatal petrolera PDVSA y otros entes que limitan el acceso al sistema financiero internacional.
Pero en los primeros meses de 2019 productos como pasta, harina de trigo, atún, frijoles, aceite, azúcar, cereales y hasta hortalizas llegaron al país por gestiones de entes públicos desde Turquía, México, China entre otros países, de acuerdo con los registros portuarios de Import Genius.
El aumento de las compras públicas no implicó una recuperación en el mercado, al contrario la economía cayó 26,8% en el primer trimestre. Venezuela enfrenta una severa recesión desde hace seis años que se acentuó con la merma de los ingresos petroleros, la principal fuente de recursos de la nación OPEP.
En cambio, las compañías privadas en Venezuela no lograron mantener sus compras en el extranjero. Los datos oficiales muestran que las importaciones privadas sumaron 498 millones de dólares, 25% menos respecto a igual período de 2018.
Asimismo las empresas han reducido su producción y parte de la mercancía que tienen la deben exportar para intentar sobrevivir en una economía quebrada.
