La vida es dulce, si se trata de chocolate

CARACAS – Venezuela tiene relevancia cuando se habla de chocolate, aseguró Giuseppe Positano, empresario ítalo venezolano que trabaja desde hace 28 años, elaborando alimentos y golosinas con este aromático ingrediente que, según él,  se traduce en un bálsamo para los sentidos.

En entrevista para la Voce d´Italia, manifestó que fabrica bajo estándares de calidad, con perseverancia y amor por Venezuela.

“No sólo me apasiona mi trabajo y mi país, es saber que estoy haciendo lo mejor que puedo. Quiero dejar un legado con mi empresa. Hemos realizado un proyecto bien hecho y deseo que lo continúe una generación de relevo”.

A pesar  de que Positano comenzó a faenar desde joven en mecánica automotriz, especialidad que no le gustó, migró al sector alimentos mientras estudiaba administración en la Universidad Santa María de Caracas. Al terminar sus estudios ya se había posicionado como subgerente de ventas en una empresa distribuidora de materia prima para comestibles.

Además de cursar administración, realizó un postgrado de mercadeo con especialización de unidad de negocios factibles.

Para el año 1991, al regresar de un largo viaje por Europa, Positano, conoció a una persona especialista en chocolate quien le solicitó un proyecto relacionado con lo que se denomina “lluvia de chocolate”, asesorado a la vez por un italiano, “el señor Franco Pauleti que para aquel entonces, era el dueño de Helados Gilda”, realizó el encargo requerido por su cliente con total éxito.

También tuvo la oportunidad de ser orientado por un experto que venía de Chocolates El Rey y esto le facilitó darle cuerpo a su nuevo proyecto. Es cuando Giovani Sansone otro paisano ítalo venezolano,  dueño de una empresa de materia prima para alimentos, quien se interesó en el plan y se asociaron.

De esta forma nació Alimentos Grachó, cuyo nombre deriva de la palabra gragea y chocolate, las cuales forman parte de la variedad de sus productos.

En las buenas y en las malas

Antes de la pandemia, 1994 fue el último año de crecimiento del mercado venezolano, lo que afectó a muchas empresas.

“Se empezó desde entonces a trabajar en función de las órdenes de compra, para que el producto llegara lo más fresco posible a los consumidores”.

Cinco años más tarde, el empresario afirmó que la compañía sufrió una crisis como muchas otras empresas ya que el tema político comenzaba a hacer mella en la economía, por lo que a partir de ahí tuvieron un gran retroceso, un período puntual que luego fue superado.

En esa época, todo se convirtió en un bucle, había mucha incertidumbre con respecto al valor de la moneda nacional tanto para los distribuidores como para las empresas que compraban el producto, “así que hubo que tomar otras medidas como la venta de maquinarias y vehículos para afrontar los problemas financieros del momento”.

Pero este emprendedor en su afán de progreso detectó las necesidades no cubiertas de la competencia dentro del mercado de materias primas para alimentos. Realizó nuevas inversiones para surtir las deficiencias y ser más competitivo.

Un menú lleno de sabor

Positano colmado de orgullo al referirse a su labor, detalló que manejan varias líneas de productos a las que define de gran consumo, las cuales son: el chocolate de tableta para cobertura industrial; el chocolate en crema para untar;  la presentación en polvo que es una bebida achocolatada, y los grajeados que son productos comestibles que mediante una técnica de rebozado se recubren con chocolate o caramelo consiguiendo una capa uniforme a su alrededor.

Dijo que desde que fundaron la empresa, usan 80% de materia prima venezolana y trabajan con un análogo de chocolate que tiene saborizantes y manteca vegetal.

Dentro de la normativa internacional para llamar a un producto chocolate solamente tiene que contener azúcar, cacao, licor de cacao, manteca de cacao y vainillín. Cuando se habla de chocolate 100% se refiere a la concentración del cacao versus el azúcar.

“La mayoría de lo que se consume en Venezuela no es chocolate a pesar que todo el mundo lo ve marrón”, aclaró el experto.

En referencia a los pocos clientes que quedan en el país que pertenecen a la comunidad italiana (pasteleros), comentó que “prefieren trabajar con la crema para untar que tiene avellanas, mantequilla de maní y un 9% de aceite de palma. Es la mejor que se consigue en Venezuela”, de esta manera se siguen produciendo dulces típicos italianos y artesanales, “en base a mis productos”.

Apostando por lo nacional

Venezuela es una nación  generosa, “nosotros siempre hemos comprado en el exterior estrictamente lo que es necesario para fabricar, es decir lo que no se produce en el país, aunque somos lo más nacionalista posible”.

Los productos achocolatados son un preciado alimento, “nosotros fabricamos productos de calidad”, que llegan al paladar de todos los venezolanos, comentó.

Actualmente, Alimentos Grachó produce entre 10 y 12 toneladas mensuales, y  el año pasado cerró en 7.600 kilos en promedio, por lo cual hubo un repunte. Hoy día, es la industria número uno de grajeadores en el país.

Aceptando que Venezuela atraviesa un momento difícil, el empresario afirmó con optimismo que sigue apostando por lo nuestro, por la calidad, mirando al futuro y adaptándose a los mercados.

En cuanto a otros proyectos, a la par de su compañía, Positano asumió otro reto en la gerencia de una fábrica de jabones de tocador desde 1999. Posteriormente se especializó en producir fragancias  y saborizantes para otros productos con materia 100% importada.

Por último, reiteró que espera que su patrimonio pase a una generación de relevo para seguir elaborando productos familiarizados con el chocolate, con la idea de abrir nuevos mercados y seguir consintiendo a los venezolanos.

María Elvira Bargiela – Redacción Caracas

 

 

 

 

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