Tours virtual permitió conocer la herencia italiana en Chacao

CARACAS -Arquitour Chacao, programa que lleva desde hace 11 años la Fundación Cultura Chacao, con el cual busca reconocer los valores arquitectónicos, urbanísticos, paisajísticos y artísticos presentes en el municipio capitalino, realizó sus dos primeros recorridos virtuales.

Los tours citadinos, comenzaron en 2009 bajo la guía del actualmente fallecido arquitecto William Niño Araque. Al año siguiente, la actividad recibió el apoyo del Colegio de Arquitectos de Venezuela, y desde el 2012, el programa ha estado a cargo de los arquitectos María Eugenia Bacci, Inés Casanova, Orlando Marín y Lucía Sánchez.

El proyecto desarrollado por de la Gerencia de Turismo y Comunidad de Cultura Chacao, tiene como objetivo compilar y divulgar información a través de diversas rutas temáticas, con lo cual se busca promover la toma de conciencia acerca de la necesidad de conservar estos bienes, que son parte del patrimonio cultural de la ciudad y de todo el país.

Durante los primeros tres años, Arquitours realizaba un ambicioso recorrido en autobús por todo el municipio que duraba todo un día e incluía hasta almuerzo, pero a partir de 2012 se implementó una agenda regular de un recorrido mensual de 4 horas de duración realizado a pie, para grupos de 20 participantes.

Desde entonces se diseñaron tres rutas en los sectores del este de la capital “Los Palos Grandes-Altamira”; “Chacao-Campo Alegre-La Castellana” y “El Rosal”, que fue aumentando progresivamente con recorridos temáticos o especiales, dedicados a otras zonas como “Bello Campo”, “La Floresta” o “El Bosque”, donde se podían apreciar estilos de arquitectos como “JanGorecki”, “Klaus Heufer” o “Federico Beckhoff”.

En ocasiones, los paseos incluían a un invitado especial que compartía sus conocimientos sobre algún edificio o espacio particular y en otras oportunidades se han desarrollado actividades complementarias, como cursos dirigidos a la formación de guías patrimoniales y jornadas sobre patrimonio industrial venezolano.

Viva Italia

Para el año 2020 se había planificado rendirles homenaje a las comunidades de inmigrantes que hicieron vida en el municipio, y en particular a aquellas figuras que contribuyeron con sus saberes a edificar el patrimonio arquitectónico del municipio durante el siglo XX.

Las primeras de las dos rutas realizada en febrero, fue dedicada al legado Italiano, basado en una investigación y con el apoyo de los estudiantes del servicio comunitario de la Universidad Simón Bolívar, sin embargo debido a la pandemia y estado de emergencia desde el mes de marzo, sólo se pudo realizar la primera etapa del primer recorrido por las calles de las urbanizaciones “Altamira” y “Los Palos Grandes”.

Sin embargo, apoyados en las redes sociales y la tecnología, se planificó el segundo recorrido pero esta vez virtual, para compartir la información e imágenes recabadas, pero esta vez con un paseo que cerró el ciclo italiano por la urbanización de Chacao.

Ambos paseos partieron de un viaje imaginario por los años 40 y 50 cuando Caracas se acercaba a la modernidad, gracias a los italianos que se encargaron de transformar el paisaje caraqueño.

El primero de los recorridos italianos de la inmigración, se centró el edificaciones construidas en Altamira y los Palos Grande casi todas de uso multifamiliar, en las que se observa la participación de profesionales, constructores, técnicos e inclusoresidentes venidos de Italia tras la segunda guerra mundial.

En él se pudo apreciar un hermoso legado que hoy se mezcla con la cosmopolita capital que combina estilo y fusiona lo moderno con lo antiguo, y donde se deja entrever marcadas influencias de ingenieros y arquitectos muy reconocidos en la época, entre ellos Giacomo Di Mase y DomenicoFilippone, por la década del cincuenta.

El arquitecto Orlando Marín, profesor encargado de conducir los tour y responsables de las investigaciones, mencionó el legado del llamado “el especialista”, figura que quedó en la historia de la arquitectura de ese momento, por tratarse de un hábil diseñador, que era conocido por producir un sinnúmeros de efectos distintos en las fachadas de los edificios, quien por cierto, dejó una huella inconfundible en muchas obras de aquel momento, y supo interpretar y combinar su trabajo con tantos otros artistas, ingenieros y arquitectos que se consolidaban en Caracas.

“Se pensaba que detrás del especialista estaba Narciso Bárcenas, un ingeniero civil venezolano egresados dela UCV , quien había sido el responsable de todas estas obras ante ingeniería municipal, sin embargo según su viuda, el diseño arquitectónico lo realizaban los italianos que por no tener revalidado sus títulos, debían tener alguien que gestionara los permisos en Venezuela, por lo que no podían figurar, ni firmar los planos, de allí el nombre de ingenieros venezolanos, entre ellos José Bejarro, NarcisoBárcenas y Leopoldo Sucre Figarella”, explicó Ochoa.

Comentó sobre el edificio Elite en los Palos Grandes construido entre 1957-1958, como una de las obra del arquitecto Albertoni en Caracas, quien también edificó la Casa de los Borges, situada en Filas de Mariches, y agregó que en muchas obras se observan las iniciales de HFerrato, siglas que se repite en muchas de las construcciones, entre ellos los edificios Capri y Verónica, también en la zona.

Lamentablemente, muchas de estas estructuras fueron demolidas y se construyeron otros edificios, centros comerciales, torres de oficinas y viviendas modernas, lo que determina hoy la fachada de Chacao.

De pie a lo virtual

El segundo recorrido dedicado a la arquitectura la migración italiana tuvo que migrarse a las redes, pero sin dejar de trasladarse al corazón del casco de Chacao, fundado en la segunda mitad del siglo XVIII, hacia el año 1769, conformado durante casi dos siglos por sencillas casas tipo tradicional con patio y corredor, de la que solo subsisten escasos testimonios.

El profesor Marín apoyado del WhatsApp, inició el recorrido dando amplios detalles de algunos de los edificios que han marcado un estilo en la zona, siendo ejemplo de cambios y elementos innovadores para la época.

Comentó que los edificios Alfaterna e Imperial estuvieron a cargo del ingeniero Guarache en 1954, en cuyas fachadas destaca un revestimiento que simula mármol llamado falso travertino, y tienen elementos ornamentales y marcos blancos en las ventanas, estilo art deco, que hace que algunas obras se cataloguen como ecléctica, es decir que mezclan diversos estilos, mientras que otra son estilo moderno.

   

Asimismo, hizo mención al edifico Venezia, obra de Victor Platone en 1956, donde estuvo involucrada la firma técnica de Antonio Montini, arquitecto que proponía polémicas propuestas en los suburbios de Caracas, entre ellas la quinta Olary en Colinasde Bello Monte, donde el volado de toda la estructura se convierte en el protagonista.

Dante Gualtieri construyó importante de obras que dieron un giro a Chacao entre 1950 y 1980, pues el diseño de sus edificios incluían mosaicos vitro de colores (azules o rosados), que adornaban las fachadas de algunas de las vías de la urbanización, entre ellas la calle Páez donde destaca el edifico Anna María.

Precisamente frente al Anna Maria, está el Caramo, obra de José La Corte, cuya  oficina realizó varios edificios del sector con las mismas características, un patio interior rodeado de corredores; no obstante, llama la atención el contraste de falso traventino de la fachada con el pequeño  balcón cóncavo, que ventila hacia la calle con huecos.

Asimismo, explicó Marín, que el edifico Mario en Chacao desarrollado en 1956, hace honor a su propietario Mario Volpe y es obra del mismo constructor de otros en la zona, pero los planos están extraviados y no se sabe si en la obra participó HFerrato como en otros proyectos, pues tiene acabado similares con mosaicos y vitros.

Aunque el recorrido no fue caminando, se realizaron igualmente algunas “paradas” para conocer algunos locales italianos, como el restaurante Peppone, ubicado desde 2002 en lacalle Sucre de Chacao, especializado en osobuco, guiso de carne italiano originario  de la zona de Lombardía, cuyo ingrediente principal es el corte de una parte de la pata de vaca o ternera, que generalmente se acompaña con risotto o verduras cocidas y actualmente trabajan por delivery debido a la pandemia.

El siguiente “descanso” fue para conocer la cafetería la Bussola, reconocidos por sus ricos canollo de crema pastelera, dulce típico del región de Sicilia, y que ofrecen además tartaletas de ciruela, guayaba o durazno y pan de leche, junto con el estupendo  café, fundados por Francesco Carlucci y su esposa Carmelia Fiorente en 1959 bajo el nombre de “Pastelería Crema Rica, ubicados  entre la calle Sucre y Cecilio Acosta e Chacao. Actualmente los hijos Johnny y Bernardo Carlucci se encuentran al frente del local realizando delivery de lunes a  sábado.

Las haciendas que fueron

Pero esta agradable experiencia compartida, dio paso a otro recorrido en línea, pero esta vez para conocer las haciendas de ayer y su paso a las urbanizaciones de hoy en el este de Caracas.

Hermosos mapas fueron compartidos a través de las nuevas tecnologías para visualizar la antiguas divisiones de esos territorios y los cambios que se dieron en esos terrenos, y conocer como haciendas centenarias se trasformaron en las áreas urbanas actualmente llenas de viviendas y comercios.

Planos de Caracas fueron comparados, mostrando la diferencia entre mapas de 1957 y de 1750, donde el valle capitalino estaba poblado de haciendas y estancias, aunque al este ya existía Petare, un pueblo indígena ubicado allí desde la época de 1620. Asimismo, se nota las quebradas Chacaíto, Sabucán y el río Guaire, que definían los actuales límites del municipio Chacao.

En 1560 se hicieron las primeras reparticiones de tierra de la ciudad recién fundada y el otorgamiento de terrenos a sus alrededores. En principio las tierras fueron destinadas al engorde de ganado  y cultivo de trigo, gracias las vertientes del Ávila que permitieron la instalación de molinos hidráulicos para procesarlo, y hacia 1600 el trigo era objeto de exportaciónpara otras áreas del Caribe.

Pero en el siglo XVII el cultivo del trigo y su procesamiento cayo en desuso siendo sustituido por otras especies, entre ellas la caña, lo que vino acompañado de otros procesos semi industriales como el trapiche o molienda,  movida por tracción animal para la obtención del guarapo de caña y otros productos como el papelón y el aguardiente, proceso que luego fue sustituido por molinos hidráulicos.

Agregó el profesor que a finales del siglo XVIII el café se convirtió en el principal producto de exportación del país y la situación se mantiene hasta 1920, cuando el petróleo sustituyó al café como fuente más importantes de divisas en el país, y el crecimiento de población integro a la ciudad y a las antiguas haciendas del este caraqueño.

El paseo

Este segundo recorrido en línea partió esta vez desde el limite oeste del municipio, en el edificio Sausualito, donde queda la panadería Selva construida en 1963, justo en la calle la Línea con avenida Libertador, el Bosque, muy cerca de la quebrada de Chacaíto, para dirigirse por la avenida Francisco de Miranda, antiguo Camino del Este.

En este sector se encontraba la hacienda San Souci, el acceso a la casa de la hacienda se encontraba en los terrenos del actual centro comercial Chacaíto, muy cerca del conjunto residencial San Souci, diseñado por el Arq. José Miguel Galia en la década de 1960.

Cerca estaba las haciendas Blandin junto con San Felipe  y la Floresta, pero Blandín fue una de las primeras en introducir el cultivo de café en la capital y hacia  1786 de disgustó la primera taza de café en la hacienda. Lamentablemente, la casona de la hacienda fue demolida en 1928 para construir la casa de la Lagunita Country Club.

El proyecto de un grupo de inversionistas que adquieren las haciendas Blandín y Lecuna para construir un club de golf con 18 hoyos, combinado con una zona residencial. Para ellos contratan una firma que diseño y paisajismo norteamericana que elaboran uno de los poblamientos urbanos de la ciudad, caracterizado por un libre trazado de calles que introducía el verdor al espacio urbano, es una especie de ciudad jardín.

La experiencia del Country Club sirvió para el cambio de rural a urbano de todo el este de Caracas, que se estaba convirtiendo en una prospera ciudad de un país petrolero y una clase emergente que buscaba acomodo fuera del caso histórico de la ciudad.

Por su parte la hacienda de Pan Sembrar, donde se cultivaba trigo, paso a ser la urbanización Campo Alegre, siguiendo los pasos urbanísticos e integrando el verde a la zona residencial, pero a diferencia del Country, aquí se construyó una  especie de ramblas cuyo diseño mezcló el arte neo colonial y el moderno demandado por los residentes.

Mis encantos, La Limonera y la Mata de Coco, fueron otras 3 haciendas que dieron paso a lo que es hoy Chacao, pues incorporaron viviendas tradiciones y pequeñas quintas aisladas, así como las calle Mis Encantos, donde está hoy el Colegio San Ignacio realizado en 1954 y la calle Guaicaipuro donde se instaló el conjunto  Mata de Coco.

Parada obligada

La parada obligada de esta interesante ruta en línea fue la panadería Danubio en la urbanización San Marino, fundada por la familia Kerese de origen húngaro, que elaboran diversidad de panes y delicateses desde hace más de 50 años.

Paul Kerese se casó con una tachirense, Evelia y han consolidado este negocio que actualmente cuenta con varias sucursales en Caracas y otras en Europa. Destaca en Madrid la sucursal se llama pastelería Evelia.

Al seguir el recorrido, el arquitecto destacó en sus mensajes guías que en 1956 se inició la venta de parcelas en Bello Campo, urbanización  creada donde estaba la antigua finca de la familia Sosa, dedicada al cultivo de café hasta el siglo XX.

Otros complejos fueron estructurándose en Chacao para construir viviendas multifamiliares, mientras que otras áreas prosperaban casas rodeadas de jardines.

Asimismo, las haciendas San Felipe y San Diego dieron paso a La Castellana, cuya redoma (hoy plaza La Castellana) sirve de entrada a la urbanización

En otro orden, explicó el Arq. Marín que en 1943 Luis Roche adquirió los terrenos de la hacienda El Paraíso y sobre las 110 hectáreas se construyó lo que es la urbanización Altamira. El Paraíso estaba conformada anteriormente por 3 haciendas: Las Dolores, Serrano y Quintero.

“Altamira da entrada a la urbanización con la emblemática Plaza Francia, caracterizada por un obelisco y espejos de agua que son los iconos más representativos del municipio capitalino. Esta fue construida con la asesoría del arquitecto venezolano Enrique García Maldonado  y la constructora española Martin hermanos”.

Suburbio jardín

Cabe destacar que junto al Country Club, los Palos Grandes fue uno de los primeros desarrollos urbanos construidos en el municipio en la década de 1920, y bajo un proyecto de 5 promotores que quisieron darle esa estructura de calles tipo damero, abren espacio para un suburbio jardín con a sus calles llenas de quintas, luego que adquirieron la finca de la familia Martínez Lorenzi, heredada del padre del general JoséFélix Ribas, y su nombre derivada los mijaos o palos grandes que daban sombra a los cafetos.

“Junto a la predios de los Palos Grande se hallabala estancia Tamanaco, casona de recreo de la familia Palacios, donde nació Concepción Palacio y Blanco, madre del Libertador. Esta casona fue demolida  a finales de 1950 y allí se encuentra el edificio Mene Grande”.

El recorrido concluyó en la hacienda la Floresta, la cual hasta finales de siglo XX fue una unidad productora de café en la que también se beneficiaba el grano. Al parecer el padre Sojo fue su propietario a finales del siglo XIX y es uno de los pocos testimonios de Caracas de una unidad de producción agrícola del siglo XVII y XIX.

En la década de 1990 fue intervenida por el Arq. Antonio Paolino para ser declarada monumento histórico nacional y ser adquirida por Pdvsa. En ella se conservan los espacios dedicados a la vivienda con su corredor perimetral de acceso, así como la oficina de beneficio del café, patio de secado, ancla de lavado y sala de trillado.

Por su parte, comentó que el trapiche San José o Sosa consistía en una serie de instalaciones que procesaban caña de azúcar cosechada en la haciendas del mismo nombre. En trapiche contaba con una sala de máquinas de moler y una sala de pailas donde el líquido era calentado hasta convertirlo en papelón, de esta última estructura aún permanece el torreón.

Para finalizar la mirada histórica y cronológica, destacó el experto que apartir de 1951 las estancias la Floresta y San José conformaron la urbanización La Floresta, donde se conjugó lo orgánico con lo geométrico y predominabanresidencias unifamiliares, y una parte de la vegetación limita aún con el Parque del Este y al frente, la avenida Francisco de Miranda, donde destacan dos edificaciones importantes, una la antigua sede de la petrolera Mobile en el edificio Sucre y otro, lo que fue la antigua sede dela embajada de EEUU en Caracas.

Letizia Buttarello

 

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