CARACAS – Millie&Politano, exposición en la que participa del artista plástico italo-venezolano Wladimiro Politano, que se exhibe en Becerra Guzmán Galeria, espacio itinerante en el Hotel Tamanaco, se presenta una valiosa colección del artista, que conjuga el abstraccionismo, la figuración, lo imaginario y lo tridimensional, compuesta por 8 óleos y 2 esculturas en pequeño formato.
En sus obras, el maestro juega con la iluminación y las sombras, los colores vivos y atractivos a la vista, así como con los delineados en negro, máscaras y rostros, que permiten al receptor, percibir con libertad e interpretar el concepto integral de cada pieza de arte.
En pintura el tiempo es relativo, señaló el autor, quien puede realizar una obra en un día, como demorar días en otras y eso no indica que será mejor, solo dedica el tiempo necesario a cada una, sin presiones.
Mientras que en sus esculturas, señaló que depende del tamaño y la complejidad de la pieza; pero siempre prevalece la repetición de formas planas pintadas, en las que se observa el paso del aire y la luz.
Aseguró que “las obras de arte siempre deben tener un lenguaje propio”, que vayan en concordancia con lo que quiera transmitir el artista.
Politano quien complementó sus estudios y formación en Roma, exhibe actualmente una antología de 33 obras en la Galería de Arte Nacional (GAN) de Caracas, en la que presenta todo su proceso de cambio del arte moderno al contemporáneo.
A los talentos emergentes, el experto les aconseja “no desmoralizarse, sino trabajar y ser optimistas. Aquí hay una juventud creativa, inventiva, que sale adelante y no pierde la fuerza de voluntad”.
El relevo
La amistad entre familias de Wladimiro Politano y la joven venezolana Militza Rodríguez Charr, los unió para fusionar sus técnicas y generaciones en esta exhibición “Millie&Politano” que estará abierta hasta el 31 de octubre, donde la joven artista de 24 años, aporta 2 trípticos de arte digital, inspirados en el imaginario de tomas fotográficas aéreas sobre el Archipiélago Los Roques, con sus tonalidades azules, verdes y violetas.
Dijo que escogió este territorio insular en homenaje a Venezuela, tras su viaje a Nueva York donde se preparó por 5 años para incursionar en el mundo de las artes.
La nostalgia de ausentarse de su tierra, la llevó a proyectar una topografía irreal en estas 2 series, cuya duración de elaboración fue de mes y medio. En ellas utiliza la fotografía, la pintura y el elemento digital.
Rodríguez, quien sigue creyendo y apostando por Venezuela, resaltó que continuará desarrollando su talento en el país. “Me quedé en Venezuela porque creo que tenemos potencial para crecer, Venezuela para mí es imprescindible. Este país tiene muchas maneras de que uno se adapte a ella y ella a ti”, aseguró.
Explicó que actualmente está variando su visión sobre sus piezas, al incorporar el tema de la alquimia, para que las personas logren entender más sobre el manejo de la energía positiva. “Quiero que mis obras transmitan felicidad, tranquilidad y paz”, destacó.
Redacción Caracas
